El pasado lunes el músico coruñés Néstor R. Pardo anunciaba vía Facebook que dejaba de tocar en eventos en los que no se cobrase entrada. Harto del comportamiento de parte del público con el que se tenía que enfrentar cada semana, dio un paso al frente. “La decisión ha llegado a causa de la frustración que me produce tocar y que la gente hable a gritos o tener que aguantar a gente colocada tocando mis cosas”, argumentaba en su escrito. Dejaba entrever que antes de esta decisión existieron muchos otros amagos previos.
No se trata de un caso aislado el que relata Pardo. La mala educación campa a sus anchas en los pubs y salas de conciertos gallegas. Demuestra el triste papel secundario que ha adquirido la música en esta sociedad en la que, vaya, se valora la actuación en directo pero luego no se le hace el más mínimo caso al ejecutante. Decía aquí una vez Antonio Luque (Sr. Chinarro) que, en ocasiones, se sentía com el pianista de los bares de las películas del Oeste. Otra vez era Kiko Veneno quien echaba en falta el respeto reverencial que la música generaba en otras eras. Es así: hay veces que, ni siquiera en la primera fila, se pueden escuchar las canciones sin gritos alrededor. Y no solo en los bolos gratuitos. También en los de pago.
Pardo ha dado este paso. Ojalá quienes lo provocaron se den por aludidos y la próxima vez, con otro sufrido músico enfrente ya, opten por ponerse un esparadrapo en la boca. Quizá logren así experimentar una sensación maravillosa y, por lo visto, inédita para muchos: escuchar música en vivo callados. Atrévanse. No tengan miedo. Venga. Pueden probar en su actuación junto a Wolrus en la próxima parada de Los conciertos de Retroalimentación. Eso sí, si no van a ser respetuosos, todos preferimos que se queden en casa.
Me parece estupenda su postura. Además, en el caso de que fuese un error (que no me lo parece), él sería la única victima. Lo aplaudo por consecuente.
De todas formas, la entrada no es el único problema.
Contaba ahora en Twitter que recuerdo el último 981 en el Playa Club y cómo la gente, una vez empezado el concierto de Actress (hoy portada nada más y nada menos que de The Wire Magazine) la gente seguía hablando, riendo, dando la espalda al artista… y cuando acabó, ni aplaudieron o ya se habían ido.
No daba crédito. Además de no dar nada de feedback al artista, estaban empeñados en no dejar disfrutar a los que sí queríamos escucharle. Y así como rasgo general durante la noche.
Nulo respeto al trabajo y al esfuerzo ajeno.
Nada nuevo bajo el sol.
Ojalá la gente venga educada de sus casas algún día…
Me parece perfecto. Un poco de respeto por los músicos
Estoy de acuerdo que en muchos casos una parte del público sea maleducada y con total falta de respeto a los músicos.
Pero también es cierto que en muchos casos el músico debe preguntarse por qué pasa eso. ¿Quizás no sea tan interesante su música? ¿La gente va a un pub a charlar y tomar algo, y le da lo mismo «su» música en directo? ¿En los mismos locales se respeta más a otros artistas o estilos musicales? ¿Seleccionas bien las salas y condiciones en las que tocar?
Si no te interesa la música de alguien que esté tocando en el bar donde tú estás tomándote tus birras, metiéndote tiros, guasapeando sin parar, discutiendo de fútbol, de política, haciéndole burla al músico de turno entre canción y canción te piras, y sin hacer ruido, a otro bar. Hay muchísimos más bares (sin música en directo casi todos). Así que nadie tiene ningún derecho a boicotear ningún concierto incordiando a alguien que esté intentando hacer su trabajo con dignidad y a un público que si le interese lo que está viendo.
Lo primero será que si me gusta un local, por su ambiente, su tipo de gente, su decoración, porque me gusta la camarera o lo que sea, puedo tomar lo que quiera hasta que cierren, sin verme obligado a hacerle caso al que canta ni a abandonar el local si no lo atiendo. Si un músico pretende dar un concierto de un estilo que no encaja entre la clientela habitual de un local, o aún encajando, no tiene la chispa para encandilar al público, pues que quieres que te diga, no es problema del público. Quizás el problema venga de la sonorización, poner el volumen a nivel suficiente para que sólo se oiga la música y asunto zanjado. Saludos.
Escuché el concierto ese que colmó el vaso del músico; Tocaron como una hora con buena atención por nuestra parte, cuando pararon para tomar algo, cinco minutos dijeron, y luego dar un segundo pase. Y así fue, cinco minutos escasos y ya sobre el escenario. Nos pilló a media charla, a medio ligoteo, a medio lo que sea, deberían hacer un descanso mayor; mucho tiempo callados y de pronto en medio del entsiasmo que nos había dejado la buena actuación y que nos llevaba a charlar, otra vez callados. Mala planificación. Nos deberían haber dejado más tiempo, y a continuación cuando todo se calmase un poco, anunciarlo por parte de alguien distinto a ellos dos, a continuación salir al escenario cuando la gente se callase un poco, y comenzar a tocar, y no salir a los cinco minutos excasos sin avisar y ponerse a tocar sin que parte de la gente se enterase. Por otra parte es cierto que un concierto cambia si es gratis o no. Es más probable qeu alguien que haya decidido pagar por un concierto planificadamente o aunque haya sido sin planificar, quiero decir, estoy frente al bar, toca fulanito, cinco euros, voy a entrar, en esos casos es más probable que esté atento a los músicos. Pero si es gratis y de pronto se ponen a tocar, puedes entender qeu están para dar ambiente; en los bares pinchan música y la gente habla, es lo normal, como tabién es normal que la gente guarde silencio cuando hay músicos en directo. Pero, ya en el escenario, no siempe tocan bien, o dan un bis que nadie ha pedido, o con temas que ya han tocado. El músico este tiene cierta razón, aunque tal vez, si hubiesemos tenido que pagar, que algo pagamos, un euro de suplemento en cada bebida, pero bueno, si hubiese que pagar tal vez fuesemos bastantes menos, pero estaríamos más en silencio seguramente. Por cierto yo estaba solo, y por desgracia no confraternicé en absoluto, y no hablo solo en público.
Si en vez de argumentar que la gente no lo escucha, hubiese argumentado que quería demostrar su valía como músico, hasta me pararía a escuchar algo de él.
Me parece un berrinche. Sin más. Yo también soy músico y también tengo de vez en cuando públicos difíciles e incluso conciertos que no han funcionado. Pero lo que no voy a hacer en ningún caso es echarle la culpa de mi incomodidad en el escenario al público. Un poco de autocrítica, si la escena musical en Galicia (en España) está hecha una mierda es por muchos factores (entre ellos las políticas culturales, la basura que nos meten por los ojos en los Mass Media y no nos olvidemos de la baja calidad de la música que el sector está ofreciendo).
No considero que nadie tenga que venir a adoctrinar a nadie en este aspecto. Cuando voy a un concierto (de espectador, se entiende) hay veces que me entusiasma y me engancha lo que estoy viendo y otras veces que sencillamente me aburre. Cuando esto último ocurre seré el primero en mostrar mi desencanto (dentro de los límites de lo cívico).
Cuando un músico tiene un incidente con alguien del público (el típico borracho que intenta robarte el micro para decir cuatro chorradas, cosa que desgraciadamente, a veces, ocurre) ha de ser lo suficientemente profesional como para quitarle hierro al asunto y si quiere escarmentar a esta persona, buscar la complicidad del resto de la gente que está intentando disfrutar del bolo.
AU-TO-CRÍ-TI-CA
Y así vamos en este bendito país. Con gente que cree que para respetar algo cree que tiene que «poner el volumen a nivel suficiente para que sólo se oiga la música» La música no es una lucha entre el músico y el público. No se trata de imponer. Se trata de respetar. Como muy bien te dicen Paco si a uno no le gusta la música se marcha a otro sitio en silencio y punto final. O acaso harías eso en una obra de teatro? Incluso aunque no te gustara? O en el cine? Te pones a hablar a voces porque no te gusta la película? A que no?
Pero parece que la música es aquello de…»sí sí, músico, pero en qué trabajas?»
Se trata de respeto, te guste o no. Si la sala ha decidido programarlo deberías respetar no sólo al músico, sino también a la sala que piensa que ese grupo merece la pena ser programado en su espacio.
Y si aún así no estás de acuerdo, deberías marcharte a otro sitio sin más. Más respeto por la cultura, por la música y la educación y menos primero yo, luego yo y despues yo.
Saludos.
Un músico tiene que entender que si de 150 personas le atienden 10 y 140 pasan de todo, algo no va bien.
Si voy a un bar a tomar una cerveza y tienen futbol en la tele y no quiero ver el partido, ¿debo abandonar el bar, o puedo hablar en mi mesa tranquilamente con mi acompañante?
Pois eu non estou de acordo. Primeiro, asisto a concertos semanalmente e non vexo ese desprezo polos músicos. Puntualmente si, pero non me parece algo estendido. Segundo, eu diferenciaría entre concertos gratuítos nun pub, que ten unha clientela fixa que se reúne alí haxa música ou non para falar cos amigos, e un que se celebra nunha sala cobrando entrada. No segundo caso, a xente está ben atenta, pois foi ex profeso mirar o concerto. No primeiro, evidentemente pode haber quen non faga caso da música, pero de aí a ser maleducado, non deixar o artista presentar os temas, etc hai un paso grande. E pola miña experiencia, son contados os casos en que se produce isto. Quizais o tipo de música que un fai, o tipo de locais en que toca pode influír…
Insisto: seguimos comparando la música en directo con la música enlatada, o con un partido de fútbol en una pantalla???? Quizá porque me dedico a esto pero lo veo más un arte comparable al teatro o al cine.
Y sigo insistiendo: en una obra de teatro que no te gusta, te levantas y te pones a gritarle a los actores que son malos? O empiezas a hablar por tu móvil?
Y en una película en el cine? No te gusta y empiezas a gritarle al de al lado que vaya mierda de película?
El problema no es del músico, por mucho que insistáis. Es de la educación del oyente que, al considerar que no le interesa lo que está sucendiendo encima del escenario, más que aceptarlo y respetarlo o marcharse a otro sitio se dedica a boicotear. Por qué? Porque en este país equiparamos la música en directo con un partido de futbol por televisión o con la música enlatada de una discoteca.
Soy músico profesional, he visto actuaciones en garitos antes que la mía que daban auténtica vergüenza, pero JAMAS me he puesto a hablar en voz alta o a incomodar a la gente que buena o malamente te intenta dar algo suyo encima del escenario.
Por supuesto hay niveles de conversación, tampoco estoy hablando de el silencio de velatorio.
Mi opinión a fin de cuentas, por supuesto subjetiva al estar dentro del meollo. Pero gracias por el debate.
Saludos.
Parto de la base de que me parece correcta su decisión ya que así elimina en buena parte a la gente que va al bar a tomar simplemente algo y se encuentra a un tipo tocando, obviamente los clientes no van a dejar de hablar porque haya alguien tocando. Lo que sí, tendrán que moderar su volumen para no molestar al resto de gente que le rodea, pero eso es algo que debería suceder en todos los lugares y con todas las personas, esos papis que dejan a la fiera corretear por un bar o dar voces en un restaurante, etc, etc.
Que haya borregos que anden metiendo las zarpas en pedaleras, altavoces, gritando incoherencias….es una pena y haciendo lo que dice que va a hacer se las quitará de encima
Dicho esto, echo de menos locales en donde puedas ver música en vivo y tomarte una copa o cenar cómodamente en una mesa, charlando
El público es soberano para hacer, decir y pensar lo que quiera. Si no presta atención es, sin género de dudas, por el desinterés que el artista de turno le está causando. La música en directo, especialmente el pop rock, no es el cine ni la danza o el teatro. Sin duda a este artista le falta espectacularidad, magnetismo, carisma, química, sex appeal o como queramos llamarle. Estoy seguro de que sí fuese Shakira, Beyonce, Coldplay o U2 quien estuviese encima de esas tablas, la gente prestaría atención. En España -y menos en Galicia- no sabemos nada de rock show business.
Javi, creo que abres un debate muy interesante que echaba de menos desde que La Voz se hizo eco hace unas semanas de un supuesto «bum» de la música en directo en la ciudad. Un «bum» que a mi juicio se limita a las cover bands, a los grupos que recrean (en muchos casos de manera profesional y ofreciendo un muy buen espectáculo) revisiones de clásicos del rock, el pop o el soul. Y, la verdad, es fantástico que lo que antaño pinchaba el dj de la sala hoy lo podamos escuchar en versiones más o menos alejadas del original pero pintadas en riguroso directo en cualquier caso. Eso es, creo que objetivamente, algo bueno. Ahí está el incontestable éxito de público de algunas de esas bandas.
Pero hasta ahí. Los que apostamos por reinvindicar géneros más minoritarios como el country o el bluegrass, y no digamos ya los modestos escritores de canciones, los que plasmamos (y hablo en primera persona) sobre acordes nuestras pequeñas historias, no le interesamos a casi nadie. Así de mal está la cosa y cuanto antes cojamos la perpectiva, mejor nos irá. Y vaya por delante que Néstor Pardo es probablemente el mejor frontman que ha dado Coruña en unos cuantos años. Un animal escénico, un tipo con un carisma que muy pocos tienen, y al que he visto menos veces de las que me gustaría por culpa de mi inusual horario de trabajo. Además, cuando hemos coincidido y compartido escenario me ha parecido un tipo entrañable y con un sentido del humor apabullante, algo muy de agradecer.
Sin embargo, dejando al margen lo intolerable de que haya quien (colocado o sobrio, me da igual) toquetee las herramientas de trabajo de los músicos, no estoy de acuerdo con él en este asunto. Es decir, no creo que solucione nada cobrando una entrada en sus actuaciones a partir de ahora. A mi entender, la gente tiene derecho a hablar, por muy ingrato que nos resulte a quienes intentamos contar algo desde el escenario. Lo que habrá que ver es si nos compensa hacerlo en según qué circunstancias, replantearnos quién nos está respetando de verdad y quién no. Y voy a tratar de explicarme para que no parezca que digo lo que no digo. Al músico no debería interesarle tocar en salas semi vacías. Por eso no creo en los bolos subvencionados, en los cachés inflados sin ton ni son, en esas redes-gueto de música en vivo, creo que nos han hecho más daño que otra cosa. Dinerito público al margen, si promotores u hosteleros salen perdiendo porque no hay gente, tampoco volverán a llamarte. Por eso entiendo que pueda haber cierto ajuste a la baja de los cachés de un tiempo a esta parte. Acorde al aforo y al volumen de negocio de la sala. Aunque no estaría de más un poquito más de imaginación general a la hora de promover conciertos de distancia corta: ¿qué tal bebidas a precio reducido mientras esté sonando la música? ¿qué tal recitales esponsorizados, fiesta de tal o cual licor o refresco o cerveza, a imagen y semejanza de las grandes giras? La crisis sigue así, de acuerdo. Pero no vale todo. Y lo malo no es que la gente hable, lo malo es que mientras la gente habla y ves que (casi) nadie te hace caso, te dé tiempo a pensar que, con la mierda que te pagan, no merece la pena. Si el local está a reventar durante la actuación de Néstor Pardo, quien lo ha llamado debería obrar en consecuencia y ofrecerle un trato mejor la próxima vez. Con el bolsillo lleno (con un trato justo, insisto, sin que nadie pierda) es mucho más fácil ignorar a los plastas que se tiran todo el concierto de palique. Me temo que, a fin de cuentas, los que apuestan de verdad por la música en vivo son menos de los que dicen ser. Con el paso del tiempo, uno va aprendiendo a echar cuentas desde el escenario. ves la gente que cabe, la gente que hay, y el ánimo de la tropa. Y enfundar la guitarra y recibir una limosna es lo más parecido a que te falten al respeto. Ahora bien, pactadas las condiciones, sólo cabe quejarse de que no te paguen, no de si hace frío o de si la gente no atiende. España es un país charlatán por naturaleza. Vivimos en los bares muchas más horas que cualquier otro ciudadano europeo, es ahí donde nos relacionamos, nos desahogamos y arreglamos el mundo. Puede que seamos maleducados incluso, no lo sé. Pero, aún así, el talento se impone. Se acaba imponiendo. Hay artistas que imponen el silencio sin necesidad de exigirlo explícitamente. No es falso colegueo, creo con sinceridad que Néstor Pardo es uno de los pocos músicos de la ciudad capaces de conseguirlo. Lo creo porque lo he visto. Porque ha salido a tocar después que yo y he sido testigo de cómo conseguía apagar el murmullo de fondo. Sólo tiene que creérselo. Y seguir peleando. Perseverar. Nadie dijo que fuese fácil.
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La Gente desgraciadamente tiene muy poco respeto por el músico. Y no solo gratuitos. Por ejemplo en este blog de Guy Fletcher sobre la gira de Mark Knopfler pone a parir al público del concierto de Santiago precisamente por eso…si ni con Mark Knopfler en el escenario la gente se calla a escuchar…¿Qué podemos pedir?
http://www.guyfletcher.co.uk/index.php/getluckytour2010/28th_July_-_Santiago_de_Compostela_-_Multiusos_Fontes_do_Sar
Yo he sufrido muchos conciertos así, de pago y sin pagar. Suelen ser peor los últimos, aunque como dice mucha gente aquí en los de entrada también hay maleducados incordiando muy a menudo. En estos el problema máximo se genera cuando el artista tiene una canción muy conocida y hay una parte del público que solo quiere escuchar esa canción, dándole igual el resto. Me viene a la cabeza la última vez que estuvo Christina Rosenvinge en Le Club (A Coruña). A una parte del público, pese a pagar unos 20 o 22 euros que creo que costaba aquello, le daba todo igual. Y al resto nos arruinó el concierto.
Perdón, pero el blog de Guy Fletcher dice justo lo contrario. Que el público que se encontraron en Santiago era ruidoso («insane», de locos, hasta el extremo), pero que cuando tuvo que guardar silencio lo hizo. Es decir, el trabajo de hacer callar a la masa es de los que actuamos, independientemente de lo educado que sea cada uno. No podemos comparar el rock con el teatro ni con la música clásica porque no tienen nada que ver. El rock busca provocar unas reacciones en quien lo escucha absolutamente distintas. El rock es libertad, no continencia. Luego hay quien lo entiende como el culo, de acuerdo. Pero ése es otro debate.
Ahora ya sabéis lo que se siente haciendo el ridículo….y eso que para éstos «músicos» el calvario sólo les ha durado unos años en el pero de los casos, !probad a sufrirlo durante siglos!
No estoy de acuerdo, es una crítica, pero hecha con mucha ironía inglesa y porque abiertamente no va a criticar al público de sus concierto…pero esta diciendo que le llegaba al escenario mucha unnecesary talking aunque debía ser debido al recinto…eso es ironía. Además yo estuve y me dio vergüenza, cuando tocaba las lentas y menos conocidas la gente no paraba de hablar, costaba seguir el concierto.
Tampoco entiendo la diferenciación entre rock y otra cosa, son músicos que están hay para que los veas y los escuches .
Recuerdo, en 2009, un concierto que vi desde la grada de Castrelos en Vigo, un concierto del grandísimo Leonard Cohen. El volumen era realmente bajo, tanto que a veces costaba escucharlo (desde mi lejana posición). El caso es que, los que hayáis ido a un concierto en Castrelos sabréis que el foso tiende a ser de pago y la grada, gratuita. Pues en este concierto se generó tal magia, que aún con los impedimentos técnicos del volumen (o quizás gracias a ello) No se escuchaba nada más que la música de Cohen y entre canción y canción los aplausos pertinentes.
Insisto, recinto abierto al aire libre, entrada gratuita para la grada, volumen bajísimo. Nadie de allí (más de 20000 personas) quería perderse ni un segundo de lo que estaba pasando en el escenario.
El público va a reaccionar de una forma u otra a lo que está viendo, pero NUNCA va a tener la culpa de si se genera un ambiente más o menos irrespetuoso o más o menos atento, seas Knopfler, Elvis o el Fary.
«dentro de los límites de lo cívico»
Precisamente se trata de ésto: cada día el límite de lo cívico es más difuso, siendo más y más frecuente tomarse como algo normal las actitudes no cívicas/no respetuosas. Tengo la impresión de que Pardo se ha hartado de ello y de ahí su comunicado.
Mostrar el desencanto propio no es conversar con el más cercano a grito pelado. Tampoco lo es «subirse» al escenario a hacer el ganso (visto más de una vez). Ya no te digo interpelar a los músicos en medio de una canción, Incluso abrazar (o intentarlo) al músico con intención de hacerse una foto mientras está interpretando su música.
He visto de todo, y una vez pasas, o lo dejas pasar. A la segunda ya es una molestia. A la enésima revientas. Yo comprendo a Pardo, no sé si ésto le beneficiará o por contra, le terminará saliendo rana. Espero que al menos sea un toque de atención, y la gente que acude a conciertos o lugares donde exista música en directo, actúe de forma respetuosa y acorde a las circunstancias, y no como si estuviera en el salón de su casa.
Vale, que el mundo no es perfecto. Está claro que hay conciertos que hubiésemos preferido no dar, pero tampoco nos movemos en el ámbito del protocolo, véase de la música clásica.
El respeto es necesario siempre, obviamente nadie disfruta viendo como alguien revienta una actuación. Recuerdo una vez, hace años en un concierto en solitario, que dejé de tocar porque el ambiente era insostenible. A día de hoy todavía me pregunto si podría haberlo hecho de otra forma, porque al fin y al cabo, es profesionalidad que se pierde.
De ahí a mandar callar a la gente cuando tú tienes un puñado de vatios detrás respaldándote y el público solo sus pulmones, pues no. Y después, hay formas y formas, no es lo mismo pedir algo por favor que echarle una bronca a la gente. (Esto me ha pasado hace muy poco en un concierto que fui a ver).