La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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LOS CONCIERTOS DE RETROALIMENTACIÓN SE ACABAN AQUÍ

Todo lo que empieza a veces tiene un final. Y Los conciertos de Retroalimentación se terminan esta temporada. Es algo que había pensado ya en otras ocasiones, pero ahora creo que es el momento perfecto de dejarlo. Cada vez era más complicado llevarlo a cabo y cada vez pensaba con mayor frecuencia -para mí, y sin decirlo en voz alta- que tenía menos sentido hacerlo. De repente, esta mañana paseando por la playa del Orzán, he tomado la decisión. Y la dejo por escrito aquí, no vaya a ser que me arrepienta 😉

La situación de los conciertos en A Coruña no tiene nada que ver con la de 2012, cuando todo esto empezó como una extensión de este blog, tras un par de fiestas de aniversario. Entonces, desde la sala Le Club, le ofrecíamos a los grupos actuar sin pagar alquiler con un precio tasado de entrada (que era íntegra para ellos) para que viniera la mayor cantidad de gente posible y así expandir los proyectos lo más posible. Todo ello con una agenda no saturada, en la que tú programabas un grupo indie y raro era que apareciese otro grupo similar. Y cubriendo un hueco del que creo que nadie se ocupaba entonces.

Hoy prácticamente ninguna sala trabaja sin alquiler, para encontrar una fecha en esta ciudad alucinas y cuando la tienes cerrada, de repente, te aparecen los Pixies, Juno o Tanxugueiras eclipsando tu propuesta (cito estos nombres, porque son los que hemos tenido que “competir” recientemente). Un ejemplo de la situación: el concierto con el que íbamos a cerrar este año se ha tenido que cancelar (por causas totalmente ajenas al grupo y a mí) y cuando me puse a buscar una solución me ofrecían fechas de fin de semana para febrero del año 2025!!! O, en su defecto, un jueves para el próximo otoño. Pero ojo, hoy es jueves y tenemos en A Coruña a Marilia Monzón y a Maika Makowski. Esta situación era el empujoncito que necesitaba para dar el paso.

Pero además de todo eso, está el tema personal. Durante estos 12 años (realmente son 10, porque hubo un parón por la pandemia) el ciclo me ha dado muchas alegrías, pero también me ha quitado mucho tiempo y me ha dado algún dolor de cabeza. Obviemos esto y centrémonos en lo guay, que ha sido lo predominante. Siempre me gustaba decir que Los conciertos de Retroalimentación era mi juguete particular y que, como soy un niño bueno, me gustaba compartirlo. Y en ese espíritu lúdico han pasado cosas tremendas. Hemos visto el emocionante adiós de Nadadora y el portentoso retorno de Los Eskizos; a Triángulo de Amor Bizarro y a Jorge Ilegales juntos sobre un escenario y a Bala llegando a la carrera, cuando aún ejercían de “teloneras” de otros; al Playa Club convertido en una maravillosa fiesta popular con Caxade y a Pablo Seijas interpretar los temas de su maravilloso (e infravalorado) segundo disco en solitario; a Franc3s actuando para 17 personas que pensaban que allí estaban mejor que en cualquier otro lugar y a Pamela Rodriguez florecer en el escenario como una artista gallega más. Todo esto y un sinfín de gente más, como Unicornibot, Telephones Rouges, Srasrsra, Mano de Obra, Allova, Disco Las Palmeras!, Caxade, Pantis, Luis Moro, Moura, Carrero Bianco, Wolrus, Calero, Carolina Rubirosa, Lady Leño, Elvis Negro, Aries, Ulrica, Astrogirl, The Soul Jacket, Adán Jorge, Lora, Presumido, Moondog Blues Party, Los Marcianos y un larguísimo etc…

No los he contado, la verdad pero por aquí han debido pasar unos 80 o 90 artistas diferentes. De ellos querría destacar a dos formaciones muy especiales para mí y recurrentes en el ciclo. Nunca he pedido fidelidad a nadie y siempre les he dicho a los grupos que, aún con el concierto cerrado, si les aparecía una mejor oportunidad que me lo dijeran, sin menor problema. Pero hay quien siempre llamaba a esta puerta. Es el caso, por un lado, de Triángulo de Amor Bizarro. Un grupo que, desde luego, no me necesitaba para nada, pero que se ha puesto bajo el logo de Los conciertos de Retroalimentación en múltiples ocasiones, algunas tan míticas como aquella en la que tocaron su primer disco íntegro en el décimo aniversario de este.

Por otra parte, está Chicharrón. Siempre me han transmitido cariño y ganas de hacer cosas conmigo, pese a que también dudo que tengan que arrimarse un ciclo como este a estas alturas de su carrera. Además de ello, también se encuentra el programador Carlos Landeira, que fue el que puso en marcha todo en Le Club en principio y de manera intermitente ha estado ahí en la retaguardia logrando cosas muy especiales, como colar a históricos como Aerolineas Federales por aquí o permitir que el final de Guerrera también tuviera su muesca de Retroalimentación. Y, cómo no, Catuxa Alonso la que se sacó las gafas de pasta de la manga para el logotipo del ciclo e ilustró con sus flipantes carteles todo durante estos años.

Más allá de nombres concretos, quiero dar un agradecimiento general a las bandas y artistas que han pasado por aquí. También a las diferentes salas que nos han acogido. Y al público asistente, que permitió sostener esta aventura totalmente altruista por mi parte y que solo buscaba ofrecer un escaparate a las bandas gallegas que me parecían interesantes. Nos seguiremos viendo todos en los conciertos. O en la nueva aventura que pulula en mi mente que, ejem, de llevarse a cabo suplirá este vacío. Shsss… No le digáis nada a mi familia