La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Vaya por delante que cada cual es dueño de sus canciones y con ellas puede hacer lo que le venga en gana. Que para eso las compuso y se expuso con ellas al rechazo o la gloria. Pero a veces da lástima ver como un cancionero se degrada en la decadencia de una banda que lo fue todo y, a veces, parece que no quiera ser ya nada. Y digo a veces porque, cuando ya no das nada por ella, va y te sorprende con un rayito de luz. Pero cuando recuperas las esperanza te topas con la dura realidad de un presente sin sentido.

Me refiero, claro está, a U2 quien en una maniobra totalmente incomprensible ha decidido tomar 40 canciones clásicas de su repertorio para darle una vuelta de tuerca y adaptarlas a los tiempos y a los cambios que los propios integrantes del grupo han experimentado. Se podía apelar a la jugada comercial, pero cuesta creer que Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr necesiten más dinero a esas alturas de su vida. Se supone que si hacen esto es porque les apetece, sin más. O cuando menos que quieren hacer algo y esto es lo mejor que se les ha ocurrido.

Por ahora, hemos podido escuchar dos de esas revisiones. La de Beautiful Day y la de Pride (In The Name Of Love). En ambos casos se opta por ralentizarlas, quitarles adrenalina y emotividad y colocarlas en ese cajón de sastre llamado intimismo. Me gustaría saber qué opina de ellas alguien que no las haya escuchado jamás. Cuestión complicada si el oyente no baja de los 35 años. Pero lo cierto es que emergen como pálidos reflejos de la grandeza del grupo y lo que otrora fueron. Difícil creer que, al escucharlas, ese Bono que emocionó a todos durante la presentación del libro “Surrender” en Madrid dijera: venga, adelante con ellas.

El veterano periodista Julian Ruiz dejó caer estos días que, a lo mejor, ese álbum responde a un cumplimiento de contrato con su discográfica, su editorial y su mánager. Desde luego me parece la explicación más lógica para este trabajo que, al menos en sus adelantos, semana un horror. Y o salta una sorpresa máxima o a dicho horror le quedan 38 capítulos más. El último capítulo de una trayectoria errática y carente de sentido desde hace ya mucho tiempo.

En fin, quién sabe si algún día volverán los viejos U2. Pero esto nos aleja más de cualquier atisbo de esperanza. Una pena