La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Se nos habían escurrido en anteriores ocasiones, pero esta vez A Veces Ciclón actuarán dentro de Los conciertos de Retroalimentación. Vienen con las sensaciones frescas de la grabación de su segundo disco, registrado esta misma semana a las órdenes de Rafa de Jr. Una vez más Óscar Vilariño, Xavi Muñoz y Marcos Junquera se perderán en la quietud de esas canciones que están ahí, en uno de los caminos secundarios del pop español que apenas tiene señalizaciones en el mapa global. Se trata de piezas circulares, que se recrean en sensaciones y logran la misma complicidad de un susurro. Herederos de grupos como Viva La Vegas, Mus o Jr, A Veces Ciclón insisten en la rareza, rechazan la obviedad y enamoran en cuando menos te lo esperas. Pruébalos este sábado en el concierto que darán junto a Apenino (Casa Tomada, 20.30 horas, 5 euros).

-¿Es cierto que el nombre del grupo tiene relación con Juan Pardo?

-[se ríe] Sí, es una frase que usa en la canción Bravo por la música, que es una canción bastante guay. Cuando estaba formando el grupo, escuchaba esa canción, porque periódicamente regreso a Juan Pardo y me dije “Hay que hacer eso”. Se lo propuse a Marcos y adelante.

-O sea, que es fan de Juan Pardo.

-Juan Pardo tiene temazos. A mí me gusta toda la música. Me gustan las canciones buenas y Juan Pardo tiene muchas.

-Empezamos bien. Supongo que un fan de A Veces Ciclón le constaría hacer algún tipo de relación con Juan Pardo.

-Bueno, a mí no me gusta la palabra ecléctico, porque es que un poco pedante, pero lo cierto es que yo escucho desde copla hasta doom. Me gusta la música, sin más.

-Al margen de ese eclecticismo, sí que se ve claramente una línea que les conecta con el sello en el que están. ¿Son hijos de lo que fue Acuarela en los noventa?

-Sí, aunque yo llegué tarde a esa música. Antes escuchaba cosas ruidosas, tipo Sonic Youth, que es mi grupo favorito. A raíz de descubrir a Mus, Viva Las Vegas o Jr me quedé atrapado. Coincidió que también empecé a escuchar americana, cosas de Giant Sand y me dio por una música más tranquila. Descubrí todo eso de golpe y sí que me considero muy influenciado por esa música. En los inicios me inspiraba mucho, por ejemplo, con Sr. Chinarro por esas letras surrealistas.

-Uno de los grupos que más les toca es Jr, una de las anomalías más inexplicables del pop patrio. Yo era muy fan de “127”. La primera persona que conocí que también le gustaba fue a usted. Para mis compañeros de piso en la universidad ese disco era lo peor.

-[se ríe] Yo también se lo ponían a todos mis amigos y todos ponían cara rara. A mí me parece una obra maestra. Me ha influido mucho. Soy bajista en origen y empecé a tocar la guitarra sin saber. Me inspiré en ese rollo super minimalista y el estilo me marco mucho. Aprendes a tocar con los discos que escuchas. Y ese lo escuché muchísimo

-Sus canciones giran y giran sobre esas estructuras sin que lleguen nunca a explotar. ¿No hay un momento en el que el cuerpo les pida una estampida?

-Sí, yo escucho música épica y todo lo que compongo me suena muy épico. Por ello, siempre tiendo a recortar. A veces sí que puede ser que peque de eso, pero estoy contento de cómo son las canciones y Xavi y Marcos siempre dicen que así están guays.

-No lo digo como un defecto, sino como una seña de identidad.

-Cuando empecé fue una limitación, lo reconozco. Pero luego me acomodé en eso, lo pulí un poco y ya no le di más vueltas. Me encuentro muy cómodo ahí.

-En sus letras no se percibe una intención de lanzar un mensaje muy nítido, sino recrearse en sensaciones. ¿Es así?

-Para mí sí que tienen mensaje, pero está oculto. Yo me tomo las letras de A Veces Ciclón como poemas. Muchos ya los tenía escritos antes y simplemente les puse música. Por ejemplo, Primavera es un poema que significa lo que significa. Otras tienen más intención. Pero la verdad es que no tengo un método para escribir. Yo no soy como Nacho vegas, que escribe y escribe y luego hace la música. Lo mío es mas de encajar sonidos y palabras, como una obra de ingeniería.

-Su hit entre comillas ha sido “Mi mejor”. ¿Es cierto que hubo censura en una cadena de televisión con él?

-Sí, aunque ellos lo niegan. Cuando Acuarela les mandó el vídeo a Sol Música les mandaron un mensaje de vuelta diciendo que no lo veían apropiado para emitirse. Luego dijeron que no, que era mentira. Pero bueno, no tengo ninguna noticia de que lo hayan emitido. Normalmente esos canales tienen programas especializados y ponen todo lo que se les manda. Supongo que lo censuraron por violento.

-Bueno, pasar de videoclip de Bustamante a esto le podría dar un shock al espectador, ¿no?

-No lo sé. A mí me parece mucho más violento cualquier vídeo de un rapero con joyas, coches y tías en bolas que lo que pueda transmitir nuestro videoclip. Pero bueno, cada uno tiene sus valores morales. Es como si no quieres poner en la tele El Padrino, porque hay muertes en ella. Es ficción. No lo pillé bien.

-Su otro “hit” es “No”, para mí su mejor canción. La han dejado fuera del disco. ¿Por qué?

-Si, pero es que la grabación de este disco fue un poco rara. El grupo lo empezamos Marcos y yo. Luego se juntó Xavi, que era amigo de Marcos. Los tres fuimos a grabar unas maquetas a la Radio Galega. Xavi se sacó en un día y medio todos los bajos y teclados. La grabamos. Sonó tan bien que Xavi decidió quedarse en el grupo y los tres editarlo como disco. No fue planteado como tal, sino que queríamos registrar unos temas en una maqueta.

-Uno en A Coruña, otro en Valencia y otro en Castellón. ¿Cómo logran trabajar?

-Normalmente, yo compongo los temas enteros. Les mando cosas por Internet, para que me digan si las gusta y si seguimos por ahí. Luego, me cojo un avión me pongo en Valencia, estoy una semana y ensayamos. El problema es que no podemos hacer conciertos aislados, solo podemos hacer giras. Cuando toca una, le damos una vuelta a las cancione sy salimos a tocar. Las canciones son muy sencillitas, no necesitan muchos ensayos.

-Lleva en grupos indie la tira de tiempo. ¿No sabe vivir sin estar metido en algún tinglado musical?

-No, es así totalmente [risas]. Ahora estoy solo en dos grupos. Este y Musel, que sacará el disco esta primavera.

-¿Esa relación con la música es algo vital?

-Sí, creo que no pasa ni un solo día en el que no escuche música, no toque la guitarra o piense algo en música. La verdad es que estoy un poco obsesionado. Por lo menos, escucho música una o dos días al día. Es lo que más me gusta. Me encanta descubrir nuevos grupos, siempre estoy preguntando a la gente a ver qué está escuchando y explorando en Spotify que me encanta la opción de “grupos musicales”.

-Siempre tira hacia el underground. ¿Es una inclinación natural o responde a algún tipo de motivación política?

-No lo considero político, en absoluto, es solo estético. Es la música que me gusta y la que me sale. Ojalá me saliera música como pueden hacer Delorean y poder rular por el mundo y vivir de ello. Esos grupos me gustan, pero lo que más me gustan son otras cosas y, de ahí, sale lo que hago yo: cosas raras que no le gustan a casi nadie [risas]. Mi premisa es disfrutarla, no sacrificar ese disfrute.

-Y en un mundo perfecto en el que grupos como A Veces Ciclón tuviesen acceso masivo a los medios, ¿piensa que un tema como “Mi mejor” sería un hit?

-Yo tengo la teoría de que si a la gente le das lo mismo repetidas veces le acaba gustando. Mira la radiofórmula, por ejemplo. Hay cosas que están muy bien, pero hay otras que son basura. Tú escuchas a Melendi y es que no me entra en la cabeza que le pueda gustar a nadie. Son canciones feistas, totalmente desagradables de escuchar. Pero como están sonando todo el día acaban por gustarle a la gente. Yo creo que si los medios, los festivales y todos se preocuparan un poco más por diversificar sí que creo que grupos como el mío tendrían un poco más de posibilidades.

-No me refiero a “un poco más”, sino a triunfar. Yo pienso que un grupo como A Veces Ciclón aunque sea número 1 de los 40 Principales 24 horas al día no va a ser un grupo masivo como Bustamante.

-Bueno, eso es la metáfora más fácil. Yo me pienso en Rockedelux, Mondo Sonoro…

-Ya pero los grupos que son portada de esas revistas tampoco suenan en todas partes. Yo pienso en un hit como Nirvana. Sí que hay grupos como Lori Meyers que podrían, pero ustedes creo que necesitan un esfuerzo extra del oyente porque son más extraños y más inaccesibles.

-Yo creo que si los festivales programaran más grupos undergound a la gente le gustaría más. Los festivales de tamaño medio usan el mismo cartel en todos los sitios. Se reproduce el mismo cartel en todos los pueblos de España. Es imposible que la gente menos especializada pueda conocerte. Luego hay honrosas excepciones como, por ejemplo, el festival Wos Inc que salió genial. Pero, por desgracia, la mayoría de los festivales no apuestan por otras cosas.

-Se refiere a ese indie-mainstream de Dorian, Lori Meyers, Love Of Lesbian…

-Hay grupos que tienen buenas canciones, pero otros están ahí a golpe de talonario. Es una cosa rara: la metodología más mainstream aplicada al undergound.

-Es tendencia ahora. Por ejemplo: Amaral, un grupo que viene del mainstream puro y duro y que se pretenden adaptar a la estética del undeground para colarse en el ese público. De todos modos yo pienso que a la gente le gustan esos grupos. A Supersubmarina la gente no va a verlos obligada y, por ejemplo, en A Coruña llenan una sala con entradas a más de 20 euros.

-Yo no digo obligación. Es otro mundo y otro tipo de público. El FIV de Villalba empezó siendo un festival que arriesgaba más y se ha convertido en lo mismo: Supersubmarina, Lori Meyers… el patrón de festival español. Es una pena que todo tienda hacia eso y que la gente no arriesgue. No tienes porque perder dinero, si no lo haces bien. Mira el WOS INC: arriesgó y petó. Había conciertos en los que la gente se quedaba fuera. Si crees en algo, lo trabajas y ese algo tiene calidad, va a funcionar. Pero si quieres tirar a lo fácil, pues tiras a lo fácil. Depende de los valores que tenga cada uno.

-Colabora en La Casa Tomada, un ejemplo más de una tendencia que existe ahora en Galicia: que el fan toma las riendas generando pequeños estallidos en toda Galicia. ¿Por qué está pasando eso?

-La gente se hartó. Hay una cosa muy extraña. Es muy difícil salir a tocar porque las salas, incluso las pequeñas, te cobran un alquiler por tocar. Yo no puedo entenderlo. Te dicen. “Es que es para pagar al técnico”. Y no, el técnico lo tiene que pagar la sala, no el grupo. Igual que le pagan al camarero, ni más ni menos. ¿Qué pasa? Que así se ahorran el trabajar el concierto. A nosotros nos pasó: hacer la promoción, mandar los carteles y llegar al concierto y ver que no había salido en prensa, que no se había puesto ni un cartel en la sala. No fue ni el tato y el de la sala nos decía que teníamos que pagar 50 euros por el técnico. Nos negamos a ello. Pero es que, por ahí adelante, hay salas que te piden 200 o 250 euros. ¿Como va a pagar un grupo de A Coruña a Vigo y tiene que pagar eso con qué vuelve? La gente harta de eso, se puso a crear una red de apoyo. El Liceo Mutante o la Casa Tomada están inspirados en Arrebato de Zaragoza o La Faena de Madrid. Es un circuito de garantía. Sabes que puedes ir a tocar por ahí, con gente que te va a tratar bien, que van a ser profesionales y que vas a ahorrar dinero. En Lugo hacía eso. Programaba a las bandas que me gustaban. Los metía a dormir en mi casa, les daba de cenar y ellos agradecidos. En la Casa Tomada es aún mejor, porque no hay que buscar sala.

-El problema es que todo eso depende de una especie de voluntariado. Que cuando la gente se canse de estar trabajando por amor al arte el proyecto corre peligro.

-Claro, por eso se busca que haya relevo. Mira yo. Llegué de Lugo y me ofrecí a colaborar. Me dijeron que sí y aquí estoy. A ver si se puede mantener en el tiempo.

-A Veces Ciclón están ya con la grabación de su segundo disco.

-Sí, en el concierto caerá alguna. El nuevo disco, en general, es bastante parecido al anterior. Incluirá ocho temas, lo sacaremos en vinilo y será muy similar. Quizá menos críptico, algo más arreglado, pero sin grandes variaciones.

-Lo que me da a entender es que son un grupo con fórmula, condenados a sonar siempre parecidos.

-No sé, somos tan pequeñitos que aún no lo sé. A ver el tercero que sale, a lo mejor nos planteamos un giro estilístico.

-Hablaba antes de que era un tipo muy abierto musicalmente. ¿Qué grupo del mainstream le atrae?

-Del actual no estoy nada puesto. No pongo la radio ni veo la tele. Pero de antes, yo muy de Ace Of Base. Fue mi grupo favorito. Sigo volviendo a él de vez en cuando. Fue el primer cedé que me compré, por supuesto en Portobello, y sigo volviendo a él de vez en cuando.