La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Chris Martin ha querido con su nuevo trabajo crear su particular Blood On The Tracks, aquel disco con el que Bob Dylan exorcizó su divorcio en 1975. Pero le ha salido fallido. Melifluo y sin chispa, Ghost Stories se queda en las antípodas de ese álbum catártico con el que se expulsan en público los demonios de una ruptura conmocionando al oyente. Todo lo contrario. En vez de despertar la sensación de acceder a las entrañas de un persona hecha pedazos por los vaivenes del amor, se enreda en texturas cristalinas que no van a ninguna parte y termina por erigirse en el peor disco de la irregular trayectoria de Coldplay.

Inspirado en la separación con su esposa, la actriz Gwyneth Paltrow, Ghost Stories patina en todos los frentes. Primero, no tiene ni un solo tema para el recuerdo. Segundo, exhibe unas letras dignas de David Bisbal («Dime que me quieres / y si no lo haces, entonces miénteme», «No puedo superarlo, no puedo olvidarme de ti / y aun así lo llamo magia», ¿hace falta seguir?). Y tercero, y más importante, aburre hasta a las ovejas. Cuando puntualmente el grupo parece tirar de oficio, como en ese subidón a medio gas de A Sky Full Of Stars o amagando un himno que no llega nunca en True Love, no tarda ni treinta segundos en confirmar el uso de pólvora mojada. Si en la primera parte del álbum la desgana se sucede tema a tema, en la segunda llegar hasta el final se convierte en toda una prueba de resistencia.

El barniz electrónico de Magic, sencillo de adelanto y posiblemente lo menos malo de esta desgraciada colección, parecían sugerir el particular Zooropa de unos Coldplay desviando el sonido. Algo de eso hay, amplificado por las constantes guitarras ambientales a lo The Edge y su renuncia a hinchar el pecho en baladas de terciopelo. Pero lejos de un desvío formal que tampoco asume excesivos riesgos, este trabajo empuja a Coldplay de lleno al pozo del vacío más absoluto. Si el mediocre Mylo Xyloto (2011) había dado la luz de alarma tras el notable Viva la Vida or Death and All His Friends (2008), Ghost Stories certifica todos los temores: no hay por donde cogerlo.

Por aquello de la marca, quizá hubiera sido mejor que quedarse firmado solo por Chris Martin. Porque Coldplay no deja de ser el grupo de Yellow, In My Place y Viva La Vida, hitos pop a años luz de este batacazo que deja su futuro en puntos suspensivos. ¿Será la de Martin y Paltrow la única separación?