La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Hace unos días me dijeron que Franc3s, de los cuales soy un encendido fan y alucino con su actual directo, no saben tocar. Era obvio que la cosa iba más por desprestigiar que por ensalzar el encanto de su ruidismo rudo y primitivo. De paso, le cayeron unos piropos similares a Telephones Rouges, también favoritos personales. Unas semanas antes me vinieron con lo mismo de Srasrsra, otros que me vuelven loco en disco pero, sobre todo, encima de un escenario. Ante mi defensa de sus virtudes, me espetaron: «Esto es como si tú ves que le dan tu trabajo a una persona que no sabe escribir».

A mediados de la década pasada esa máxima siempre se la aplicaban a Triángulo de Amor Bizarro cuando uno los sacaba a colación exaltando sus virtudes. Ya se sabe: Rodrigo, Isa y sus compinches solo hacían ruido y no tenían ni un ápice de habilidad con sus instrumentos. Se decía con especial saña, sobre todo cuando la bola de fama empezaba a rodar y la banda rompía el cascarón de la escena local. Y, si nos remontamos a los noventa, aún recuerdo cómo muchos afeaban por idéntico motivo a Los Eskizos, el grupo coruñés que adoraba en mi adolescencia. Eso sí, se exceptuaba en este caso a Luis Garrido, su batería, indultado por los músicos chanes que ponían en duda la solvencia de la banda.

Imagino que todos estos no tolerarían ni en broma a los Siniestro Total de 1982. Tampoco a Aerolíneas Federales o a Viuda Gómez e Hijos. Así, recordando y trenzando, me doy cuenta de que algunos de los mejores grupos de la historia del rock gallego pues, eso, «no sabían tocar». También parte de los que hoy me tocan la fibra.

Pues, no sé, a mí esto siempre me recordó a ese momento adolescente que manifestabas que una chica era guapa y te advertían rápidamente que su pelo estaba teñido y que llevaba kilos de maquillaje. La respuesta siempre era: ¿Y a mí qué me cuentas? Saber elegir bien el tinte y el maquillaje tenía su mérito. Canalizar así de bien esa supuesta falta destreza instrumental, también. Igual que en los noventa no encontraba por aquí rival posible sobre las tablas a Los Eskizos, ahora no doy con una sola banda capaz de hacer sombra a Triángulo de Amor Bizarro y pienso que Srssrsra es lo más grande salido en A Coruña desde ellos. Además, los Telephones Rouges me ofrecen unos huracanes de guitarras capaces de levantar el peor de mis días. Y he sentido verdaderos escalofríos con el ruidosísimo directo de Franc3s en Los conciertos de Retroalimentación.

Todo ello sin que, al parecer, ninguno de ellos sepa tocar.