FESTIVAL DO NORTE, segunda jornada
Vilagarcía de Arousa, 18 de mayo 2013
Los británicos TOY llegaban al Festival do Norte con la aureola de ser el hype del momento y todas las dudas que ello conlleva. Y no solo las evaporaron en un abrir y cerrar de ojos, sino que elevaron la excelencia del evento a un nivel máximo. Su concierto resultó sencillamente excepcional y, sobre las tablas, demostraron ser algo más, mucho más, que una nueva banda de émulos del kraut-rock con ínfulas falsamente experimentales. Provocando emisiones de ruido ensoñador y manejando los tempos a su antojo, crearon momentos de esos en los que el público -parte del público, mejor dicho que aquí pasó como con TAB en el viernes- levita. Dejando su discreto álbum de debut en pura anécdota, el trasvase en vivo resultó un huracán de guitarras noise, ritmos a piñón fijo y chiribitas de psicodelia. Sí, hay grupo, hay sonido y hay excelencia. Tras ellos, el resto carecía de sentido. Lo suyo fue un K.O. total, un «donde dije digo, digo Diego» y una rectificación en toda regla de aquellos que no lo veíamos del todo claro. Encantados de hacerlo, por cierto.
Ocupaban la franja estrella, pasada la medianoche. Después venían WE ARE STANDARD con la misión de llevar al público bailongo al clima perfecto para desplazarse a la carpa. Apenas les vi cinco temas, aún obnubilado por la exhibición de Toy. Por ello, cualquier apreciación sobre ellos sería injusta. También hacia DOVER, de los que presencié el arranque del directo en el que invocan la era grunge de Devil Come To Me. Recientemente había tocado en Le Club en A Coruña, defendiendo muy dignamente un repertorio respetable. Y, por lo que me cuentan, ayer ocurrió igual pero sin conectar tan bien con la audiencia como entonces. Lo siento. Uno tenía que cenar: no podía pasar otro día más sin alimento nocturno, que ya no estamos en edad.
Aerolíneas Federales en su actuación
Por la tarde la fiesta la protagonizaron AEROLÍNEAS FEDERALES. Como una señora ya madura que sobresale por su poderío entre un grupo de jovencitas que palidecen a su lado, los de Vigo llegaron, encantaron y triunfaron. La sucesión de himnos, el buen rollo que transmitían en el escenario, el cachondeo continuo de Miguel Costas que se presento como el Señor Chingarro y esa especie de nostalgia cuarentona de «Ey tíos, esto sí que eran temas despampanantes y sin pretensiones» provocó que la tarde resultase un poco más feliz de lo que ya lo era de por sí. No me beses en los labios, Soy una punk, En pelotas y muchas otras más dejaron un sabor tan dulce que lo justo sería repetir la jugada en una sala todos más juntitos, más apretujados.
Quedan en el tintero ESTEREOTYPO!! y DELORENTOS. Los primeros pusieron el escenario grande a dar botes con su electro-rock como si fuesen ya las dos de la mañana. Incluso se atrevieron con una versión del Love Me Do. De tener más nombre tocarían algo más tarde, seguro. Los segundos, resultaron una sorpresa. Iniciaron un poco a traspiés, suavecitos y cortando un poco el rollo, pero al rato mostraron una vena bailable y disfrutable que arqueó más de una ceja. Todo perfecto por tanto para DELAFÉ Y LAS FLORES AZULES que en la nueva vuelta de tuerca a su propuesta (ahora con banda sin vientos y con Óscar D’aniello de ocasional percusionista) repartieron sonrisas, hicieron botar y tuvieron a la gente comiendo de su mano. Helena es seguramente la mejor voz del pop nacional y su show, aunque esté ya muy visto y carezca del factor sorpresa, continúa resultando efectivo. Y estimulante. Otros que ojalá que retornen a Galicia en formato sala.
Público durante el concierto de Delafé y las Flores Azules
La noche la continuó Amable, Gato y Nano Vinilo a los platos. Y otra vez el pub Sama Sama cerrando, con llave la jornada y el evento. Un Festival do Norte que, pese a contar con menos público que al año anterior, demostró tener carisma suficiente como para obligar a todos a reservar fecha para el año que viene. Sí, allí estaremos. Seguro.
Foto Areolíneas Federales: Mónica Irago // Foto TOY: Xavier Valiño