La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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La paradoja del retorno del vinilo

Uno de los motivos del repentino éxito del vinilo radica en la sensación de autenticidad que proporciona. Tendencias y modas pasajeras aparte, muchos de los que compran elepés en el viejo formato lo hacen con un fin principal: poder escuchar las grandes obras maestras de la historia del rock del modo en el que originalmente fueron concebidas. Cuando un chaval de 20 años hoy en día desea escuchar el Revolver de The Beatles sabe, a poco que reflexione, que ese álbum se grabó en sonido analógico, que la distribución de los temas tuvo en cuenta que existía una cara a y una cara b, que la portada se hizo pensando en esas dimensiones y que, incluso, la duración de la obra respondía a la capacidad del elepé. Valorado todo eso, resulta bastante comprensible que el oyente que busque lo genuino opte por un vinilo.

Dicho esto, ¿hasta qué punto resulta … Seguir leyendo

La incredulidad y el Sónar Galicia

Cuidado con lo que se promete. Puede que quien se lo crea se sienta defraudado si se incumple. En octubre del 2009 a muchos les costó confiar en la noticia de que el festival Sónar iba a contar con una edición paralela en Galicia que se celebraría en A Coruña. Confirmada, la comunidad musical tuvo que hacer un esfuerzo extra para asimilar la segunda parte de la historia: ese Sónar-Galicia no iba a ser algo efímero del Xacobeo, sino que aspiraba a consolidarse en el tiempo. Así lo dijeron mil y una vez desde la Xunta y la dirección del festival. Las palabras «bicapitalidad» y «continuidad» se repetían en las ruedas de prensa, casi tanto como el vocablo fetiche: «vanguardia». Pero, visto lo visto en anteriores años santos, resultaba inevitable el escepticismo.

El evento fue un éxito rotundo. Para el recuerdo queda la imagen del abarrotado atrio central de Expocoruña … Seguir leyendo

A Veces Ciclón, la insólita simpatía por JR.

A finales de los noventa salió a la venta uno de los discos mas enigmáticos del indie nacional. Se trata de 127 de los gijoneses JR. Lo editó Acuarela y suponía la tercera reinvención de un proyecto alumbrado en la explosión noise del arranque de década como Eliminator Jr, que en 1997 había vuelto tirando a lo acústico y que en 1999 dejaba a los pocos críticos que le hicieron caso sin recursos. No se trataba de algo convencional o al uso. El álbum, totalmente suicida en sus planteamientos, lo componía una sucesión de susurros extrañamente melódicos, instrumentaciones troceadas, ladridos de perros, percusiones venidas de otro planeta y letras sin sentido aparente. La prensa del momento, aunque estuviese entusiasmda glosando las gestas el post-rock, se desentendió del tema. La mezcla de todo invitaba primero al rechazo. Luego, a la curiosidad. Un poquito más tarde, al enamoramiento total. Y, tras 15 … Seguir leyendo