La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Slayer + Megadeth
A Coruña, Coliseo, 29-2-2011

Debido al uso y el abuso, las frases hechas pierden el poco significado que generalmente tienen. La que en las crónicas de los conciertos dice que un grupo «hizo temblar» el recinto en el que tocó es una de las que menos contenido tienen. El martes en A Coruña recobró el significado. Lejos de la hipérbole, Slayer menearon completamente le Coliseo con su apisonadora de thrash-metal. Desde el primer minuto, con World Painted Blood la sacudida fue tal que literalmente «hizo temblar» el multiusos coruñés.

El mérito recae en el volumen —muy superior del que tuvieron Megadeth, una hora antes— pero, sobre todo, en Dave Lombardo, un batería superdotado que ofreció una lección magistral en el uso del doble bombo. Comandó a la banda que, durante una hora y pico, sonó como una metralleta disparando desde diferentes puntos de su discografía.

De War Ensemble a Americon, pasando por la dupla de Raining Blood y Black Magic, la masa sonora de Slayer -física, sintiéndose en el pecho- fue sencillamente una de las exhibiciones de poderío y precisión más impresionantes de un grupo que se hayan podido escuchar por estos lares. Tan demoledor que al terminar el concierto, ya casi nadie pidió el bis. El público estaba totalmente exhausto.

A su lado lo de Megadeth quedó algo descompensado en el recuerdo. Aún sin la pegada de la banda de Kerry King, los chicos de Dave Mustaine ofrecieron un gran recital con momentos para el recuerdo como la tralla de Head Crusher, le tensión y explosión de la magnífica Peace Sells y, muy especialmente, la afilada Holly Wars, que cerró su actuación mostrando las uñas.

Slayer atacando «Raining Blood»