La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Las malas lenguas decían que a Triángulo de Amor Bizarro se le habían agotado las ideas, que eran víctimas de su propio éxito y que iban a ser incapaces, ya no de superar su disco de debut, sino de sacar un segundo álbum. Año Santo supone un puñetazo ruidoso y demoledor a todo ese runruneo negativo que de siempre ha acompañado a los de Boiro. Sí, sí, el suyo es el mejor trabajo del año.

1. TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO “Año Santo” (Mushroom Pillow)
Pese a su engañoso arranque pop con De la monarquía a la criptocracia y Amigos del género humano, el segundo trabajo de la banda de Boiro apuesta por la crudeza, la brutalidad y la locura noise-rock sin contemplaciones. Con ello obligan al oyente a perder la cabeza hasta caer en el pantano ruidoso de El baile de los caídos -una maravilla con guiño a Barón Rojo incluido- para finalmente purificarse en Año Santo y dejar exactamente la misma sensación que en su álbum de debut: !Queremos más!

2. LOS PLANETAS “Una ópera egipcia” (Sony)

Pese a no generar tanto revuelvo como su predecesor, Una ópera egipcia confirma a Los Planetas en la senda del rock mezclado con flamenco. Más luminoso gracias a la vena pop de Una corona de estrellas o Soy un pobre granadino, alcanza sin embargo su punto máximo cuando apela a la mística y las tinieblas. Son los pasajes de Señora de las alturas, Virgen de la soledad, Los poetas y, muy especialmente, La pastora divina con Enrique Morente los que dan verdadero valor a este trabajo hecho por un grupo que, además, atraviesa un momento especialmente dulce en directo.

3. NADADORA «Luz, oscuridad, luz» (Ernie Records)
Un auténtico renacer. Cuando (casi) todo el mundo pensaba que habían perdido el rumbo en el drama-pop y la electrónica, Nadadora dieron un paso atrás, volvieron a sus orígenes y editaron la cima provisional de su trayectoria. En Luz, oscuridad, luz descansan las mejores canciones de su carrera (Una nueva vida, Deshazte de mí, 1987…) con un sonido que en ningún momento quiere disimular sus pretensiones: envolverlo todo de oscuridad ochentera y atmósferas shoegazers. Este año deberían estar defendiéndolo en todos los festivales indies.

4. LÜGER «Lüger» (Autoedicion)
Ambientes piscodélicos, rítmica marcial, intensidad que sube minuto a minuto. El sensacional debut de Lüger tiene todo eso que los que en su día fueron fans de Manta Ray y luego de Schwarz buscaban. Entre el kraut-rock de la vieja escuela y las propuestas de grupos como Holy Fuck su debut suena como una auténtica bomba. Actualmente, sobre las tablas son pocas las bandas que le pueden hacer sombra. 

5. STANDSTILL “Adelante Bonaparte” (Pias)
Si con Vivalaguerra los catalanes reclamaban un lugar propio en la escena nacional, con Adelante Bonaparte -un triple epé conceptual que el grupo llama “fábula circular”- no hacen si no crecer dentro de ese emplazamiento. Pretencioso en el mejor sentido de la palabra, este es uno de esos trabajos que parece no escucharse del todo nunca y revela sorpresas cada vez que se vuelve a él. Fascinante.

6. LOS PUNSETES “LP2” (Everlasting)
Como unos Beat Happening con mala baba y algo de ruido planetario, Los Punsetes hacen dos cosas muy bien. Primero, crear canciones a medio terminar, esqueléticas pero súper efectivas. Segundo, trenzar letras que captan estados de ánimo con demoledora sencillez. Cosas como De moda, Tus amigos, Por el V**** o Dinero tienen la cantidad perfecta de cinismo y sinceridad treintañera como para terminar siendo auténticos himnos de andar por casa.

7. REFREE “Matilda” (Marxophone)
Raul Fernández entregó en 2010 su mejor disco como Refree. Para ello se desprendió casi completamente del tono jazzie de su pasado y, a modo de rompecabezas pop de estirpe muy beateliano, creó un catálogo de formas y colores realmente delicioso. En medio, historias de tipos torpes e incompetentes en su día a día vistas con una ternura muy especial, la que delata que en cualquier momento tanto el autor como el oyente puede verse reflejado.

8. HOLA A TODO EL MUNDO “HATEM” (Hatem Prayer Team)
Uno de los grupos revelación de este año ha sido Hola A Todo El Mundo. Su reivindicación del folk sesentero y la psicodelia, junto a su traslado a época actual con pinceladas de electrónica resulta altamente estimulante. Pero donde verdad enamora es en directo. O se sale corriendo repeliendo su buen rollito hippie o definitivamente uno les da un abrazo totalmente entregado a su causa.

9. DELAFÉ Y LAS FLORES AZULES “Vs las Trompetas de la Muerte” (Bus Azul)
Un disco totalmente incomprendido. Eclipsado entre el confeti y la felicidad extrema que el grupo ofrece en vivo, en este álbum descansan algunas de las canciones más tristes y sentidas del año. Sus once temas hablan de la ruptura de una pareja y las ganas de salir adelante de un modo tan cristalino que conmueve. Pero, además, posee dos piezas (Hoy y Funcionarios ausentes) que por sí solas justifican cualquier disco que las cobije

10. NACHO UMBERT & LA COMPAÑÍA “Ay” (Acuarela)
El indie nacional es mayor. Tanto, que los grupos de los noventa ya están en fase cantautor. Nacho Umbert, el ex Paperhouse, pertenece ya a la segunda hornada tras Nacho Vegas y Raul Fernández y su disco de debut ofrece una obra de autor con tono acústico y aroma mediterráneo por la que se pasan personajes sombríos y trasnochados con aroma de cuento musicado.