La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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mushroom-pillow-logo-fondo-blanco2 Empezó a principios de esta década ligado a lo sesentero. Entonces, Deluxe y su primer álbum, Not What You Had Thought, era el estandarte de Mushroom Pillow, el sello discográfico que dirigía el coruñés Marcos Collantes desde Lugo. El éxito fue tremendo y pronto se trasladó a Madrid. «Sinceramente, nosotros esperábamos más, la verdad —confiesa sin pizca de ironía—. De hecho, ahora estamos en la línea de tener mucho más éxito todavía del que hemos logrado». Se refiere al asalto internacional que están protagonizando grupos como Delorean o We Are Standard.

—Con la que está cayendo, ¿cuál es el papel de un sello discografico en el 2009?

—No sé cuál es el papel de un sello, solo sé cuál es el papel de nuestro sello. Y ese es apostar por lo que nosotros creemos que son grupos con algo que decir y luchar para que esa música llegue al público más masivo posible. En unos casos será 5.000 personas, otros llegarán a 40.000… Eso es lo que nosotros tenemos que hacer.

—Mushroom Pillow instauró un modelo de negocio muy imitado: ser la editorial de los discos y al mismo tiempo agencia de conciertos de los grupos. ¿Fueron los primeros?

—La verdad es que en el momento yo pensaba que no, que había más gente haciéndolo, pero al cabo de un tiempo nos ha comentado mucha gente que efectivamente fuimos los primeros. En el 80% de los casos ha sido muy beneficioso para el grupo. De hecho, los grupos que vienen a Mushroom Pillow buscan eso, no tiene sentido de que sea de otra forma. Nos llevó a dar este paso el hecho de haber tenido la experiencia con Deluxe y Sunday Drivers. Veríamos que poníamos el dinero, que apostábamos y trabajábamos y, de repente, cuando funcionaba todo, empezaban a pasar un montón de cosas alrededor, con un montón de fallos… Llegó un momento que pensé que el trabajo global era mejor para los grupos. Pero bueno, en esto hay opiniones para todos los tipos y depende de quién te la de pues será de un modo u otro. Yo lo que puedo decir objetivamente es que en la mayoría de los casos ha sido más beneficioso para el grupo que para nosotros.

—Siempre mostraron un punto de ambición mayor, queriendo desdibujar las fronteras entre el mainstream y el indie. Sus grupos sonaban en anuncios, en series de televisión,… cosas sobre las que existía una especie de ley no escrita que decía: “Eso no se puede hacer”.

—Yo es que no vengo estrictamente de ningún panorama indie musicalmente hablando. He pasado etapas de escuchar unas cosas, luego he podido estar medito en el rollo mod, pero también antes estaba en otras cosas. Yo he intentando evitar los tics indies que, al final, juegan en contra de los grupos. Esa falsa independencia no la comparto mucho. Creo que el planteamiento es: si es bueno para el grupo y es bueno para nosotros ¿por qué no hacerlo?

—¿Tiene que ver en esa actitud el inspirarse en editoriales británicas como Creation?

—Totalmente. Esa es la aspiración real. No me imagino a nadie diciéndole a Alan McGee «Oye, que quiero meter una canción en una súper campaña y que Primal Scream suenen hasta en Indochina y Malina» y ver a Alan McGee contestando «No, no por Dios, !Eso no podemos lo podemos hacer!». Si tú ves a las Chicas Gilmore salen Yo la Tengo tocando y en Gossip Girl suenan The Kills. Las grandes producciones tiran de este tipo de música, ¿por qué nosotros no lo vamos a hacer?

—Han pasado de una época sesentera y pop liderada por Deluxe a otra más oscura y rock ejemplificada por grupos como Sr. Chinarro. Se trata de un cambio muy brusco a nivel comercial. ¿Le era más fácil colar a Deluxe en los medios que a Sr. Chinarro?

—Sí, está claro que era más fácil. Lo que sucede es que cuando tú estás haciendo las cosas pasa a lo mejor un año o año y medio hasta que le llega a la gente. Es decir, yo sé que eso ha pasado en nosotros, pero también sé que ya no estamos ahí ahora. Por ejemplo, un grupo que a nosotros nos está funcionando muy bien, We Are Standard, ya no tienen ese rollo oscuro. El disco de Delorean que va a salir tampoco tiene ese punto tan oscuro. Pero, bueno, negarlo es una estupidez: nos hemos vuelto un poco más oscuros y un poco más radicales. Pero creo que volveremos a la luz en algún momento.

—En cuanto a proyección «Los jóvenes mueren antes de tiempo» de Deluxe fue su gran apuesta. Recuerdo que aquel lanzamiento salió incluso en los telediarios. Sin embargo, resultó fallido y no respondió a las expectativas. ¿Cómo lo recuerda?

—Lo recuerdo como el peor momento del sello.

—¿Por qué?

—Ese disco no debería haber salido, bajo mi punto de vista actual. Tampoco creo que sea algo abominable. Curiosamente, con el paso del tiempo, se va poniendo a la misma altura que el anterior, que en su momento era el que todo el mundo escuchaba. El comprador que queda de discos le dedica más atención a ese disco que al If Things Were To Go Wrong. Pero, vamos, creo que es mega evidente que la canción que pasó a la historia de Deluxe es el Que no. Nosotros aprendimos muchísimo de esa etapa que fue bastante desagradable.

—Antonio Luque (Sr. Chinarro) es uno de los grandes del pop español, a la altura de Antonio Vega o Joan Manuel Serrat, pero sigue siendo minoritario. ¿Cuando se le valorará como es debido?

—Bueno, yo creo que el fenómeno indie de los noventa marcó la tumba de muchos grupos. No me refiero a lo creativo. Fue como un intento fallido de un asalto a los medios, cuando la mayoría no estaban preparados. Se catalogó muy rápidamente todo eso y, a partir de ahí, ese perjuicio ha quedado instalado en los medios de una forma muy grande. No es como en la Movida, que había posibilidad de dar un segundo paso. Ahora se les cierra la puerta. Yo creo que Antonio está a la altura de Antonio Vega, Serrat o de cualquier nombre mítico. El tiempo lo pondrá en su lugar.

—¿Qué se encuentra cuando quiere colar a un grupo como Triángulo de Amor Bizarro en un telediario?

—[risas] No saben por dónde salir. Pero, bueno, en todos los medios de comunicación siempre hay alguien al que le tira algo que no sea lo típico y están aburridos de hacer la entrevista de turno a Pereza. De repente, si le propones algo interesante con un punto de vista diferente a veces acceden.

—Triángulo de Amor Bizarro impresionaron con su debut. Usted dijo que ese disco pasaría a la historia como un clásico del pop español como el “Super 8” de Los Planetas. ¿Ha sido así?

—No, aún no ha pasado el suficiente tiempo y no han hecho más discos. Yo creo que todo dependerá de a dónde lleguen creativamente en los dos siguientes discos. Cuando Los Planetas sacaron el Super 8 yo tengo a gente conocida que rcuerda haberlos visto tocando para siete personas en cualquier garito por ahí. Tampoco hubo ese rollo de “!Dios mío, Los Planetas!”. Serían como Triángulo de Amor Bizarro, pero sigo creyendo que el primero de Triángulo de Amor Bizarro va a ser un clásico.

—Van a recopilar el material de Los Eskizos, una banda coruñesa de culto. ¿Qué le ha llevado a ello?

—Yo viví su historia más o menos de cerca y, sinceramente, creo que fueron algo muy especial. Aportaron algo para lo que la ciudad aún no estaba preparada. Era una cultura musical, una estética, un todo. Si Los Eskizos fueran un grupo actual seguramente tendrían mucha más repercusión de la que tuvieron. Entonces era todo muy complicado. No teníamos ni autovía y además existia mucho eso de “saco un epe de 500 copias para que nadie lo conozca”.

—¿Piensa que esa mentalidad se está rompiendo?

—Yo creo que muchos de los grupos nuevos se debaten entre llegar a mucha gente y hacerlo desde un sitio muy undergound. Y eso muchas veces no funciona. Puede pasar que a veces lo haga, peor en general es muy limitado. Es una de las contradicciones de los grupos nuevos.