Minicríticas de tres discos alumbrados en los últimos días:
BJÖRK | «BIOPHILIA» (Universal) Ensimismada en su universo particular, Björk se ha propuesto crear el punto de encuentro entre la naturaleza, la música y la tecnología, grabando el que pueda que sea su álbum más difícil. El lado pop se encuentra en Crystalline, el single de adelanto. Se inspira, al parecer, en la estructura atómica de un cristal. Ahí inserta a unos amantes («Igualamos el flujo con nuestros corazones / besamos nuestros cuarzos para alcanzar el amor») y con un desarrollo circular, obsesivo y caleidoscópico contagia el nerviosismo al oyente hasta explotar totalmente. Esa, la idea de insertar los latidos del corazón dentro de los de la naturaleza, es la guía de un disco arisco a primera escucha, pero cautivador en el corto plazo. Ahí, dentro de sus ritmos quebrados, el minimalismo instrumental y las pinceladas electrónicas, abren las alas maravillas como Virus, que alude al amor que mata a las personas (células aquí) o Cosmogony, que lo relaciona con las erupciones volcánicas. Calificación: 8/10
WILCO | «THE WHOLE LOVE» (DBPM-Pias) Fiesta en Wilcoland. Desde A Ghost Is Born (2004) la banda de Jeff Tweddy no volaba tan alto. The Whole Love no solo resulta un disco notable, sino que aporta la variedad suficiente como para remitir a la todos los hitos de su discografía generando una placentera sensación de reencuentro. Así, Art Of Almost evoca su lado más experimental de Yankee Hotel Foxtrot; I Might y Standin O trasladan al brío power-pop de Summerteeth; y piezas como Opend Mind y Rising Red Lung reconcilian a los seguidores de su nunca bien ponderada faceta acústica. Si todo ello se concluye con broche tan bonito como One Sunday Morning (doce minutos de delicadeza y masaje auricular) pocos peros se pueden poner a esta nueva entrega de uno de los grupos fetiche de la década pasada. Por lo que se ve, también lo será en la presente. (7/10)
KASABIAN | «VELOCIRAPTOR!» (Columbia) Las canciones de Kasabian están llenas de falsas promesas. Poseen brillo y referencias familiares, algo que ayuda a que entren con gran facilidad. Pero, en cuanto la rueda empieza a girar, difícilmente se puede encontrar en ellas algo que no las haga olvidables. En este caso asistimos a un batiburrillo de vocales estiradas a la Gallagher, melodías de querencia sixtie pasadas por el filtro brit-pop, ritmos pretendidamente bailables, fugaces viajes en busca de la inspiración oriental y coqueteos con los sintetizadores analógicos. Pero, aunque en algún caso agraden de entrada, a los pocos segundos se desinflan al llegar a estribillos totalmente ramplones o tropiezan con su incapacidad de mantener el nervio. Toda una oda al vacío en el cuarto trabajo de un grupo cuyo éxito continúa siendo para algunos un absoluto misterio. (2/10)
no soy capaz de escucharme entero el de björk, de verdad que no. es cosa mía? cual es el truco? y eso que yo soy de los raros que se compraron los discos anteriores (hasta en varias ediciones) pero desde Vespertine que esto no ha vuelto a ser lo mismo (Volta… un poco infumable, no?)
Dale cariño y échale un vistazo a las letras, ;-P
Me quedo con Wilco, nunca fui fan de la islandesa, y Kasabian, desde el primero y algo del segundo, no me llama demasiado…
A mí el de Bjork me perece un truñete bastante considerable ( como todo lo que hace esta tía sobrevalorada) y el de Wilco ¿un 7 sobre 10? ¿Estás de coña no? Yo le pondría como mínimo un 9. Pocos discos tan buenos habrá este año. En lo que sí estamos de acuerdo es en Kasabian, vaya tostón de gruopo
De Bjork y Wilco parece que no se puede hablar mal (ni de Kasabian bien) bajo pena de excomunión de la ortodoxia indie. Tengo la sensación de que podría haber adivinado las puntuaciones que ibas a dar a los discos sin ni siquiera haberlos escuchado.
Pero resulta que lo he hecho (maravillas de Spotify). Y me reafirmo en mi opinión de que Bjork hace muchos años que no hace nada decente. Wilco me parecen una buena banda que hace buenos discos y este no es una excepción, pero el mito que se ha montado en torno a Jeff Tweddy, sólo porque es rarito, me parece muy exagerado. Prefiero el último de Ryan Adams.
Y en cuanto a Kasabian, qué puedo decir. Se te notan los prejuicios. Yo no soy super-fan pero 2/10 es ridículo. El single es bastante bueno y hay algunos temas más que están bien. Yo le daría un 6/10 o un 5/10 si nos ponemos muy exigentes (que, con otros grupos, no nos ponemos, por cierto).
A javi lo podrás acusar de snob y todo lo que quieras, pero no desde luego de glorificar a Jeff Tweddy. De hecho lo sorprendente es que le ponga un 7 a este disco. A las pruebas me remito
https://blogs.lavozdegalicia.es/javierbecerra/2009/06/02/lo-siento-jeff-sigo-sin-encontrar-la-conexion/
Ton, pues nada, rectifico. Lo cierto es que estoy de acuerdo con casi todo lo que dice Javier Becerra en el enlace que me pasas. Incluso parece que a mí Wilco me gusta un poco más (sólo un poco) que a él. Algunas de sus canciones sí me tocan la fibra y ese concierto me gustó más que a él.
De lo que yo me quejaba es que en algunos foros (ese que aparece en mi nick es uno y a veces me parece que este es otro), grupos como Bjork y Wilco jamás pueden tener menos de un 7 y grupos como Kasabian nunca pueden tener más de un 4, independientemente del disco que hayan hecho.
Y admito que no he escogido los mejores ejemplos para quejarme porque de hecho a mí me gusta este disco de Wilco y el de Kasabian tampoco me parece nada del otro mundo pero, francamente, no me parece que se les aplique el mismo rasero.
Umm, pues yo creo precisamente que lo de Bjork es al revés. En los noventa era un icono de la modernidad, de las que quedaba muy bien decir que era una artista genial. En la década pasada cambió la tendencia: discos como «Medulla» o «Volta», pasados de vuelta y tremendamente arriesgados, pasaron bastante desapercibidos. Dudo mucho que los fans veinteñaeros de Panda Bear y Vampire Weekend comulguen con un disco como «Biophilia».
Te aseguro que el disco de Kasabian lo he escuchado (era un encargo para el periódico) y…en fin, desde mi punto de vista, no hay por donde pillarlo: es malo e inconsistente. El de Wilco (aún considerando que son un grupo sobrevalorado) es objetivamente un buen disco. Simplemente es eso y así queda reflejado. No es cuestión de seguir ninguna tendencia sin traspasar unas líneas rojas que a mí se me escapan totalmente, es solo emitir una opinión.
Wilco son el grupo más sobrevalorado del planeta.
El disco de Kasabian es, como dices tú, objetivamente bueno. Tiene una cantidad de buenas canciones que hacen injustificable ese 2. Ya sólo por Days are forgotten merece la pena.
A ver, Pitchfork=Snobs ¿pero tú te has leído la página (que no foro) de Pitchfork en los últimos 5 años? O Tiny Mixtapes o el foro del Primavera Sound, o un largo etcétera. No solo está de moda hablar mal de wilco a raíz del Sky Blue Sky o Wilco (The Album), es que prácticamente nadie ha hablado bien de ellos.
Y Björk desde el Medulla es un personaje completamente fuera de la órbita indie y todos sus discos pasan sin pena ni gloria por todas estas publicaciones.
Es que joder, yo no soporto gran parte de los artículos de esas revistas y foros, pero antes de criticar conviene informarse un poco ¿no?
Por otra parte, Kasabian están claramente en el pódium de grupos-truño de los últimos años (peleándose con Muse y Wolfmother por el primer puesto)
para mi wilco tiene cosas más q buenas, pero éste último, coincido con el señor becerra (respecto a su crítica de lo último de coldplay), no llegan a hacer, despúes de tantos años un disco redondo 1o1%, siendo su más destacado, para mi, «sky blue sky» 2007.
(de bjork, no digo nada, puesto que desde hace tiempo me parece algo antimusical y mucho más que infumable. y de kashabian, pues como q no conozco nada, aún).