Héctor G. Barnes lo clava en su crítica del Accelerate de REM en el Ruta 66 de este mes. Habla de un mecanismo que suele darse en las promociones discográficas y que, visto desde el otro lado, no resulta sino chocante:
“Las paradojas de la promoción: ahora resulta que, según la versión oficial de Michael Stipe y compañía, su último álbum Around the Sun era un trabajo mediocre y sobreproducido que no satisfizo ni a los fans ni a la propia banda. No seré yo quien niegue que aquella fue su sima (…), pero uno se pregunta si han tenido que pasar cuatro años para darse cuenta de que Around The Sun era, efectivamente, malo”
A escala más próxima este puede ser el esquema:
-Grupo dice que el disco que presenta es el mejor de la su carrera o que es muy bueno (en el caso de ser el primero)
-Periodista sostiene que el disco es malo, que es poco original o que carece de personalidad
-Grupo se enfada: o vacila al periodista ocultando el enfado… o se enfada de verdad.
-Periodista se incomoda con la reacción y finge que le da igual porque es su trabajo y ello va en el sueldo
(pasan dos años y el grupo edita nuevo disco)
-grupo dice que el disco anterior no era bueno, y detalla las cosas en las que fallaron (curiosamente las mismas que decía el periodista)
-periodista sonríe y salta la duda ¿De verdad que hace dos años no eran conscientes de los defecto?
(Borrón y cuenta nueva: periodista y grupo se terminan llevando bien… o en el peor de los casos, es decir que el grupo vuelva a sacar otro disco malo y el periodista lo diga, el rencor pervive… a veces, simplemente, pervive sin ninguna explicación lógica)
La incapacidad para hacer frente a la crítica parece endémica de la música. A veces da la sensación de que si un periodista no habla bien (ya no digo hablar mal) o simplemente no habla de un grupo, es desde poco patriota (recurso tan manido el de la proximidad geográfica) hasta un envidioso. A veces parece que crean formar parte de un mundo paralelo en el que sólo sean posibles las alabanzas y vítores «de hoja promo». Así como ellos consideran que lo que ese periodista escribe puede estar equivocado, también habrá un margen para la duda respecto a lo que hacen. No sé, me parece algo lógico. Lo que es infantil es lo de enfadarse. A cualquiera le han dicho alguna vez que lo que hace (y en lo que deposita todo su cariño) es una mierda, pero es que a veces pueden estar en lo cierto. Sería bonito que los muchos grupos musicales supiesen aceptar críticas al igual que tienen que hacerlo los periodistas musicales, cuyo trabajo está sometido a presiones de todo tipo y sin tener detrás una maquinaria de apoyo a su persona.
Nunca nadie va a aceptar las críticas negativas con una gran sonrisa. Bueno, eso es lo bonito también, ¿no? A mí me gustan los grupos que defienden a muerte su obra, aunque efectivamente cometan fallos que desde fuera vemos con más claridad. Falta pasión por parte de los grupos. Me cansa lo políticamente correcto y el compadreo exagerado que ejercen muchas bandas. Entiendo al periodista, pero más todavía a REM.
Yo no diría que es infantil enfadarse… es humano y necesario si te corre sangre por las venas y te vuelcas en lo que te gusta con verdadero cariño.
Un saludo!!
pues yo lo veo más del lado «si todo el mundo dice que es malo y nosotros sostenemos lo contrario, cuando digamos que este es muy bueno no va a tener credibilidad. casi mejor aceptamos que el anterior era una mierda y así parece más creíble cuando digamos que este sí es lo mejor».
Yo siempre he pensado en este patrón de conducta. Tengo mucha curiosidad por ver lo que pasa cuando Wilco saquen nuevo disco, teniendo en cuenta los dos berrinches que se pilló su líder en sendas entrevistas en el RDL en pocos meses…
¡Un saludo!