En el máster de periodismo que realicé hace un año me dio clase un profesor, con el que ahora comparto espacio bloguero, al que le gustaba echar anzuelos a los alumnos más abiertamente de izquierdas y seguidores del ideario Prisa, que eran mayoría. Me imagino que serían cosas de la experiencia y las tablas, porque con dos líneas era capaz de revolucionar el ambiente. Siempre se montaba una explosión y, claro, siempre ganaba él. Aunque nunca participé en esas trifulcas, lo cierto disfrutaba de lo lindo con el espectáculo dialéctico.
En el pop sucede un poco lo mismo. Existe una ley no escrita en la que parece que per se haya que ser de izquierdas o, cuando menos, anti-PP declarado. Y si no, se monta la polémica.
No citaré nombres, porque no sé si los implicados tienen ganas de convertirse, de nuevo, en objeto de debate. Pero lo cierto es que conozco a algunos músicos del ámbito del pop que, bien por relación familiar o por ideología, mantienen una postura política próxima o metida de lleno en la derecha liberal. Muchísimas veces he escuchado comentarios negativos sobre ellos, hechos a la ligera y queriéndolos desprestigiar, única y exclusivamente por eso: ser de derechas, sin profundizar más allá, como si de un estigma se tratara. A mí que, lo admito, me va la marcha y sacar de las casillas a los enamorados de la palabra cultura con visos de progresía, en esos casos, adopto el papel del mentado profesor y hago unas preguntas.
¿Es incompatible hacer una canción de desamor basada en un estribillo y una melodía con el deseo de que las competencias de educación vuelvan a transferirse al estado? ¿Y el intentar emular el sonido de los Small Faces con la negativa a que exista diálogo político con ETA? ¿Y hacerse una sesión de fotos con los flequillos cuidadamente despeinados con no subvencionar alquileres a jóvenes con la fórmula de los 25O euros? ¿Considerar ello incompatible no será un dogma?
¿No será que hay bastante intolerancia en esta inercia de descalificar por descalificar?
Mmmm..Entrada presunt(uos)amente zancadillera. Javier, es la primera vez que leo que el pop y la izquierda están unidos. Aunque sobre pop no tengo demasiado conocimiento, siempre me ha parecido que un músico de este estilo (o de cualquier otro, la verdad) podrá tener las preferencias políticas que quiera. Vamos, que hablar de desamor y soledad no solo no está reñido con querer los 400 pavos por barba, o luchar por eliminar el impuesto de sucesiones en grandes empresas, sino que además no tiene nada que ver.
Supongo que tus experiencias indican lo contrario, porque de otro modo…En lo que sí coincido es en que es más fácil y barato decir que eres de izquierdas por consumir tal suplemento o estilo musical o modo de comprar. Para mí, es que no saben muy bien a qué van al mercado. Pero ése es un problema suyo, no del concepto de «izquierda» o «derecha».
Pero bueno, si comenzamos vinculado izquierda con Prisa, creo que la proposición ya viene viciada de casa, maestro.
Estoy con Anxo. Izquierda y Prisa no pueden ir en ningún planteamiento.
Sin ánimo de avivar discusiones sobre la «izquierda» y la «derecha», está claro que la música pop es ahora mismo un género absolutamente conservador, tanto la que triunfa en las listas de éxitos como la, digamos, «minoritaria» (lo de «independiente» me parece una etiqueta de risa). El Canto del Loco es un grupo conservador, igual que Triángulo de Amor Bizarro. Ninguno de los dos son otra cosa que entretenimiento banal y sujeto a X clichés, ya sea del lado del pop frívolo de radiofórmulas o de la matraca noise. Particularmente, no veo nada radical ni rompedor en volver la vista a «Sound of Confusion» o los discos de Surfin’ Bichos, y que esa sea tu gran propuesta para ofrecerle al mundo hoy en día. En ese sentido, y según los términos que planteas, todo es «de derechas» y conservador. La «rebeldía» patrocinada por Heineken, Iggy versioneando a Madonna, Jesus & Mary Chain a por su parte del pastel, Kevin Shields haciendo la patata ambiental de «Lost in translation».
Por otra parte, en tus textos siempre percibo esa dicotomía absurda y pueril entre música «comercial» y «la otra, la buena». Es decir, Nadadora. !Pero si hasta Amaral son mejores! A veces hay que barrer un poco en casa, que en el mundo «indie» en el que tan especiales nos sentimos hay cada castaña que clama al cielo. Es fácil de pecibir si alguien ha escuchado en su vida algo más allá de Parchís y los Stone Roses.
Un saludo.
Pero sí Parchís eran alternativos y de izquierdas!…
Hay que ver la gente como es!!!!
Lo que sí que se nota es si la gente ha leído algo más de lo escrito por el autor del Blog que el propio Blog, antes de opinar tan categórico sobre su visión de lo comercial y lo de calidad y la cantidad de música que ha escuchado…
Le he leído, si, tanto en el Feedback Zine, que tiene (o tenía) textos muy buenos, como en «Ruta 66».
Un saludo.
Bien visto! Abrazo
Y no quería decir que ÉL hubiese escuchado mucha o poca música. Me refería a que es fácil de percibir por cualquier aficionado medio que la llamada «música indie» está tan mal como cualquier otra. Y que la buena música no está sólo de ese lado. De hecho, casi nunca está de ese lado.
Un saludo.
Has tocado fibra sensible, Javier, jejeje.
Muy de acuerdo con Anxo. Además, no tengo demasiado claro que es eso de derechas o izquierdas. También estoy en parte de acuerdo en lo que dice C sobre las etiquetas, esa práctica tan ridícula e instaurada.
Si damos por sentados ciertos tópicos yo también iría más allá. Y es que también creo que los grupos actuales de pop tienden más bien hacia la derecha.
Parchís me encantan. Eso sí que es «attitude». Pero no me gustaría volver a leer el nombre del Canto del Loco en el mismo párrafo que nuestros Bizarros, por favor.
Saludos.
A día de hoy, el único grupo de izquierdas que hay son los Defiance: Ohio. Como unos Levellers, pero en punk. Y con más roña.
De todas maneras, importa poco que uno como artista pop sea musicalmente conservador para saber si es políticamente de izquierdas o de derechas. Y algo muy reduccionista pretender que la diversión no puede ser de izquierdas.
Mi ejemplo de canción política perfecta es The Marriage, de Billy Bragg. De izquierdas. Divertida. De amor. Puede que hasta un punto banal. Sujeta a los clichés del folk. Maravillosa.
«que la buena música no está sólo de ese lado. De hecho, casi nunca está de ese lado.»
Ah, pero ¿hay lados? Como oyente yo no tengo de eso.
O tema de musica independente igual a esquerda é un poco absurdo, ou moi absurdo. Igual que calidade e indie, ou mala calidade e maistream. Eu creo que vai mias pola idea do elitismo, e dicer o indie acostuma a responder a un elitismo intelectual, e polo tanto social, emntres que o mainstream é mias popular. Sen embargo o da elite se achega moito ao esquerdismo e o divismo… Isto vese moi ben nos sitios onde acostumamos a andar a xente do mundo da musica… pois acostuman a ser sitios moi de elites intelectuais con moito esquerdismo… De hai o cliché, pero que no fondo e moi falso. Se collemos o grupo insimnia do indie español os Planetas vemos moi poucas cancións con tematicas sociais ou reinvidicativas, asi que bueno moitas posturas esquerdistas non teñen demasiado sentido.
bueno yo creo que a esta alturas ya no existe la izquierda en el pop, es más, la izquierda de este pais ya ni siquiera es de izquierdas. en mi modesta opinión el socialismo musical empezó con Bob Dylan y acabó en los Clash.
y con el tiempo hasta Bob Dylan claudicó.
Tu blog es muy bueno. La tesis de este post, interesante, pero está viciada de partida. El bloguero al que citas no es un buen ejemplo. Por lo visto en su bitácora, hace posts que nadan entre los delirios conspiratorios y las burdas manipulaciones. Según él, no se opera a gente en el Sergas porque la prioridad es hacer abortos. Con personajes como este, no hay lugar para izquierdas o derechas: su opción es el totalitarismo.
jajajajajaa Javi tu siempre ahí en la polémica….