Aparte de sus amoríos (el último es el guitarrista de The Kills, Jaime Hince con el que, al parecer, se va a casar), la conexión de Kate Moss con el mundo del rock es constante. Y muy, muy especial. Porque, del mismo modo que hace en la pasarela, el empuje de Kate viene a ser algo así como una fuerza animal que, en el territorio rocanrolero, se mueve como pez en al agua. ¿Llega la palabra carisma para definir lo que desprende? Mucho nos tememos que no.
Aunque todo el mundo asocie los lazos con The Libertines y Pete Doherty, existe un precedente muchísimo más trascendente. Nos trasladamos a 2002, cuando Bobby Guillespie, el erudito líder de Primal Scream que siempre tiene un pie en el pasado y otro en el presente, vio la jugada maestra: recuperar el clásico Some Velvet Morning de Lee Hazelwood y Nancy Sinatra y darle una vuelta de tuerca en clave electro-rock. Como ya antes la habían hecho los shoegazers Slowdive, Guillespie ya conocía el potencial atmosférico de la pieza, pero la apuesta de su revisión fue sencillamente genial. Pese a ello, curiosamente, fuera del círculo musical, apenas ha tenido repercusión, pese a tener todas las bazas para ello.
Lejos del grave recitar de Hazelwood, él la sostiene en un falsete funky que casa a la perfección con la rítmica tensa de la pieza, pero el concurso de la modelo Kate Moss se convierte en un cegador foco de luz. El susurro a lo Jane Birkin de ésta es sencillamente irresistible y el cambio de voces, con los arreglos del tema, hace saltar todas las alarmas por su tórrida atmósfera sexual. Rock n´roll en el siglo XXI, que si cae a las 5 de la mañana en una discoteca se convierte en puro fuego
Y luego, claro, el video, ese video tan adictivo. Tanto poderío parece que se vaya a desbordar por la pantalla. De verdad. Deléitense una vez más.
Así lleva toda la vida, hasta el punto de que ya tiene en los Stones psicólogos y segunda familia.
Keith Richards bien la conoce, y ya resumió su opinión sobre todo esto hace un año: “Kate wants to play with the bad boys and she’s done one, then another, then another. She’ll live, the boys will die.”
Más amable han sido siempre Ron Wood y familia, abriéndole las puertas de su casa (a ella, a la hija, a la nanny…) cada vez que había bronca con Doherty, entre otras ocasiones… grande y tierno a partes iguales…
Es una versión muuuy buena, pero la de Slowdive no tiene comparación. Es preciosa.