«Tú lo sabes, no es ningún secreto / el mundo es para los hombres, no para nosotros»
( We Rule The School, Belle & Sebastian)
La nouvelle vague y Belle & Sebastian llegaron casi a la par para nuestra generación. No era difícil, por tanto, ponerle banda sonora al gusto a las películas, o realizar con las películas videoclips a medida para las canciones. Uno de ellos, de los que más veces se repitió en algún piso de estudiante, consistía en empalmar la escena final del filme Los 400 Golpes de François Truffaut (todavía en VHS) y el We Rule The School del Tigermilk de Belle & Sebastian (estos ya en cedé, desgraciadamente). Cada uno a su manera hablaban de lo mismo: de esos niños que, prematuramente, ven que su lugar no es el que han diseñado los mayores para ellos.
La cuestión era contar los segundos exactos de la canción y pulsar el play del video justo cuando el contador de este avisara de que ese era exactamente el tiempo que le quedaba a la película. Todo cuadraba de tal manera (las imágenes, de verdad, parecían haber nacido para aquella canción) que era inevitable conmoverse. Hangtheguille se acordó de aquello hace poco, materializándolo para uso y disfrute de quien quiera verlo en Youtube. Hoy en día, los adelantos permiten que se haga realidad de una manera bastante menos rudimentaria. El efecto sigue igual de embelesador y obliga a redordar uno de esos momentos en los que el pop es capaz de acariciar la fibra sensible de cualquiera.
A mí lo que se me hace fascinante es cómo se le puede cambiar la intención a una historia simplemente cambiando el ritmo o la música de fondo. Sin embargo, en este caso, se respeta, e incluso se fortalece lo que quiere Truffau que el expectador sienta con esa huida.
aquella cinta con a bout de souffle de godard y los cuatrocientos golpes … con ellas dos, los dos primeros discos de belle & sebastian, una cajetilla de cigarrillos y el ámparo de la oscuridad de la noche ayudaron mucho a sobrellevar los mal llevados años en la universidad
La verdad Javi… es que yo lo que más recuerdo es «Like Dylan in the Movies» como banda sonora de «Blanco» (Kieslowski), contigo sujetando (al «unísono») los botones del vídeo y del CD; tardes y noches de entre «Belle De Jour» y «Alta Fidelidad», y conversaciones con banda sonora brasileña de los años 60: «Once upon a time when perhaps the sun was fading behind the mountains. The shadow of a strong man, with a gun in is hand, raised to protect the poor people of the haciendas, they called him: El Justiciero…»
Formarán parte de mi vida como una de las épocas más dulces, sin duda.
Por las Burgas te sigue esperando una lasaña barata y romántica, cuando quieras.
Un abrazo.
Vaya, me he emocionado: !El justiciero, cha, cha, chá!