Lolapop, Ponte Caldelas, Pontevedra, 29 de agosto de 2009
En ocasiones, de las desgracias brotan momentos mágicos, así, sin que nadie los prevea. A las 20.15 del pasado viernes en Ponte Caldelas (Pontevedra), cuando Niño y Pistola apenas llevaban unos minutos sobre el escenario del festival Lolapop, cayó una granizada por sorpresa. Ni un amago de lluvia previo ni nada: granizo puro y duro mostrando la peor cara de un temporal en toda regla. Algunos, incluida la banda, desafiaron al hielo en un principio, pero conforme este iba tomando tamaño (había bolas de granizo del tamaño de una pelota de ping pong que llegaron a destrozar la luna de algún coche), todo el mundo tomó refugio donde pudo: en los puestos de venta de tickets, bajo el puente de acceso al parque en el que se celebraba el festival, donde hubiera algo que resguardase de una tormenta que dolía. Tras unos diez minutos, se podía ver a un chico bracear desde la entrada del pabellón municipal contiguo al escenario. Lo habían abierto y, como si de una catástrofe colectiva se tratara, allí terminó todo el mundo con sus mochilas, chubasqueros… y sus mojaduras.
Vídeo de la granizada y la llegada al pabellón
Sin pensarlo dos veces, dos de los integrantes de la banda de Baiona, armados con guitarras acústicas, se dispusieron a tocar a pelo. Carentes de amplificación, situados bajo una portería de futbol sala, entretuvieron a la chavalada pop a la espera de ver qué sucedería con el festival. Josiño Carballo, el organizador, decía sonriente que se iba a celebrar: “Solo hay que ajustar los horarios porque la gente de sonido se tiene que ir a Boiro a las dos y no se puede quedar más tiempo”. Mientras, dentro, el panorama era digno de un video clip de Weezer: una banda tocando a ras de suelo y a la que, a medida que iba transcurriendo su actuación, le iban incorporando elementos. Primero, una exigua batería compuesta apenas por una caja, un charles y un plato, luego una amplificación para la guitarras, posteriormente un micro y todo ello, recuerden, bajo una portería de fútbol con varios cientos de personas sentados en el suelo observando la actuación. “Están chequeando que el equipo esté bien y volvemos allí”, anunciaba Manolito, vocalista, que hizo las veces de entertainment con temas propios, así como de los Beatles, Andrés do Barro o Abba. Después, una mezcolanza entre Niños Mutantes y Manos de Topo atacando el Where is my mind de los Pixies, cerraban el paréntesis. Tocaba retornar al festival de verdad.
La ilusión duró poco. Con los miembros de Jugoplástika a punto de caramelo, el granizo anterior mutó en rayos y truenos. Y, de nuevo, toda la masa de público (que ya había crecido por encima del millar) tuvo que retornar al pabellón. Los peores augurios se cumplieron y, en torno a las 22 horas, ya pocos pensaban que aquello tuviera solución: aunque nadie dijo nada de un modo más o menos oficial el festival Lolapop 2008 se había cancelado.
¿Y qué hacemos con toda esta gente?
El esquelético equipo que se había improvisado en el pabellón permanecía aún montado, las bandas pululaban por ahí sin saber muy bien cómo se iba a resolver todo y el público, en torno a las dos mil personas provenientes de todas partes de Galicia, tenía que pasar necesariamente la noche en Ponte Caldelas. Algunos, como Delorean no se dejaron llevar por el empujón del momento, pero a otros les ardían las ganas de poder tocar, aunque fuera en esas condiciones. Y precisamente eso, ese carácter espontáneo, de chispa que brota, se expande e inunda el ambiente, fue lo que convirtió lo que podía ser un tremendo fracaso en uno de esos momentos emotivos de los que se termina diciendo “yo estuve allí”. Habrá quien ponga peros, quien diga que el sonido no era bueno o que los conciertos fueron breves (entre 3 y 4 canciones). Pero lo cierto es que hacer una crítica musical de lo acontecido se merecería un bofetón, porque lo que lograron Lori Meyers, Manos de Topo y Niños Mutantes fue una bola de emoción pura, compartida con dos mil almas y gargantas que le dieron al poder escapista del pop todo su significado.
Los primeros en comparecer fueron Lori Meyers, ahí sintiendo el aliento de su público, sin vallas, escenario ni nada. Apenas interpretaron tres temas, pero las miradas de sus fans denotan lo que son: uno de los más grandes grupos del pop nacional de la actualidad. Lo cierto, es que escuchar a tantas personas cantar juntas en una sola voz el estribillo de Tokyo ya no nos quiere, emociona, dibuja una sonrisa de oreja a oreja y obliga a retomar la fe en el gusto popular del país de los bisbales y amarales. Y el final, con Alta fidelidad , es de los de ir y darles directamente un abrazo. Verlos tocar, es ver a una banda en estado de gracia, disfrutando de lo que hace y eso se transmite. Lo mismo, o más aún, aconteció con el directo de Manos de Topo. Difícilmente podrían haber pensado cuando surgieron que su pop minimalista y grandilocuente pudiera servir como combustible para la alegría, pero cómo fueron recibidos no dejó lugar a dudas. Sus canciones, que tanto exploran el patetismo del hombre heterosexual, ganan en directo y se unieron a versiones de las no menos patéticas Bailar pegados de Sergio Dalma o I Can´ t Live de Mariah Carey y, al final, hasta un niño del público terminó por cantar un tema con ellos. Al terminar una de sus canciones dijeron “todos los festivales deberían ser así”. En ese momento no había ni una sola persona que les llevase la contraria.
Un montaje muy chulo que recoge la ultima canción de los Lori Meyers, Alta fidelidad, en pleno éxtasis
Pero probablemente el gran momento lo pusieron los Niños Mutantes con su versión del Como yo te amo de Rocío Jurado. Aquí se hace necesario acudir al video ya que, a falta de equipo de luces, alguien optó por apagar la iluminación del pabellón, dejándolo a oscuras mientras el grupo andaluz arrancaba la canción en pleno karaoke colectivo. Luego, los focos se encendieron de modo paulatino, poco a poco, creciendo la canción en intensidad, a la par que se iba ganando luminosidad. Junto a algún tema propio, cerraron las actuaciones.
Niños Mutantes y Como yo te amo en medio del karaoke colectivo
La fiesta siguió. Primero con David Dj. Luego con Marc, el vocalista de Dorian. Ambos pincharon para los que decidieron quedarse, que no fueron pocos. Nadie sabe lo que podría haber pasado si el tiempo no abortara el Lolapop tal y como estaba concebido. Seguramente sería un festival más, con buenas actuaciones y otras no tan buenas, de esas que se van perdieron en la memoria hasta la próxima edición. Pero esto, tuvo la chispa de las noches especiales, en las que algo enciende el espíritu y logra emborrachar de felicidad hasta al más apático. Lo dicho, emoción pura, magia a raudales y un recuerdo: haber estallado de júbilo.
Fin de fiesta don Dorian Dj y el No Cars Go de Arcade Fire a todo trapo
Hasta los que por desgracia no pudimos estar allí acabamos con una sonrisa boba de oreja a oreja. Gracias Javi. Me acabas de llevar de vuelta por unos minutos a mi añorada Galicia.
absolutamente dacordo… só unha cousiña, o Como yo te amo de Manuel Alejandro foi interpretado antes por Raphael, se a memoria non me falla.
O do Lolapop foi irrepetible.
joder, que comentario máis repelente….
Javi, eres un crack! Gran evento.
En los conciertos de Hardcore es así siempre.
¿gran evento?¿momentos magicos?….. como cambia el punto de vista, me parecio «muy acertado» que se adaptaran al pabellon, que se convirtiera en un semi-acustico, con la gente sentada en el suelo a lo mtv unplugged de julieta venegas….. bajaba por Delorean y normal que no aparecieran a escena, momento impagable el ver a el chico este del dolorian con la «cabina» agrobizarra detras de la porteria, sinceramente mi opinion de en vez de disfrutar de esos momentos mágicos polideportivicos, fue la de regresar a Coruña con cara de idiotas y con un «cabreillo», lo sigo diciendo, voy a dejar el indie por la Panorama, por lo menos nunca fallan aunque lo lleven todo como Dorian, una pena que no comentes nada del friki del disfraz de tigre………..
Coincido con la apreciación de R a la hora de cuestionar la percepción de unos conciertos que, en circunstancias normales, se habrían suspendido sin más, debido a las inclemencias metereológicas. Más que una «velada mágica», el resultado fue un intento fallido -por causas ajenas a la organización y los artistas- de montar un festival. Eso es así, objetivamente hablando. La decepción que supone no poder ver a tu artista favorito en unas condiciones mínimas queda, eso sí, mitigada por el reconfortante sentimiento de solidaridad con la causa por parte de los implicados. Algo que es muy de agradecer de cara al público allí congregado y que puede dar pie al clima emotivo que se desprende de la reseña y los vídeos.
Ahora bien, me resulta curioso que se critiquen determinados festivales y conciertos (debido a lo insuficiente de la acústica de las salas o a la incomodidad de los recintos) y luego se excuse determinadas carencias en actos como este, justificándose detras de la modestia de sus medios y aspiraciones o del hecho de tratárse de un evento gratuito.
Nadie ha tenido la culpa de que lloviese, pero la gente de la organización debería de tener cubiertas las espaldas para evitar según qué cosas. En el myspace del Lolapop, sin ir más lejos, se afirmaba que «dentro de la modestia de nuestros planteamientos queremos ofrecer un festival cuidado. Por un festival cuidado entendemos el que presenta un cartel atractivo (en todos los sentidos), preocupado por la calidad del sonido (sí, somos de los que van a los festivales a escuchar a los grupos), asequible y en el que no tener que ir corriendo de un lado para otro para poder ver a tu grupo favorito». Creo que la cita resulta bastante ilustrativa de hasta que punto el asunto se les ha ido de las manos. Más aún cuando las predicciones metereológicas llevaban varios días advertiendo de la posible catástrofe y del temporal que se avecinaba.
Por lo demás, les deseo mejor suerte a la gente de Ernie Producciones para el año que viene; por que en una cosa le doy la razón a Chou: esto no debería repetirse.
Un saludo.
A mi me parece que estuvo bien que se ofreciese algo a la gente que fue alli, parte de la cual había recorrido muchos kms aquel día y que decidió quedarse a esperar a ver si la cosa se calmaba. Y no fueron pocos. Pero no comparto la percepción de que fuese memorable. Creo que gran parte del público compensó la decepción con esa proximidad con los artistas, con poder sacarse fotos con ellos y charlar, aprovechando que no existía separación entre artistas/público. En el resto, estoy muy de acuerdo con los planteamientos de David Bizarro y espero que el próximo año tengan más suerte.
David, has dejado todo tu karma en la India o qué? Qué arisco, chico! Xa pareces eu.
O que pasa aquí é o de sempre: uns do Madrid e outros do Barça; pero, por favor, R, non te pases á Panorama: eu vina 2 días (si, dous) este verán e non necesito máis para constatar o grotesco do seu espectáculo: cantantes lanzando vivas á cocaína e chamándolle «guapa» á típica cachonda de pueblo entre verso e verso de «Zapatillas», cantante (feminina) pedindo un… «vaso de semen» [literal], e logo toda esa montaxe à la Mad Max 2 que aproveitan para interpretar a canción de Aladdín… Je. E aínda por enriba non tiñan (ou non quixeron darnos) camisetas.
Con respecto ao Lolapop, estou ben seguro de que se ese (concerto boy scout un sábado de inverno) fose o seu plantexamento inicial, os artistas serían os primeiros que se negarían a ir. E se non, que calquera faga a proba. Polo tanto, trátase (a situación) de algo puramente contextual, molón, guayón… vamos, completamente cobarde. Se ben, no tocante á emoción que describe Javier, é imposible non estar de acordo (e non sentila quen estivera alí, a non ser que se trate dun guayón extremo), porque pasa coma cos personaxes de «Monstruoso» (aparte: non te rías, sr. bizarro, pero é o mellor filme dende Inland Empire) ou calquer outra situación «apocalíptica»… en fin, que se nos morre o rock’n’roll.
🙂
Bueno, Emilio, tampoco creo que me haya excedido demasiado en mis apreciaciones. Es sólo que me parece de recibo puntualizar ciertos aspectos.
Lo que sí tiene «bemoles» es tu experiencia con la Panorama. Y que me digas que «Monstruoso» es el mejor film desde «Inland Empire». La broma de J.J. Abrams y sus secuaces me parece apreciable, pero poco más. Sobre el mismo tema, me parece mil veces superior la coreana «The Host», qué quieres que te diga.
David, créeme que o da Panorama era só un apunte: o máis rudo da peripecia gárdoo para min.
Jeje.
🙂
Pues yo estoy encantada con lo que ocurrió en el Lolapop. Es decir, preferiría haberles visto en las condiciones esperadas, pero digo que estoy encantada porque… ¿dónde se ha visto que el tiempo agüe un festival y en vez de suspenderlo se monte «el festival de la portería»? Yo me quejé del peor sonidod e pabellónd e fútbol en el Sonorama con TAB, pero creo que no hay ni punto de comparación entre lo qeu sucedía en Aranda y lo de Ponte Caldelas.
Y aprovecho para mandar un beso a Josiño, a Mabel, a María y a todos, que habían currado un montón, para que luego ocurriese justo lo incontrolable. Ah¡ Y me gustó mucho el Lolitapop, yo el año que viene repito. ´
jeje, no me puedo resistir: «yo estuve allí el día en que los Topos Mutantes entonaron Bailar pegados ante los abanderados indies, bajo una portería».