Noche muy bonita la de ayer en el Playa Club. Tenía muchas ganas de de empezar la octava temporada Los conciertos de Retroalimentación con Budiño. Primero, porque me encanta su disco Fulgor, que supuso una gran sorpresa en cuanto lo escuché. Segundo, porque me gustaría que la propuesta de este artista llegase a un público más allá del suyo. Y tercero porque tenía el presentimiento de que, en directo, todo se iba a agrandar.
Así fue. Respaldado de una banda estupenda, Budiño repasó el disco transitando de los pasajes folk a las masas atmosféricas de un pop cuasi sinfónico, en un constante in crescendo que derivó en una recta final sensacional. Al final, muchos nos quedamos comentando la jugada, pensando en las posibilidades de este disco que aún está en su fase inicial y la necesidad de ir construyendo algo que debería crecer y crecer, traspasando la tierra de nadie en la que se encuentra.
Pienso que el próximo año Budiño debería estar en muchos festivales. Esos que buscan propuestas diferentes. Esos que miran a los grupos de aquí para proyectarlos allá. Esos que están tardando ya en contar con un músico interesante, diferente y sorprendente. Ojalá que así sea.
Ha sido un placer empezar así esta temporada. Continuamente el mes que viene. Próxima parada: Birds & Cables + Nítido en la sala Baba Bar, 15 de noviembre.