La semana pasada este blog rompió la tradición de dejar unas líneas de la actuación correspondiente de Los conciertos de Retroalimentación al día siguiente. Había un motivo: nos había gustado tanto David Quinzán en el Playa Club, que nos fuimos a Santiago al día siguiente a repetir la experiencia al Riquela. Luego llegó la vorágine laboral de la semana. Su pase fue tan estimulante, divertido y disfrutable que no quedó más remedio. Al modo de unos Talking Heads actualizados, la tropa del músico coruñés regó al público con afro-pop, sonidos sintéticos y explosiones rítmicas. Al día siguiente, en horario diurno en Compostela gustó incluso más. En A Coruña, además, estuvo acompañado por Pájaro Sunrise.
Ayer, por su parte, hubo en la Nave 1839. Tanto daba que anduviesen los Crystal Fighters por ahí, el doble cartel de MØURΔ y Cro!resultó lo suficientemente atractivo para atraer al público. Hicieron bien porque fueron dos grandes conciertos. Los primeros impresionaron. Empezando como Black Sabbath, siguieron enredándose en psicodelia y en ningún momento abandonaron el tono pesado. Apenas interpretaron cuatro (extensísimos) temas y dejaron con ganas de una actuación mucho más grande en un futuro que (esperemos) no se demore mucho.
Cró!, por su parte, presentaban Mounstros y ofrecieron un concierto fiel a su particular concepción del rock. Un poco jazzie y un bastante progresivo, rompieron ritmos, colaron melodías en ellos que aparecían y desaparecían y no permitieron relajarse a la gente ni un solo minuto. Quiebros y más quiebros en un discurso deliberadamente enrarecido y sorprendente.
Con esta actuación Los conciertos de Retroalimentación cierran un 2016 que no ha estado nada mal. Ya estamos trabajando y cerrando fechas para que el 2017 sea tan o más estimulante todavía. Muchas a todos por estar ahí, respaldando con vuestra presencia el ciclo.