Afortunadamente la 58ª edición de los premios Grammys superó el tedio de la edición del año pasado. Sin un triunfador único (podría serlo Kendrik Lamar, pero le faltó imponerse en las categorías generales y podría serlo Taylor Swift pero solo conquistó tres gramófonos, así que lo dejamos en empate) y con mucha emotividad en el ambiente honrando a ilustres fallecidos, la noche arrancó aburrida. Pero fue mejorando poco a poco. Estos son algunos flashes.
1. EL ARTISTA EN ESTADO DE GRACIA. Está en racha y todo le sale a Kendrick Lamar. Más allá de los premios (cinco en categorías ligadas al rap), su actuación en la gala de anoche será de las que se recuerde en tiempo. Desfiante, espectacular y dejando pegada, se presentó en una escenario carcelario y entre rejas, fuego y energía interpretó The Blacker the Berry, Alright y un nuevo tema que augura una brillante continuación a To Pimp a Butterfly. Tras esto, ya hay quien le dice a Kayne West que se espabile. Y con razón
2. UNA ESTRELLA QUE SE MANTIENE. Siempre simpática, Taylor Swift parace haberse convertido en la gran estrella blanca del pop contemporáneo. La elección de 1989 como disco del año no parecía ser la favorita de la crítica, teniendo en cuenta que competía con Kendrick Lamar. El pueblo, sin embargo, no pensaba igual. Las encuestas que circulaban por Internet ya advertían que el público sí creían en ella. Al final, logró el premio al mejor disco del año por segunda vez en su trayectoria. En su discurso se dirigió a las personas que se está iniciando en la música. En lo que parecía un recado a Kayne West, les recordó que siempre iba quien intentaría meterles zancadillas, pero que no se dejasen avasallar.
3. ESA CONTAGIOSA CANCIÓN. Sí, Can’t Feel My Face de The Weeknd es un temazo. Y Blank Space de Taylor Swift, otro. Pero lo de Uptown Funk de Bruno Mars y Marc Ronson es para morirse. Su efecto resulta instantáneo: te atrapa, te empuja y te incita a bailar. Merecidísima grabación del año, debería haber sido también la canción del año. Esta correspondió al sobrevaloradísimo Ed Sheeran. Hay quien habla de Van Morrison al referirse a él y todo.
4. EL GRUPO ROCK. Sin lugar a dudas, Alabama Shakes concluyeron la gala como la banda de rock del año. A los premios de mejor disco de rock y mejor canción de rock, sumaron una esplendida actuación con Don’t Wanna Fight. Soul, funk y rock grasiento. Guitarras tensas, falsetes prodigiosos y ritmo contenido. Flechazos lanzados a una audiencia masiva que, seguramente, los acogerá con los brazos abiertos.
5. DAVID BOWIE QUE ESTÁS EN LOS CIELOS. Lady Gaga fue una de las protagonistas de la gala, rindiendo tributo a David Bowie. Ya se dejó ver en la alfombra roja a lo Ziggy Stardust y, en el tramo central del espectáculo, hizo una una suerte de greatest hits del Duque Blanco comprimido en poco más de cinco minutos. Muy logrado en los estético, en lo musical resultó un tanto agobiante. Demasiado fragmentado, demasiado cambio, demasiado axfisiante.
6. TAMBIÉN LEMMY. En un emotivo discurso, Dave Grohl se dirigió al público para valorar la figura d Lemmy Kilsmister como una de esas figuras clave en su vida y que le enseñó el camino a seguir. A posteriori Hollywood Vampire (el supergrupo formado por Alice Cooper, Johnny Deep y Joe Perry) interpretó el celebérrimo Ace of Spades, llevando el concepto de banda tributo mucho más allá de lo imaginable.
7. MÁS HOMENAJES A ESTRELLAS FALLECIDAS. Lamentablemente, el cupo de artistas muertos recientemente hizo que los tributos póstumos de los Grammys no se quedasen solo en David Bowie. Jackson Browne comandando a The Eagles interpretó un emotivo Take It Easy dedicado al malogrado Glenn Frey. Steve Wonder, por su parte, dirigiuió el homenaje a Maurice White de Earth, Wind & Fire. Y Bonnie Raitt se sumó a Chris Stapleton y Gary Clark Jr para recordar a BB King.
8. EL NIÑO QUE QUIERE SER ADULTO. Justin Bieber se plantó en escena con una guitarra acústica, su «Love Yourself» y toneladas de candidez. Pero, en nada, cambió de escenario, pulsó el botón de los fuegos de artificio y se alió con Skrillex y Diplo para interpretar Where Are Ü Now, con bailes imposibles y un Bieber pasado de vueltas. El chico se emocionó tanto que terminó aplaudiendo con el micro entre manos (y generando el ruido consecuente). Extravagante y divertido
9 ELLA ES LA REINA DEL POP. Sí, unos la tildarán de vacía, otros de ñoña y otros de poseer «tan solo» una portentosa voz. De acuerdo. Pero la gran artista global de este momento se llama Adele. Y ayer lo ha vuelto a demostrar con uan soberbia interpretación de All I Ask con voz, piano y elegancia. Como si todos los pasos de su carrera fueran encaminados a terminar ahí, bajo el foco, la cantante británica se reivindicó como una estrella rutilante.
10. PODER LATINO. Pitbull protagonizó el sorprendente telón final de la gala de los Grammys. Con la versión británica de «El Taxi» asaltó el escario, llenándolo de una inusitada alegría y vitalidad. Dentro de uno de esos taxis había sorpresa. Su pasajera era nada más y nada menos que Sofía Vergara, que exhibió su dotes de baile, dejando a la audiencia boquiabie
Fotografía: Kendrick Lamar (AFP PHOTO/ROBYN BECK)