Yo La Tengo
Sala Capitol, Santiago, 16-3-10
Cada cual tiene una imagen instantánea de un grupo, esa que en cuestión de segundos encierra la esencia de una banda. En cuanto escuchamos el nombre de Pixies pensamos en Frank Black desgallitándose en Debaser. Si son Los Planetas, pues elaborando el estribillo eufórico y ruidista de De viaje. Y Franz Ferdinand a la mínima los ubicamos trotando en los acordes post-punk de Take Me Out con una sonrisa. Todos ellos encierran algo más, en algunos casos mucho más. Pero el flash inicial nos lleva a ese punto-resumen. Quizá porque en el fondo ahí está lo que más nos gusta, lo que apreciamos de esas bandas, lo que convierte a uno en fan.
En el caso de Yo La Tengo muchos enloquecimos en los noventa debido a esa velvetiana manera suya de combinar lo frágil y lo agresivo con estallidos de electricidad. Buscamos instintivamente las orgías guitarreras de la banda cuando nos acercamos a ellos. Esto explica que cuando en la sala Capitol Ira Kaplan dejó la guitarra acústica y marcó el riff de Out Of The Window fue como volver a poner el cronómetro a cero y empezar de nuevo el concierto a lomos del espíritu de The Dream Syndicate. Lo de antes había sido un espléndido paseo por todo el catálogo estilístico que la banda ha ido recorriendo en todos estos años. Explorando las dobleces de su nuevo disco, Popular Songs, desde el pop aterciopelado de All Your Secrets a las inmersiones psicodélicas de una Here To Fall que ganó en directo. Y echándose atrás en el tiempo, desde las piezas más atmosféricas como la inaugural Decora a las revisiones de clásicos inmarchitables como Tom Courtenay en clave acústica. Sí, todo muy bonito, perfectamente ejecutado y en su sitio, pero ¿y la electricidad qué? ¿dónde estaba?
Llegó, lo dicho, con Out Of Window. Ya habían dado un pequeño aviso con Shaker, pero se quedó como un islote en medio de tanta contención. Había transcurrido una hora de directo sin terremotos ni sacudidas. E inconscientemente casi todos cruzamos los dedos para no retornar a los tecladitos, las acústicas y la voces tenues. Queríamos vatios, arrebato y erupciones de electricidad. Ver a Ira encogido en su guitarra extrayendo chispas, mientras sus compañeros lo llevan al infinito. Le siguió Nothing To Hide, esa pieza medio surfera de su nuevo disco, y, sin descanso, una oportuna recuperación de Little Honda fabulosamente bañada de ruido. Y, cuando, la cosa llegó a I Heard You Looking directamente se abrió un agujero gigante en el techo de la sala por el que muchos ascendieron a un estado nada terrenal. Diez minutos y pico de épica noise que bien valen una entrada, un viaje, unas ojeras al día siguiente en el trabajo y lo que sea.
De pronto en la platea del Capitol se pudo ver una sucesión de puños cerrados, manos haciendo air-guitar, gestos de placer, aplausos espontáneos, gritos, brazos en alto… Todo intentando dar forma física al placer aural que proporcionaba un grupo que sonaba a las mil maravillas, alargando la tensión de la pieza al infinito. Solo un pelín más de volumen la hubiera mejorado.
Luego llegaron unos bises desalabazados, en los que tocaron desde una suerte de Twist and Shout olvidable a una versión del You Are A Sunshine Of My Life de Stevie Wonder dedicada a su road manager que ayer cumplía años. Pese la simpatía y el buen rollito, sonaron totalmente intrascendentes teniendo en cuenta lo que les precedió. El problema fue que lo que les siguió tampoco fue para tirar cohetes y la noche se cerró, un tanto desangelada, con By The Time It Gets Dark, una pieza acústica que apagó a una audiencia que aceptó el fin del concierto sin pedir el tercer bis que merecía la ocasión: subiendo el volumen y dejándose caer por el tobogán abrupto media horita más. Porque, ojo, nadie pone en duda que haya sido una gran concierto, pero la sensación final es que, en diferentes proporciones, faltaron dos cosas: volumen y electricidad. ¿O no?
Foto: Sierjo
you are the sunshine of my life
¿ «nadie pone en duda que haya sido una gran concierto» ?
Joder, yo sí lo pongo en duda. Sonaron mal y desganados. La primera media hora me pareció un desastre. Afortunadamente después la cosa mejoró así que de media quedó un concierto normalito.
A mi me gusta el ruído, pero «I heard you looking» me pareció un aburrimiento. Y los bises, pseeeeee
En fin, cuestión de gustos, supongo.
Coincido con Perico, el sonido fue patético, no sé si fue por mi ubicación: al fondo de la sala. Cualquiera se ponía a avanzar entre el público, estaba MUY LLENO para las condiciones de la Capitol…Yo la tengo deberían de haber tocado en otra ubicación en Santiago (sobran ubicaciones).
No coincido contigo: Here to fall perdió MUCHO en directo, sonaba muy lenta de tempo es el peor corte en directo que he oído de esta estupenda canción (mírate su live en Pitchfork.TV y te darás cuenta).
El concierto me pareció muy irregular y, desde luego la Sala Capitol, mientras dé más importancia a sus barras laterales que a su sonido, a mí no me pilla más.
Para mí opinión fue un concierto incomodísimo, de esos en los que te replanteas haberte quedado en casa.
Por otro lado, alabar la paciencia de Ira Kaplan y Georgia acudiendo al Hall de la sala después del concierto (estuvieron casi una hora), hablando con todo el mundo que le daba conversación, ese gesto de proximidad en un grupo como Yo la Tengo es de agradecer.
No, ni faltó volumen ni electricidad. Faltaron 15-20 minutos.
El tener una imagen instantánea de un grupo y poder encerrar su esencia en ella no solo no es bueno, si no que lo hace mucho más pobre. Eso es lo que hace a Yo La Tengo mejor grupo que Pixies y Los Planetas (de Franz Ferdinand prefiero ni hablar).
Yo La Tengo es «I Heard You Looking» tanto como «Sugarcube», «Autumn Sweater», «Little Corner of The World» o «Night Falls In Hoboken».
No fue el mejor concierto que he visto de Yo La Tengo (la que armaron el año pasado en el Primavera no tiene parangón). El único problema pero del concierto fue «If It’s True», que pierde bastante fuerza sin los arreglos del estudio.
Sobre lo de muy lleno, yo estaba alante de todo y había sitio hasta para bailar agarrao. Eso si, antes ponerme pañales que intentar salir hasta el baño.
si no tocaron Sugarcube, pedid que os devuelvan el dinero.
«si no tocaron Sugarcube, pedid que os devuelvan el dinero»
Soberana chorrada.
@Vic: «Yo la tengo deberían de haber tocado en otra ubicación en Santiago (sobran ubicaciones)»
What? Si algo, por desgracia, no sobra en Santiago, son recintos de tamaño medio-grande con una acústica decente.
Las condiciones de Capitol no son malas (obviamente influye también el trabajo de los técnicos) y la visibilidad es más que aceptable en general. Cierto, la sala estaba muy llena, pero si el público tuviese un poco más de civismo hubiésemos podido estar todos un poco más a gusto.
estoy con tutolotres, no faltaron nada más que 15 minutos.electricidad, ruido y coherencia hubo durante todo el concierto.15 minutos más y hubiera sido perfecto15 minutos más y habría gente que diría que se alargaron demasiado. 🙂
A ver, ya estamos echando por fuera. Ahora resulta que la Capitol es una sala con mal sonido, incómoda y conde meten más gente de la que cabe. Vamos, ¿en qué otra sala de conciertos tendría que haberse celebrado?
Sí, xoanshino. 15 (mejor 30) minutos más, pero eso sí abriendo el chorro del ruido, por favor y subiendo el volumen!!!!
Yo no creo que haya ningún problema con la sala. En la Capitol ya he disfrutado de unos cuantos conciertos sin mayores quejas.
Tampoco creo que el problema fuese el número de gente. Al menos delante de todo se estaba muy cómodamente y no me sentí apretado ni agobiado en ningún momento.
Ni desde luego pienso que el problema fuese la duración: un concierto de 2 horas es perfectamente razonable.
En otras palabras: no creo que la causa sea ningún factor externo. Para mi simplemente fue un show normalito. Ya disfruté más otras bandas en condiciones similares y con repertorios peores. Yo a éstos los vi apáticos y/o cansados (sobre todo al principio, después se animaron un poco), y eché en falta emoción.
La triste versión de los Beach Boys es un buen ejemplo de lo que digo (tampoco es que la versión de estudio sea la alegría de la huerta, pero vaya).
Bueno, a ver, he de puntualizar.
La sensación de lleno, no la tuve yo solo, la tuvimos varios amigos. Quizás ésto sólo sucedía al fondo de la sala y la culpa fue nuestra por no entrar antes y encontrar una mejor ubicación.
Respecto a la acústica, no me cansaré de discutirlo. He visto varios conciertos en la capitol y en ellos hay quejas, como en este caso, de falta de volumen…Y ello es debido a que en temas acústicos o lentos la acústica es aceptable pero cuando requieren feedback o distorsión los bajos navegan por la capitol a su libre albedrío y aumentar el volumen es acentuar más este hecho…Los técnicos de sonido que vienen en las giras no son tontos y seguro que se dan cuenta de este hecho. Hasta puedo llegar a decir que puede condicionar el repertorio del grupo y hasta que este fuera el problema ese día.
Un ejemplo de un grupo totalmente distinto a Yo la tengo, fue Tindersticks: cuando tocaban temas lentos (que abundan) no había problema, pero cuando los temas se «enmarañaban» , aceleraban o distorsionaban, perdían muchísimo y se disimulaba conteniendo el sonido.
Hay otros dos locales en Santiago que superan en acústica a la Capitol: el auditorio Caixa Galicia y el auditorio de Galicia (Del Multiusos do Sar, mejor no hablar). En el primero ví a Piano Magic hace dos inviernos y en el segundo desconozco que se organicen eventos fuera del ámbito de la música clásica.Me diréis que los dos son para estar sentado y que para algunos Yo la tengo no merecen ese ambiente: Cuestión de gustos: Para mi forma de verlo, la acústica es muy importante.
Hay dos formas de verlo: Mostrar una postura conformista y dar gracias por que nos traigan a grupos como ellos a Galicia o exigir mejores ubicaciones y mejorar lo presente, Si una sinfónica requiere buena acústica…Yo la tengo puede exigirlas, ya que YLT a medio gas de sonido, no son Yo la tengo.
Yo los tango.
Siento disentir, pero el auditorio Caixa Galicia tiene una acústica de mierda, ni que decir tiene que menos capacidad aún que Capitol. Y ver a Yo La Tengo en el Auditorio… no sé si fuera la gira semiacústica del año pasado, donde explicaban las canciones y atendían a preguntas del público aún bueno. Pero no se puede ver un concierto de rock’n’roll sentado, no pienso transigir ante eso.
(por cierto, tal vez se hubiera oído mejor si la gente hablara menos y bailara más)
¿El palacio de congresos es el sitio donde tocó Wilco el año pasado? Pues si eso es una alternativa de acústica mejor a la Capitol apaga y vámonos.
Alelado, el Palacio de Congresos no es el Auditorio de Galicia, no confundamos. Por otro lado el Palacio de congresos, sí, tiene una acústica terrible.
Tululotres, el día de Piano Magic había una acústica excelente, respecto a la capacidad, dudo que difiera en un centenar de personas, aunque ese es otro tema: Piensas acaso que no se quedó gente sin ver a Yo La Tengo por falta de aforo en la capitol? y con un mosqueo enorme por el tema de las entradas?, es otro tema, pero lo mismo que se llevó a Wilco al palacio o a que Sonic Youth no lo meterían en la capitol (aforo), YLT merecían el mismo trato. Respecto a lo de ver un concierto de R’n’R sentado, en parte estoy de acuerdo, yo hablaba de anteponer la acústica a este hecho, aunque si me das a escoger entre buena acústica sentado a sonido de mierda y de pie, me quedo con lo primero, he visto varios e incluso lo he considerado un lujo…Además, mira tú por donde…En esos conciertos la gente habla menos.
no Auditorio de Galicia non só programan clásica. Sen ir máis lonxe, polo ciclo Sons da Diversidade xa pasaron Dominique A, Rufus Wainwright, Khaled, a Orchestra Baobab, Keren Ann … e en maio estará Benjamin Biolay.
Creo que a acústica é realmente boa alí.
Con respecto do de Yo la tengo, penso que comezou soando bastante mal e que despois se mellorou. Aína que non podo comparar con outros concertos da banda, pareceume que faltou un algo máis aínda que a media hora antes dos bises pareceume tremenda. Non botei en falla vatios nin sitio, pois estaba no mesmo medio da sala.
O que está claro é que a Capitol adoita soar do mellorciño que temos -se falamos de estar de pé- e moita xente quedou fóra por problemas de aforo.
Sentado? Si, por que non? Ademais así a xente fala menos e non fuma.
¿No nos estaremos pasando un poco? Es decir, es Yo La Tengo tocando en Galicia en una sala (que no se caracteriza precisamente por el mal sonido). Es rock señores, no es música clásica. Todos hemos visto conciertos en diferentes salas, apretujados y no apretujados, con sonido malo, bueno y regular… pero eso sí, con nombres generalmente muy por debajo de Yo La Tengo. Esto es la primera división y en Galicia no hace mucho tiempo en el que pensar que vinieran grupos como estos era una auténtica quimera. Yo el martes me di por satisfecho, a excepción claro de lo planteado en la crónica que corresponde al plano artistico, no organizativo.
Realmente quería ver a Yo La tengo en una sala: no es un auditorio donde se me van los pies, ni en un festival tocando 45 minutos. Nunca los había podido ver así y la posibilidad de hacerlo me parecía un lujo. Dentro de las opciones de sala existentes en Galicia, la de Capitol es de las mejores, sino la mejor y, bueno, en la sala cabían perfectamente 100 o más personas. Yo, salvo esos ajustes iniciales (que pasan en un montón de conciertos y dudo que sean achacables a la sala), no encontré el mal sonido por ningún lado. Por otra parte, entré 5 minutos antes de empezar el concierto y me situé cómodamente justo delante de la mesa de sonido. Tuve espacio de sobra. En la parte de arriba también había mucho espacio.
No sé, cada cual es libre de opinar y lanzar sus reflexiones al vuelo, que para eso está este espacio. Pero en este caso creo que tantos reproches no son justos por excesivos. Para el Xacobeo es mucho mejor traer a La Oreja de Van Gogh o Amaral, llenar el Coliseo y ser portada de La Voz, que hacer estos conciertos que solo tienen repercusión entre el círculo “de entendidos”. Ese esfuerzo y esa intención de traer artistas de calidad se debería valorar porque solo hay que echar la vista atrás para ver lo que se traía y cómo se traía.
A la salida de este concierto se daba octavillas del próximo bolo: Mark Lanegan, también en Capitol. Pues, ¿qué os queréis que os diga? Ni en mis mejores sueños podía pensar que un Xacobeo de estos me iba a dar la posibilidad de ver a Richard Hawley, Yo La Tengo o Lanegan así. Y lo que queda.
totalmente de acordo co teu post, Javier.
Quizais a mellor sala de Galicia e un grupo superclase. Sumémoslle ademais os outros nomes deste ciclo. Hai que aplaudir cando o invento este do Xacobeo se arreda de populismos baratos e aposta polo bo gusto, apoiados neste caso nunha produtora viguesa