Ayer inauguramos en La Voz A Coruña la sección emergentes. La estrenó Carlos Villena, un músico y editor que desde la ciudad regenta el sello Mantricum dedicado a la música noise y experimental. La peculiaridad la da el hecho de que edita cintas de casete, un formato que, al parecer, se está empezando a recuperar a nivel underground.
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Por cierto, sin irnos de la ciudad. Los fans del rock progresivo están de enhorabuena porque en abril se celebra el Festival Finiesterrae. Los del heavy clásico, que se den prisa porque Barón Rojo ya ha vendido 2.000 entradas para su directo del 6 de marzo en el Coliseo.
Me alegra oir cosas como esta. Yo en mi discografía personal (a pesar de que tanto mi mujer como mi madre me instan a deshacerme de ello) tengo cientos de cassettes, vamos, lo que antes se usaba para… «¿hacer copias de seguridad?»…
No sólo la música registrada, sinó también los créditos apuntados, los dibujos en los mismos… a mi me traen muchos recuerdos.
Pero bueno, ante la velocidad de la tecnología actual, tanto los vinilos como los cassettes (eso que son los que más aguantan), el roce de la aguja y del cabezal, a nivel casero, no profesional, tienen sus días más que contados.