Un himno pop es aquel que cuando suena el sábado por la noche, uno alza el brazo, levanta la copa, cierra los ojos y lo canta dejándose la garganta. Seguramente, mientras cayeron estas palabras, ha imaginando a un hombre, ¿verdad? Y es que la pose descrita suena, a priori, muy, muy masculina. Sin embargo, es bastante probable que fuera una mujer la que hizo la petición el pasado sábado en el 14!, la que llevó a Juanjo, el DJ, a pinchar A cualquier otra parte de Dorian.
A cualquier otra parte puede que se trate de la mejor canción que ha dado el pop español en el 2007: emotiva, moderna, pegadiza, tierna… lo tiene todo, absolutamente todo. Pero esa noche, en su contexto, manifestó otra cualidad, que ni sus discos, ni su directo permiten ver. La canción habla del pozo de la depresión (“que ya no crees en la gente”), del Anafranil (“que tomas pastillas rosas”), del abandono (“y te has vuelto nihilista y sueñas con no soñar”) y de una salida a todo eso de la mano de una persona (“y quiero que vengas conmigo”) sin saber el destino (“a cualquier otra parte”).
Son pinceladas precisas, que sacuden y desarman a aquél que sepa lo que es una depresión, enfermedad en la que las mujeres son, proporcionalmente, mucho más propensas y, por ello, más sensibles y receptivas a cualquier estímulo. La salida del pozo de un estado depresivo pasa muchas veces por encontrar una persona con la que sincronizar los latidos corazón. Y eso flota en el ambiente el sábado por la noche: miradas furtivas, miedos diluidos en alcohol, rímel que buscan pupilas, paseos al servicio… Suena entonces Dorian y el resultado es inmediato: brazo alzado, copa levantada, ojos cerrados y la garganta mirando al cielo, como quien exorciza un fantasma. La gran diferencia es que lo que se escucha, por encima del tema, es un tono totalmente femenino y que muchas de esas manos que levantan la copa llevan esmalte en las uñas. Claro: son ellas las que cantan, porque es, en cierto modo, su tema. Unas lo cantan en pasado, otras en presente, pero da la impresión de que, una u otra manera, la mayoría lo hacían propio.
Ya ven, Dorian, unos chicos de Barcelona que le han puesto banda sonora a la vida de un puñado de personas. Por cosas como éstas, para mucha gente el pop es esa cosa pequeñita y encantadora,…que encanta tanto, tanto que termina por ser grandiosa.
Sí que es grandiosa… contra todo pronóstico para mucha gente que no quiere reconocerlo porque es techno y es pop.
Por aquí pasa lo mismo… aunque cuando yo la pinché era un conocido de lo más autosuficiente al que ví cantarla de lejos, bajito y mirando hacia abajo, con la copa colgando de la mano. No pude apartar la vista… 🙂
Por fin has desvelado el misterio de las pastillas rosas! Una que no está muy puesta en farmacopea…
Buen día!!!
Con la misma hasta tienes razón. Aunque supongo que l@s fans de la Revolución Sexual no pensarán lo mismo… guasguas.
un saludo.
Pues sí, ahí le has dado. No me canso de escuchar a Cualquier otra parte de Dorian y cuando la ponen en los bares se me pone la carne de gallina, cierro los ojos y me dejo llevar (no sé si por la música que es pegadiza o por la canción) pero la canto, sigo el ritmo y con el mono de querer otra más… al día siguiente cuando me recupero de la noche la vuelvo a poner en mi casa. Y no me canso de escucharla…
Besines!
Muy buenos estos tíos.
Grato descubrimiento. Sí señor. Había oído hablar de ellos pero nunca me había parado con ellos.
GRACIAS, me has alegrado la semana.
aún recuerdo al bajista de dorian yendo a dar las gracias por poner esa canción en el 14! y juanjo contestando: «no, a mí dorian no me gusta; me gusta esta canción». sí, los chicos de dorian escucharon su canción en el 14!
Qué temazo. Aunque «cualquier otra parte» para algunos tenga nombre y apellidos.