por Azucena Alfonsín | Jul 22, 2011 | Sin categoría
Leo en La Voz que la historia de Orejitas tuvo un final feliz. Se trata de un muñeco de peluche cuya dueña -una pequeña de dos años- extravió en un barrio coruñés la semana pasada. Los padres de la dueña de Orejitas se portaron como unos campeones. En su intento por encontrar al peluche tapizaron su barrio de carteles y ofrecieron una recomepensa. El conejo apareció hoy y la niña, cuando lo tenga en sus brazos, será la más feliz del mundo.
¿Quién no ha buscado afanosamente bajo la cama ese objeto fetiche que muchos niños necesitan para dormir? El objeto del afecto de mi hija es un calvito de ojos azules al que bautizó con el nombre (o sobrenombre, que sé yo) de Nenecito. Lo tiene desde muy pequeña y es su fiel compañero de aventuras. A veces asegura que cuando sea mayor se va a casar con … Seguir leyendo
por alfonsin | Sep 30, 2009 | Sin categoría
Lo que comenzó como un resfriado protagonizado por los mocos se convirtió siete días después en una doble infección: laringitis y otitis. Mi mesilla de noche se convirtió entonces en una pequeña farmacia provista de gotas y antibióticos para combatir la enfermedad.
A Montse los jarabes no le hacían mucha gracia, pero los tomó con resignación. Pero lo de las gotas fue complicado. Contrario a lo que pensé en un principio no me dieron gotas óticas sino orales. Así que, convencer a la peque de tomarse ese medicamento con tan mal sabor fue la faena de todos los días. Y es que al menos los jarabes vienen camuflados con un toque de rica fresa, pero las gotas (con efecto antiinflamatorio) seguro que no las tomaba ni yo.
Pese a las torturas medicinales a la nena no se le quitaron las ganas de jugar y divertirse. Con una mano se toca … Seguir leyendo
por alfonsin | Sep 4, 2009 | Sin categoría
Tiene alrededor de 12 meses y es rubio, rubísimo. No sé su nombre pero me encanta su carita redonda y tierna. Desconozco si sabe caminar porque las pocas veces que lo he visto ha estado sentado en el suelo, con las piernitas dobladas y mirando atento hacia la puerta. Desde que Montse empezó el cole, el 1 de septiembre, el rubio se convirtió en el objeto de su afecto. Cuando lo vió por primera vez se acercó a él para tocarle el cabello mientras repetía sin césar: «Este, este, este». Los dos días siguientes la historia se repitió. La peque cruzaba la puerta del aula y dirigía sus pasos hacía el niño que parecía esperarla. Por eso hoy, cuando me di cuenta de que Montse no le prestaba ninguna atención al rubio, supe de inmediato que algo andaba mal.
La niña, que durante 4 días había sido valiente durante el … Seguir leyendo