La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Axl Rose abofetea a los prejuicios

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Resulta muy tentador dejarse llevar por el purismo. Decir eso que si alguno de los elementos fundamentales de un grupo varía el grupo queda invalidado. Y aferrarse a la época de gloria de cualquier formación, sin aceptar una versión un grado o dos (o cinco) inferior a la óptima. Si, además, ello llega envuelto de un tufo a decadencia, con un personaje casi caricaturesco y una reivindicación de algo que el oyente ha dejado atrás hace mucho tiempo (en muchos casos renegando e intentando borrar las huellas de su devoción adolescente), se da el cuadro perfecto.

Sin embargo, hay veces que la realidad aparece como un puñetazo. Y Axl Rose ha dado unos cuantos en las últimas semanas. Sí, el grotesco líder de aquellos Guns n’ Roses que volvieron loco a la generación que hoy anda sobre la cuarentera (año arriba, año abajo) ha demostrado ser en 2016 … Seguir leyendo

Nirvana, ¿rebeldía sincera o marketing calculado?

La portada de Nevermind muestra a un inocente bebé a punto de ser pescado el el anzuelo del dinero. La situación de Nirvana en 1991/1992 era exactamente esa. Nadie lo esperaba, pero la alfombra roja de la realeza pop se había extendido a sus pies. Todos los que otrora se derretían ante Phil Collins, New Kids On The Block, Milli Vanilli o Eurythmics querían al grupo. De la noche a la mañana, pasaron de tocar en pequeños garitos a ser llamados desde los lugares más insospechados del mainstream. Ellos atendieron esas llamadas, sí, pero lo hicieron a su manera. Se dedicaron a comportarse como niños trastes, desentonando con actitud aparentemente despreocupada, lo justo para demostrar que el éxito no iba a engullir su autenticidad. Sus gamberradas fueron amplificadas por la exposición mediática, generando en sus jóvenes fans una contagiosa sensación de transgresión y la sensación de que se abría una … Seguir leyendo

Guns n’ Roses «Appetite for Destruction» (Geffen, 1987)

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Este es EL DISCO. Sí, señores, ni Loveless, ni Stone Roses, ni Doolittle, ni Nevermind ni leches. Antes de siquiera saber qué era eso del indie, si existe un elepé que puso realmente patas arriba a toda una generación en tiempo real, justo cuando ésta empezaba a tomar uso de razón musical, fue el extraordinario Appetite for Destruction de Guns n´Roses . Si me apuran, me atrevería a decir que sólo el The Joshua Tree de U2 y, poco después, el And Justice For All de Metallica pudieron superarlo como punto de encuentro entre todos los adolescentes de la época que escuchaban música “de verdad”.

No era para menos, los Guns n´Roses de aquel entonces eran un cocktail verdaderamente explosivo. Por un lado, poseían una actitud pasada de vueltas ideal para las hormonas afiladas y una imagen que ya forma parte de la iconografía del rock … Seguir leyendo