La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Quizá se pueda decir que en el 2016 (les) haya explotado la música que se hace en Galicia. Decimos «les» porque llevamos al menos un lustro avisando de que una buena parte de lo mejor que se hace en España en estos momentos proviene de aquí. Parece que el mensaje ha calado. Ayer nos enterábamos que Malandrómeda eran el disco del año en Rockdelux. Vemos también como Triángulo de Amor Bizarro (el disco nacional del año para un servidor) recogen aplausos por todo el país y son el número 1 para Mondo Sonoro. Y observamos, emocionados, cómo Os Amigos dos Músicos llevan su folk-rock da terra a los oídos de toda la Península. Todo ello sin hablar de consagrados como Iván Ferreiro que directamente arrasan, ocupando el segundo lugar en Efe Eme.

Nos encanta. Nos emociona. Nos reconcilia con el poder de la calidad. Pero hay más. Sí, aún hay más de lo que se puede ver. Hay pequeñas joyas ocultas. Álbumes autoeditados que no han contado con el altavoz preciso. Grupos con discursos arriesgados que no logran esa segunda escucha. Proyectos que enamorarían a cualquier que se ponga delante de ellos. Todos han sacado disco este año. Y por ello, Retroalimentación este año no publicará su habitual lista de lo mejor del año nacional. No, esta vez se fijará en trabajos gallegos que no salen en (casi) ninguna lista. Pero deberían salir. Aquí va la primera tanda.

apablo1. PABLO SEIJAS «Debajo del aire» (autoedición). Sorpresón. El segundo disco en solitario de Pablo Seijas (cantante de los coruñeses Misterioso Viaje Holanda) es una delicia. Aunque con algún ramalazo a lo Radiohead (Aquel que rueda firme) por ahí o alguna pieza crujiente que podría recordar a Iván Ferreiro (Para nuevos soñadores), el álbum discurre mayoritariamente por terrenos electroacústicos, muy en la onda de bandas como Fleet Foxes. Ahí entre claroscuros fronterizos, trenzados folkies y ambientes sinuosos es donde desarma con canciones como Confusión, Nada nos detiene, Sol Crespuscular o la titular Debajo del aire. Una joyita

aaacaxade2. CAXADE «Isto é o amor» (Discos da Máquina). El disco que debería llevar a Caxade mucho más allá, tras la sorpresa de A dança dos moscas (2014) se ha quedado medio escondido. Error tremendo. De caricia más suave y algo más pop, el segundo capítulo del imprescindible proyecto de Alonso Caxade tiene un algo más conmovedor si cabe, que da ganas de abrazarlo y embarcarse a esa sensación de irrealidad que a veces trasmiten canciones como E isto é o amor u Homen Bala. Sin apartar la política explícita (ahí está Independence Day o Colesterol), lo cierto es que exploran otros territorios y nos dejan con la misma cara de emoción que la primera vez. Una maravilla que se suma a la anterior.

aaaaaaaaaalove3. LOE LOF LON «Conventional Elements» (Mutant Sounds). Grabado casi todo en primera toma, con aliento experimental y buscando lo casual, este proyecto de Lugo es de los que zarandea al oyente. Según Gori, su autor, se trata de mezclar al Miles Davis eléctrico con el primer Arto Lidsay, y Ornette Coleman. A todo ello se le aplica un pocode Fugazi, Hawkind, John Cage, Suicide o Neu! y el resultado son once píldoras de sonidos metálicos, guitarras afiladas, saxos intrépitos ritmos que mezclan lo maquinal y lo serpenteante. Uno de esos discos-experiencia que acabarán teniendo fans dispersos en medio mundo. Tiempo al tiempo.

aaaaaaaaaaacro4. CRO! «Mounstros» (Metamovida). Son ya unos veteranos del rock underground gallego. Pero su particular concepción del rock -enrevesada, imprevisible, lunática- sigue escurriéndose a la mayoría. Normal. Tirando por el camino más ancho del rock progresivo y el jazz-rock, trenzan un discurso en el que braman cosas como «¡¡¡El castillo está en llamas!!!» con una voz que recuerda a los míticos Asfalto, giran en las estructuras de la canción como si fueran Yes y pulsan pequeñas detonaciones de electricidad que sientan de maravilla. Eso sí, en directo todo es muuuuuuuuuuuucho mejor. Lo hemos podido comprobar en Los conciertos de Retroalimentación, cuando tocaron con Moura,

aaaaaaaaaaaaaaaaaalinda-guilala5. LINDA GUILALA «Psiconautica» (Elefant).
Un discazo. Cogiendo el testigo de aquel malsano Lo siento mucho de su epé Xeristar, Linda Guilala han desarrollado durante todo un elepé un historia de zozobra espiritual, dolor metal y aceptación personal. Sí, Psiconáutica es un disco-purga que, entre melodías desapasionadas y ruido exorcista, habla de cosas durísimas que necesitan ser expulsadas. Y lo hace abrazándose al sonido shoegazer con maestría, mirando sí a los primeros Planetas, pero también a bandas como Mercromina y a Nadadora. Brutalmente sincero, maravillosamente intenso y emocionalmente demoledor, Psiconáutica te dice en un susurro: «Escúchame, te necesito». Hemos intentando tenerlos en Los conciertos de Retroalimentación, pero ha sido imposible. No cesaremos en el empeño porque los adoramos.