La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Bill Callahan. Festival Sinsal.
Ferrol (A Coruña). Teatro Jofre. 18-2-2010.

Nada más acceder al teatro surgía la desagradable sorpresa: una batería y un solo micro. En cuando Bill Callahan subió al escenario se confirmó el presentimiento: venía sin banda. Adiós, por tanto, a los ropajes otoñales del sensacional Sometimes I Wish We Were An Eagle, el disco que venía a presentar. Parte del público torció el gesto sabiendo lo que ello suponía: el preciosista colchón sonoro del disco iba a quedar ahí, en el disco.

El contratiempo, sin embargo, encerraba todo un descubrimiento: Neal Morgan. Ese es el nombre del excepcional batería que acompaña a Callahan en esta gira, el que logra dar la vuelta el concepto de cantautor bajo mínimos a golpe de talento, imaginación y una resolución fuera de lo común. Ya lo dejó intuir, nada más empezar, en All Thoughts logrando una hipnosis rítmica en la que Callahan se manejaba como pez en el agua. Lo confirmaría, poco después, en Bathysphere, primer clímax de la noche con cesión al guitarreo velvetiano.

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A partir de ahí, Morgan desplegó todo su arsenal de recursos. Acarició los platos, templó los bombos y sacó sonidos del exterior de las cajas. Con baquetas, con mazas y con escobillas. La suya fue una exhibición tal que, por momentos, eclipsó al propio Bill Callahan, siempre contenido y preciso con esa dicción suya tan poderosa. Y aunque la alianza entre ambos renqueó ligeramente a mitad de concierto en Eid Ma Clack Shaw, fluyó a la perfección en tramos como Teenage Spaceship y dejó un fin de concierto francamente delicioso con Say Valley Maker, abrupta, ruidista y espectacular, y la ya clásica Rock Bottom Riser. En este punto, con la mitad del público ensimismado, deberían haber pulsado el stop. El bis desmereció en comparación. Solo dio argumentos a los que, al final, continuaban sin sintonizar con el nuevo enfoque de Bill Callahan.

«Si supiera esto no vengo. Es la mitad de lo que yo vine a ver», se podía escuchar a un chico. Otros, sin embargo, permanecían maravillados con la alianza Callahan-Morgan. A la salida se podía comprar, To The Breathing World, el elepé de batería y voz de Morgan. Vendió unos cuantos. ¿Qué tal incluirlo como artista en una próxima edición del Festival Sinsal?

Foto: Xavier Valiño