La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Dominique A
16 de enero 2010
Teatro Colón, A Coruña

Pese a los distintos ropajes, el 90% de las canciones de Dominique A responden a un mismo patrón. Se trata de piezas de estructura circular que giran y giran, aumentando la intensidad en cada vuelta. Cuando alcanzan el punto exacto, el francés las mantiene varios segundos en el aire, suspendiendo la emoción. En ese instante el espectador que conecte con sus claves puede experimentar cómo la respiración se hace más y más fuerte, cómo la mandíbula se aprieta y un escalofrío recorre totalmente su piel. Cuando finaliza el tema, la respuesta es inmediata. Aplausos, suspiros, gritos, pataleos… lo que sea. Todo para corresponder a un músico excepcional.

dominique-a1 Abría Dominique A el cuarto ciclo Vangardas sonoras de la Fundación Caixa Galicia con La Musique, su octavo álbum, bajo el brazo. Este dibujó la columna vertebral de una gran actuación en la que el francés invocó, más que nunca, al rock oscuro de Joy Division. Las baterías maquinales, los sintetizadores de época y las guitarras cortantes se pusieron al servicio del señor Ané y su interpretación engañosamente delicada. Efectivamente, la contención inicial de sus cuerdas vocales se iba enfureciendo progresivamente y, al final, golpeaba con la misma fiereza de un oleaje desbocado.

Sirva como ejemplo Hasta que el cuerpo aguante, una de las piezas más dulces de su último disco, llamada a convertirse en imprescindible en sus visitas a España. En el Colón arañó los oídos. Le precedió una joya de ambientes opresivos y cables cruzados, Qui Es Tu?, y le siguió Le Commerce de L’eau, con su enredadora agresividad al ralentí. En ese momento quienes habían sacado conclusiones precipitadas con la minitatura tecno-pop de Le Sens con el que abrió la noche, se dieron cuenta que no, que aquello no iba a ser lo que esperaban.

Un final para enmarcar

Gustó, y mucho, su martilleante lectura de Je Suis Parti Avec Toi que parecía llevarnos a la PJ Harvey humeante y trip-hopera de Is This Desire? Apasionó con un Immortels mucho más rugoso y menos preciosista que en el disco. Y puso el corazón en el pecho de más de uno con la taquicardia after-punk de Nanortalik. Pero lo mejor vendría al final, con dos bises para enmarcar. En el primero atacó a los clásicos Antonia y el Le 22 Bar con el que se hizo popular en España allá por el 96. En el segundo, Por la Peau se revalidó una vez más como una de las cimas de su carrera y el post-punk bailable de Le Courage Des Osieaux hizo que sobrasen las butacas para un público que lo despidió en pie con una sonora y entregada ovación. Lógico, acaban de presenciar un concierto soberbio.

Fotografía: César Quian