La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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El efecto boca a boca se está empezando a notar en los coruñeses Combo Dinamo, la derivación de lo que en su día fueron The Mistakens. Reconvertidos a trío, y con unos planteamientos mucho más frescos, la banda formada por Edgar No (voz y guitarra), Pablo Fidalgo (bajo) ha echado un lazo a los años ochenta españoles, aprehendiendo la esencia y la actitud de una época en la que los grupos se obligaban a ser personales. Radio Futura, David Bowie o Supergras son algunas de las referencias detectables en el vibrante Decencia y buen gusto (Wonderland, 2007), el disco con el que debutaron el pasado verano.

Ahora se les ha sumado la segunda guitarra de Juanjo Casteleiro y hace nada que han lanzado el video clip de Más de lo mismo (obra de Héctor Diéguez y Pablo Goluboff). Recuperamos íntegro este improvisado cuestionario realizado al poco de salir el disco, para aliñar el previo de su concierto de mañana en el Campus Rock en A Coruña, el que también estarán Ginferno, The Phamtom Keys, Soul Gestapo y The Sugar Mountain. Es Edgar No quien contesta

-De Mistakens a Combo Dinamo. ¿Es una nueva etapa para ustedes o estamos ante un simple rebautizo?
-Es una nueva etapa que no empieza exactamente ahora mismo. Quiero decir que, realmente, la base de Combo Dinamo es la del anterior grupo durante su último año, cuando empezamos a hacer las canciones que forman parte de este disco y teníamos todos ya muy claro que había que hacer cambios. Los Mistakens, cuando empezaron, eran un grupo con una visión mucho más revivalista o retro, en la onda 60’s o 70’s y que cantaban en inglés, porque es lo casaba con esa idea. Esa primera formación fue bastante estable pero, al final, sólo quedaba la mitad de ella. Los que seguíamos ya habíamos evolucionado y decidimos que lo apropiado era hacer el cambio con la salida de un nuevo disco. Antes no hubiera tenido mucho sentido.

-Se han reconvertido a un formato de trío, ¿cómo influye eso en el sonido?
-Aunque parezca lo contrario, eso nos hace poder tener un sonido mucho más flexible. Por una parte, tocando los tres solos podemos defender perfectamente los temas en un concierto sin que suene cutre o pierda potencia, pero así también podemos dejar que se añada y cambie otra gente en la formación para darle variedad al asunto como teclados o sintes. En el disco las canciones fueron arregladas según lo que pedían, no pensando que las tenía que tocar un power-trio o algo así

-De todos modos, siguen siendo un grupo basado en la energía de las guitarras
-Sí, pero sin dejarse esclavizar demasiado por ellas. A veces en un grupo de dos guitarras es difícil dejar hueco para otras cosas. En el disco han entrado más teclados, sintes, algún loop…También intentamos ser más exigente con voces y letras.

-Se notan muchas reminiscencias de cierto pop español, de grupos como los primeros tiempos de Radio Futura, Flechazos, Brighton 54 o los primeros Ronaldos. ¿Lo consideran ustedes así?
-Personalmente, los primeros me gustan, el resto más bien no. Lo que pasa que es inevitable que al cantar en castellano y hacer rock nos comparen con los grupos de esa época. Pero me parece bien el comentario, porque la gente entonces cantaba en castellano sin ningún tipo de complejos e intentando no imitar directamente lo que escuchaban de fuera. Eso siempre era una actitud que, al final, lograba que tuviesen mucha más personalidad propia. Me gusta el rollo punki surrealista de los últimos setenta y los primeros ochenta. En general, hacer canciones en las que se entiende a la primera lo que estás diciendo, te obliga a ser más un poco más exigente.

-¿No cogen también un poco la onda del pop británico, tipo Kaiser Chiefs?
-También. Aunque ahora está todo lleno de imitadores, Franz Ferdinand y todo ese rollo está muy bien. En el pop inglés siempre hay referencias. Y aunque mucha gente piense lo contrario, tengo la sensación que en los últimos años han sido un buen momento para toda esta música en muchos lados.

Hay en las letras una especie de impulso optimista de “mirar adelante”. ¿Es una postura vital de treinteañeros?
-A Pablito, el batería, no creo que le vaya a gustar está pregunta, porque acaba de cumplir 20. Lo que dices de las letras, no sé…No eres el primero que lo dice, pero no creo que el disco sea especialmente optimista, o por lo menos a mí no me suena así. Y, desde luego, no hay ninguna postura vital definida conscientemente.

-¿Cómo ven su sonido en la coyuntura actual de España? ¿Encaja en lo que buscan tanto el público como la crítica?
-Bueno, por una parte la escena «alternativa» esta completamente deslavazada. Cada uno va a su rollo y con sus sellos en los que están sus colegas: los punroqueros, los de los cincuenta , los de los sesenta, los de los ochenta, los del indiepop, los tecno-pop, etcétera y mayoritariamente cantando en inglés. No sé si entramos exactamente en alguno de ellos. Las críticas de gente que ha escuchado el disco, tanto de unas tendencias como de otras, han sido buenas. No lo sé, a mucha gente lo que le gusta es algo que se amolde lo que espera. De todos modos, tengo claro que para avanzar en esto dependes sobre todo de contactos que te favorezcan y de dineros que te apoyen. Cuando estábamos grabando, realmente no estábamos pensando en agradar especialmente a nadie y nosotros estamos contentos con lo que ha salido.

-¿Se quitarán con este álbum el sambenito de grupo sixties?
-Espero que sí, si no me dedicaré a cantar regueifas… Aunque a la gente le gustan mucho las etiquetas, así que alguna nos colgarán. Estamos esperando.