La Voz de Galicia
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El chándal de Fidel

Otra vez mi sastre atribulado. Siempre admiró en Fidel sus 50 años de elegante coherencia marcial, luciendo ese inagotable look verde Sierra Maestra. El mismo paño que lucía el Che paseando por la Gran Vía madrileña. Por eso le duele esta histórica imagen de Fidel, entregando definitivamente la manija del Partido Comunista, enfundado en un chándal. Como un dominguero que se dispone a  lavar su adorada berlina. Como esas parejas que se pasean con chándales pareados y cuya dolorosa estampa se completa con unos inadecuados tacones para ella y un modernito bolso para él . Su hermano Raúl y los otros miembros del partido llevan guayaberas y a eso no hay nada que objetar: parecen personajes de Graham Green. Es como deben vestir los estadistas en el trópico. Como lo hacía Fraga cuando visitaba al Comandante.
Para mi sastre el chándal es una prenda necia. Pero vestir a un … Seguir leyendo

Supermercado de devociones

Aferrada a su carrito y con la determinación que proporcionan los estrictos mandamientos de la lista de la compra, una señora se dispone a atravesar una procesión por su linea medular. Por la firmeza con que pilota el artefacto se diría que ni la piadosa fiereza de los costaleros, ni todo un espeso bosque de velones, podrán apartarla de su destino. Llegará al supermercado. Creo que no hay nada ni nadie capaz de parar a alguien que está decidido a consumir y tiene los medios para hacerlo. De hecho sé de gente que, cegada por las ganas de lograr un descuento, o por cotejar las bursátiles fluctuaciones del precio del yogur, sería capaz de atravesar un desfile en el Día de la Fiesta Nacional, dispersando a los soldaditos como Moisés separando las aguas. O de parar un tanque al más puro estilo Tiananmen. O de plantarle cara a un piquete … Seguir leyendo

Vivan los novios

Mi perro Clark es un single militante. No cree en el matrimonio. Su reducida talla (es de raza chihuahua) le crea algunos problemas de autoestima. Para aliviarlos le compro ropita. La primera vez que salimos a la calle luciendo un modelito, él se sentía incómodo y yo un poco ridículo. Además había en mí una cierta reticencia: pamplinas morales. Pensaba que vestir a los perros es una inequívoca prueba de la decadencia de una sociedad opulenta. Como cuando Nerón ordenó a su caballo sacerdote, mientras el Imperio romano bajaba por el sumidero. Pamplinas morales ya digo. El otro día en Vigo llevaron el amor a las mascotas al paroxismo y casaron a dos perros, vistiendo al novio de esmoquin y a la novia muy sencillita. Los otros perros invitados lucían como si estuvieran en el hipodrómo de Ascot. Pamelas incluidas. Pero más llamativo que las galas es la expresión de … Seguir leyendo

La Reina del pollo frito

Mi sastre tiene una bobalicona vocación de cortesano. Lo sabe todo de los intríngulis del más rancio protocolo y conoce, por el papel couché, a cada miembro de las familias más principales, a cada prócer. Le fascinan los apellidos blasonados, los románticos amoríos morganáticos, los heroicos linajes y todas las grandezas que proporciona una cuna rica. Habría querido que su donaire, ganado a pulso después de embridar su origen humilde, fuera de toda la vida. Hay un torrente crecido de sangre azul que baja por su soñadora cabeza de sastrecillo valiente. Su auténtico sueño sería pasar una soleada tarde en Balmoral, plisándole la falda al Príncipe Carlos y acometiendo la ímproba tarea de feminizar a Camila Parker Bowles. Pero si una de las monarquías parlamentarias más antigua de Europa la sazonas con el humor más recalcitrante, el británico, el resultado es un hilarante episodio de Monty Python. Los británicos … Seguir leyendo

El viaje a ninguna parte

Es el título de la estupenda película de Fernán Gómez en la que una troupe de cómicos, cautivos de su amor por la farándula, deambulan por caminos polvorientos sin un rumbo claro. No paran de moverse, pero siempre están en el mismo sitio. Así se siente un GPS por las carreteras del interior de nuestro país. Si las máquinas pudieran soñar (como imaginó Philip K. Dick, el genio de la ciencia-ficción) o tener depresiones, nuestros GPS estarían buscando desesperadamente el norte en las oscuras profundidades de un diván. El arte y la literatura están llenas de referencias al camino o al viaje. De Homero a Kavafis. De Centauros del desierto a Phileas Fogg. Por eso el mapa importa. Y las señales. Por eso los carteros rurales son modernos Ulises perdidos en nuestra espesa toponimia. Muchos abandonan a unos metros del dorado buzón. Por eso los redactores, cuando llaman a los … Seguir leyendo

Los fotógrafos que se arriman

 

Hay fotógrafos que se arriman más que José Tomás. Dicen que José Tomás quiere morir en la plaza. No hay plaza lo bastante importante para que muera un fotógrafo. Pero mueren. El reportero de guerra es una subespecie rara dentro de la profesión, pero todos los fotógrafos de prensa viven situaciones peligrosas. Neumáticos en llamas volando por encima de tu cabeza en una escaramuza sindical; piedras dirigidas al disuasorio caparazón de un antidisturbios rozando tu objetivo; restos de un tejado volando caprichosamente durante un temporal. Todos sabemos que, en estas situaciones, cuanto más cerca mejor es la foto. Cuanto más te arrimas más redonda es la faena. Goran Tomasevic, que lleva tantas muescas en la culata de su cámara como primeras de los periódicos sobre la guerra de Libia, se arrima más que nadie. La imagen de hoy me gusta, en primer lugar, porque se desarrolla en una loma o … Seguir leyendo

Yacimiento de recuerdos

Los escombros de una catástrofe son un doloroso yacimiento de recuerdos. Los cajones se vacían arbitrariamente y toda nuestra intimidad se derrama como en una involuntaria confesión. Los objetos a los que imprimimos nuestra huella y a los que transferimos tanto de nosotros, son ahora inertes testigos de nuestra ausencia. Imagina tu mesita de noche flotando, como el barco ebrio de Rimbaud, en la más cruel de las tempestades. Juguetes rotos, peluches, secretos que vierten los joyeros, diarios que lo saben todo de nosotros, grandes relatos de lo cotidiano tejidos con nuestra caligrafía. Y fotos, sobre todo fotos. El papel fotográfico solía tener la misma riqueza poética que una carta de amor. Ahora ni se copian fotos ni se mandan cartas de amor. Hay más imágenes, pero menos fotos. Más palabras, pero menos poesía. Por eso son tan valiosas las fotos de familia. El tesoro más preciado de un replicante.Seguir leyendo

Negación del retrato

Hay mujeres  que niegan (otras muchas veces se les niega) el retrato. Podría parecer que son ajenas a la coquetería y que la cosmética para ellas es como una desconocida y arcana ciencia alquímica. Pero me imagino que, en esta economía de medios, una cierta sensualidad minimalista se abrirá paso. Tapiando sus miradas convierten en un acertijo todo lo que dicen sus ojos. Muchas cosas, eso sí, deben ocurrir intramuros. Cuando el velo es una decisión personal, entonces solo se trata de una mujer que toma decisiones. Y una mujer que toma decisiones siempre resulta atractiva. Cuando no lo es, el retrato es una pieza tan potente que su ausencia siempre es turbadora. Si Dorian Grey hubiera estado sometido a esta disciplina no sería eternamente joven, sería eternamente invisible. Leonardo no nos habría regalado el rictus más inquietante, la sonrisa más tibia, el trazo más ambiguo. La Gioconda aún es … Seguir leyendo

Nacidos para correr

Está confirmado: al gobierno no le gustan los chicos malos. Ya sé que es por nuestro bien pero, a los que somos un poco iconoclastas (y yo debo serlo bastante porque el otro día me quedé viendo hasta las tantas “Pat Garret & Billy the Kid” gracias a que Bob Dylan no dice su única frase hasta después de una hora de metraje) nos está costando un poco. Cuando conducimos por las carreteras de Castilla, que son nuestra ruta 66, nos parece que vamos en compañía de Peter Fonda y Dennis Hopper. Cuando nos da el aire en la cara nos sentimos libres e indestructibles y si en la radio suena el “Born to run” de Springsteen, instintivamente quemamos más gasolina. De niños todos queríamos ser Han solo y pilotar “El halcón milenario”, la nave más rápida de la galaxia. No he conocido a ningún chaval que quisiera capitanear la … Seguir leyendo

Peripecias debajo de una mesa

En la Costilla de Adán, Spencer Tracy y Katherine Hepburn, abogados y rivales en un juicio, dejaban caer al mismo tiempo un lápiz al suelo para, al bajar a recogerlo, encontrarse con la mirada y dedicarse unas picardías. Por debajo de la mesa. En las cenas románticas las parejas inician el cortejo, como dice el bolero del inmortal Armando Manzanero, acariciándose furtivamente. Por debajo de la mesa. En las cenas familiares es menos común pero ocurre y a veces hay embarazosas sorpresas cuando se roza la rodilla equivocada. Por debajo de la mesa. Hay una foto muy famosa en la que el pequeño John-John Kennedy, mientras su padre maneja con mano firme la nave de Occidente, se distrae jugando en el despacho oval. Debajo de la mesa. Claro que, debajo de la mesa del despacho oval han ocurrido muchas otras cosas que el decoro me impide traer a esta … Seguir leyendo