La Voz de Galicia

Infierno y paraíso

Cuanto menos se cree en el infierno, más se anhela el paraíso. El paraíso fiscal, por supuesto. Los papeles de Panamá lo demuestran. Apenas un despacho de uno solo de esos paraísos, no precisamente el más prestigioso, y? miren lo que sale. Mientras andamos entretenidos con nombres y nombrecitos, con la exigua presencia de ricos y políticos americanos, mientras le atribuimos la filtración a la CIA, que quiere cerrar las tuberías por las que circula el dinero de la droga y del tráfico de armas, el dinero que comercia con Corea del Norte, con Siria o con Irán pese a las sanciones internacionales, mientras nos entretenemos en todo eso, pocos se fijan en lo fundamental.

La filtración más grande de la historia apenas boceta el paisaje: Zucman, en su libro La riqueza oculta de las naciones, decía (2015) que un ocho por ciento de la riqueza financiera mundial se … Seguir leyendo

Sin distinción

La ideología de género, contra lo que pueda parecer, procede de una elaboración lenta y meticulosa en algunas universidades estadounidenses y se basa en algunos datos objetivos, porque en otro caso parecería inverosímil y contraria al sentido común. Desde el principio, los investigadores del área percibieron la importancia de la retórica, porque más que a un problema científico se dedicaron a una causa y, para cambiar las cosas, advirtieron que tenían que cambiar antes las palabras y neutralizar ese sentido común. Empezaron por llamarle género al sexo, de modo que una realidad biológica fácilmente comprobable se convirtiera en una abstracción gramatical y, por tanto, en condiciones de ser discutida y reformulada al antojo de cada quien.

Luego cargaron de matices negativos ciertos vocablos. Quizá el que más vejación ha sufrido sea el término padre y cualquiera de sus derivados, muy singularmente paternalismo, que por las razones que sean, … Seguir leyendo

Palabra y espectáculo

Me da la impresión, acaso demasiado particular, de que el volumen de conversaciones de carácter político ha bajado en las casas y en las calles, en los bares y en las oficinas. Se ha instalado en su lugar un cierto hastío, un aburrimiento muy parecido al que padece la persona que ha gastado demasiadas horas seguidas ante el televisor y, a través de la modorra que le impide moverse aún del sofá, se infiltra en su conciencia un sentimiento incómodo: el de haber perdido el tiempo. La comparación tiene más sentido porque nunca como ahora la política se resuelve en imágenes televisivas, en gestos y posados, en juegos de espejos y paripés que tienen al ciudadano ahíto, empachado. Mucha imagen y poca palabra.

Cuando la imagen sustituye la palabra en lugar de ilustrarla, ocurre exactamente eso: que la reemplaza, y que al reemplazarla obliga a pensar con imágenes en vez … Seguir leyendo

Lula y yo

Me apena la situación de Brasil, país para el que guardo un afecto especial desde hace casi treinta años. Estos días he recibido muchos mensajes de amigos de allí, antiguos alumnos la mayoría, periodistas casi todos. La percepción general puede resumirse en una palabra: impotencia. Uno de los mensajes resumía el panorama en una frase certera que me dio que pensar: no hablaba de Lula ni de Dilma ni de la conveniencia de que se retiraran o prosperara la moción para retirarlos. Se limitaba a decir que la gente es buena, que trabaja mucho, pero que, si se le presenta una ocasión favorable para atrapar algo más, no lo piensa dos veces. Y no se refería solo a los políticos.

Los brasileños son, en efecto, gente buenísima y muy trabajadora, pero lamentablemente, lo otro también es frecuente, como han podido comprobar quienes hayan intentado hacer negocios allí. No es … Seguir leyendo

Colau en tres refranes

Siempre pensé que Ada Colau tenía cara de buena persona y, por aquello de que «la cara es el espejo del alma», me caía bien. La juzgaba quizá osada, pero la osadía puede convertirse en una virtud política si se casa con la prudencia. Pronto percibí que su atrevimiento provenía más bien de ese otro dicho según el cual «la ignorancia es atrevida». La alcaldesa de Barcelona dio pronto señales de incompetencia que no me atrevía a juzgar como maldad. Solo incompetencia. La misma que le impidió pedir previamente al Ejército -por razones buenas o malas- que no acudieran a la feria educativa. La misma incompetencia que, quizá sin pretenderlo, la llevó a humillarlos.

Tal vez porque ignora que las Fuerzas Armadas proporcionan formación de mucha calidad y en todos los niveles: desde pilotos de aviación e ingenieros hasta mecánicos o conductores de vehículos especiales. Tal vez porque ignora la … Seguir leyendo