La Voz de Galicia

El precio de la diferencia

La sentencia del Tribunal Supremo sobre los conciertos económicos con colegios de enseñanza diferenciada (solo para chicos o solo para chicas) ha abierto un nuevo debate ideológico típicamente español: sin datos y acumulando clichés y prejuicios. El Supremo se ha limitado, supongo, a interpretar la ley socialista del 2006. Nada dice contra la enseñanza diferenciada y, por supuesto, no la llama sexista ni franquista, como tampoco lo hacen los americanos, los alemanes o los ingleses, que disponen de oferta solo para chicos o solo para chicas incluso en el sistema público. En el fondo, el verdadero debate es otro, relacionado con la democracia misma.
La idea que subyace a la ley de 2006 responde al criterio, defendido ayer mismo en su columna por Roberto Blanco Valdés, que admite la existencia de la enseñanza diferenciada, la considera necesaria para el pluralismo, pero rechaza que se financie con dinero público. Es decir, … Seguir leyendo

Prejuicios

Son esas cosas que se te ocurren de repente. Estaba explicando cómo funcionan los prejuicios. Decía que los necesitamos, que resultan necesarios e inevitables, porque no podemos pasarnos la vida replanteándonos todo. Decía que lo malo de los prejuicios fuertes radica en la imposibilidad de revisarlos incluso cuando la realidad los aplasta. Esa contumacia frente a la realidad sí que nos pervierte. Explicaba también que esto sucede a quienes no acostumbran a pensar las cosas y carecen, por lo tanto, de criterio. El criterio y la mera opinión se diferencian en que el primero se apoya en principios y la segunda en modas, de ahí que cambie muy fácilmente. En estas caí en la cuenta de que, en el fondo, las culturas son el compendio de nuestros prejuicios. Una cultura consiste en la suma de los principios que no revisamos, que aceptamos de un modo connatural, por inercia casi.
La … Seguir leyendo

Enseñanza diferenciada y sentido común

Escribe García-Máiquez en el Diario de Sevilla de hoy:

«Entre los pedagogos, unos consideran mejor la enseñanza diferenciada, otros la mixta. Todos tienen sus razones. Lo prudente sería que los políticos no tomarán partido por ninguna de las posturas y dejasen que los padres eligieran sin trabas lo que consideren más conveniente para sus hijos. Pero si se retiran los conciertos, sólo las familias con dinerito podrán optar por los colegios no mixtos, que serán exclusivamente privados. Imaginemos por un momento (como hipótesis de trabajo) que la educación no mixta fuese más eficaz: se estarían perpetuando los privilegios de clase.
No hace falta, sin embargo, construir hipótesis. Basta con la realidad. Si ambas educaciones presentan sus propias ventajas y son respetuosas con los derechos de los niños, ¿por qué no permitir (y alentar, incluso) que convivan los dos sistemas, abriendo así el abanico de la libertad? La tentación del totalitarismo

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Más sobre educación diferenciada (2)

«Mientras España castiga la educación diferenciada, EEUU se beneficia de los éxitos que allí cosecha. “No se trata de meter a las niñas en conventos y a los niños en monasterios. La explicación del derecho que deberían tener los padres para decidir si quieren que sus hijos tengan una educación pública diferenciada es tan sencilla como que los niños y las niñas son diferentes. El desarrollo neurológico es diferente en ambos sexos y, formando a los profesores, se puede conseguir que rindan más y así mejorar las cifras de fracaso escolar”.

«(…) El profesor Sax, volcado en la implantación de la educación diferenciada en EEUU desde hace unos años, asegura que cuando comenzó a trabajar en esta labor en 2002, en su país sólo había 11 colegios públicos diferenciados. Hoy son 540 (95 exclusivamente diferenciados y el resto, mixtos que ofrecen educación diferenciada), y la estadística que arrojan los mismos … Seguir leyendo