La Voz de Galicia

Hace unos meses recogía aquí la clasificación de los tontos elaborada por Leonardo Castellani.

A continuación reproduzco y comento un artículo reciente de Suso del Toro, escritor, columnista de El País y según dicen, una de las personas a las que escucha José Luis Rodríguez Zapatero.

Como verán, el artículo no está escrito por un tonto -pese a algunos errores-, sino que se dirige a tontos. Intenten adivinar a qué clase de tontos.

SUSO DE TORO
Río revuelto
SUSO DE TORO 20/09/2009
Una crisis momentánea, como un atentado terrorista, un ciclón o unas inundaciones, hacen que el Estado sujete las riendas con más fuerza, en ese momento todos reconocemos a las autoridades (sí, se vio muy claramente en el 14-M, ¿no?). Pero una crisis prolongada hace que los lazos que sujetan las partes de la realidad social se vayan aflojando y se suelten (¿Qué lazos?, ¿las autoridades se sueltan, quieres decir? ¿O te refieres a una pérdida de liderazgo poniéndolo al revés?).
Cuando es así, cada individuo y cada colectivo se vuelve hacia sí mismo, se va haciendo más insolidario y defiende frente a los demás sus derechos particulares (Se refiere a la pérdida de liderazgo, sí. ¿Eso solo pasa en las crisis prolongadas? ¿En las crisis prolongadas por falta de liderazgo?).
La colectividad que forma un país se fragmenta y se licúa (¿Antes de la crisis prolongada ni se fragmentaba ni se licuaba? ¿No será que se licúan los falsos liderazgos?). Algo de eso está pasando en la vida pública española estos días mientras no se aprueben los presupuestos de este año y no se salga de la fase más aguda de la crisis (Entonces, tranquilo,  en cuanto se aprueben los presupuestos, Zapatero recuperará el liderazgo).
A la actitud levantisca de la derecha, que desde que perdió las elecciones hace seis años se ha comportado con hostilidad tanto hacia el Gobierno como hacia instituciones del Estado, se le han sumado ahora poderes diversos (Sin comentarios, ante una aseveración tan límpida y matizada). Poderes que no nacen del voto ciudadano sino que representan los intereses de un particular (¿de uno solo?) o de un grupo (no he sido yo quien ha quitado la coma que falta). Son poderes los sindicatos y asociaciones gremiales, los bancos, cajas, organizaciones ecologistas, feministas, empresas de comunicación… Poderes que nacen de la propia sociedad y que actúan a diario en la vida pública, pero que ahora se manifiestan en voz más alta (¿Eso es un problema o es una señal de vitalidad? Para un autoritario, sería un problema).
Fue el caso del presidente de la CEOE hace unas semanas y es el caso del presidente de las cajas de ahorro, Juan Ramón Quintás, que interviene en la lucha de partidos posicionándose con el PP, y que no procede (sic) en quien debiera actuar con independencia(¿Incluso con independencia de los intereses que representa, que son los de millones de impositores? ). Cuando pide un gran acuerdo de los dos grandes partidos estatales para afrontar la crisis, sabiendo que eso que sería muy deseable ha resultado imposible en estos últimos seis años y eso no va a cambiar (sic), lo que hace es precisamente lo contrario de lo que alega: busca debilitar la gobernabilidad (¿Por qué es deseable ese pacto? ¿Por qué no se ha dado? ¿Por qué no se dará? ¿Proponerlo busca debilitar la gobernabilidad o recuperarla?).
También los medios de comunicación han intervenido e intervienen, pues los partidos y gobiernos pretenden instrumentalizarlos y ellos a su vez pretenden instrumentalizar a partidos y gobiernos en beneficio propio (¿No me digas? Pero, sobre todo, intervienen porque ese es su papel, ¿no?). Son muy comentadas estos días las críticas que desde el mismo grupo empresarial que edita este periódico se le hacen al Gobierno, críticas que nacen de una diferencia sobre la política de medios de comunicación que afecta a los intereses del grupo y de distintas visiones sobre la actuación gubernamental (¿Una diferencia sobre la política de medios de comunicación? ¿Cuál? ¿Te refieres a pasar de favorecer a El País -dos canales de televisión privada, la cadena SER, permitir el antenicidio,  etc.- a favorecer más a la Sexta? A ver, ¿te refieres con «política de medios de comunicación» a ¨política de medios de comunicación partidista»?, ¿a que se está prefiriendo un grupo de izquierdas frente a otro también de izquierdas y en detrimento de todos los demás, incluidos los públicos?) . Esté uno de acuerdo o no con esas críticas, entra en lo lógico y esperable que una empresa defienda sus intereses y que un periódico discrepe de la política de un Gobierno (Anda, pues sí señor: entra en lo lógico, efectivamente, y ¿por qué no entra en lo lógico en el párrafo siguiente?).
Caso distinto (eso es verdad: caso completamente distinto) es lo que ocurre aquí, donde un diario de gran tradición local (regional, si no te importa), La Voz de Galicia, ha desembarcado directamente en la política desde hace algunos años (Unos 127, diría yo). Siendo evidente la relación entre medios y partidos (¿evidente para qué medios y para qué partidos? En el caso de El País y el PSOE, por ejemplo, sí es evidente), siempre ha habido una línea que marcaba el lugar de cada uno (¿cuál es esa línea? Dila y te digo quienes y cuándo se la han saltado), pero nos encontramos ante una situación excepcional, pues La Voz en los últimos tiempos no sólo tiene una línea ideológica, como tienen todos los periódicos de modo confesado o no, sino que también se presenta en el espacio político con una verdadera agenda ideológica, política y con reclamaciones concretas (Mira tú qué cosas:  un buen periódico, ¿no debe hacer reclamaciones concretas? Otro asunto sería que coincidieran siempre con la agenda de algún partido. ¿Con la agenda de qué partido coinciden las de La Voz?) .
En esto tienen responsabilidad -culpa- los tres partidos que están en liza. Los tres han jugado con fuego y han creado la figura de un editor (¿En qué año? Ese editor es editor y una figura de referencia  desde muchos años antes de que existieran los tres partidos) que no duda en presentarse políticamente con rasgos ideológicos muy conservadores (¿Puedes poner algún ejemplo, por favor? ¿Te refieres acaso a cuando lideró la información sobre el Prestige que tanto facilitó el desalojo de Fraga y del propio Aznar?) y una serie de exigencias: la creación de una gran caja de ahorros coruñesa (¿Dónde lo ha dicho? Pero en cualquier caso, eso es muy conservador?), la realización de ese gran muerto que es un oscuro plan urbanístico asociado al puerto exterior coruñés (Santiago Rey siempre ha defendido un gran puerto en A Coruña, pero ningún «oscuro plan urbanístico». Se trata de una obra liderada por un ayuntamiento del PSOE antes y bipartito ahora, ¿andan con un oscuro plan urbanístico a vueltas? Denúncialos, entonces), la paralización de la Cidade da Cultura… (¿Conservador? Contra el PP, primero, contra el PSOE-BNG  después y contra el PP de nuevo, ¿a eso le llamas ser conservador? Obsérvese que en todo el párrafo no hay una sola alusión a los intereses empresariales de La Voz o de Santiago Rey. Porque no los tienen. Eso sería perdonable, según se deduce del párrafo anterior dedicado a Prisa, puesto que Prisa  solo arremete contra gobiernos del PSOE si le tocan los… intereses. En cambio Santiago Rey, que no tiene intereses extraperiodísticos y arremete contra cualquier gobierno, es un conservador extremado. Ya voy entendiendo el concepto arrojadizo de «conservador»).
Es un error. Un periódico, además de ser de sus propietarios, también es un patrimonio colectivo de un país y como tal hay que lamentar sus derivas fuera del estricto campo del periodismo, pues se daña a sí mismo (efectivamente, pero cuéntaselo a El País). Pero ante todo la ciudadanía debe ser capaz de comprender que cuando el poder político democrático, el elegido por las urnas, es asediado por otros poderes hay que estar con el Gobierno (Estar con el gobierno, haga lo que haga: nueva definición de progresismo).
No nos gustó (El plural mayestático repentino es suyo, no lo he puesto yo) el modo en que llegó a la presidencia de la Xunta Alberto Núñez Feijóo (y la rima interna, también), es evidente que quien llega a hombros de algunos medios de comunicación (¿Cuáles?) luego corre el riesgo de ser rehén de ellos (No debe de ser La Voz uno de ellos, a juzgar por cómo trata al nuevo gobierno), pero es presidente con los votos ciudadanos. Es nuestro presidente. Hay decisiones suyas que nos disgustan profundamente y hay otras en las que acierta pero es él, con su Gobierno y el respaldo parlamentario, quien tiene la responsabilidad de gobernar (el espolvoreado de las comas le pertenece y la obviedad, también).
En democracia, el poder político lo dan los votos, no el dinero (Entonces, volvamos al párrafo cuarto y dejémonos de monsergas: justificas a tu periódico porque es el que te paga y porque es de izquierdas y criticas a La Voz, ¿por qué exactamente?).

Me parece que este artículo me servirá para explicar en clase muchas cosas sobre argumentación y sobre escritura.

Añado la clasificación de Castellani, para que adivinen a qué tipo de tontos va dirigido el texto de Suso del Toro:

1) Tonto a secas; esto es, ignorante.

2) Simple; esto es, tonto que se sabe tonto.

3) Necio; esto es, tonto que no se sabe tonto.

4) Fatuo; esto es, tonto que no se sabe tonto y además quiere hacerse el listo.

5) Insensato; esto es, tonto que no se sabe tonto y encima quiere gobernar (o hacer que gobierna) a otros.