Lo importante no es ganar, sino competir. Aunque suena más bien a premio de consolación, un equipo mixto de fútbol infantil ha hecho de esta trillada frase su filosofía de vida. Se trata de un grupo de niños con una peculiaridad: nunca han ganado un partido. Me topé con este montón de sonrisas optimistas gracias a un documental catalán que me recomendó Paula (del blog Sin sentido), titulado L’equip petit.
A lo largo de los 9 minutos que dura el vídeo -que por cierto está arrasando en las redes sociales- los integrantes del Margatània F.C, un club infantil de la localidad de Vilanova i la Geltrú, en Barcelona, van narrando sus experiencias futbolísticas que siempre suelen tener el mismo final: la derrota. Y no son dos, ni tres, ni cinco, los goles que reciben en cada partido. Les han llegado a meter hasta 27 en un mismo encuentro. Pero ellos se lo toman con filosofía, sin enfadarse, sin sentirse mal. Porque aunque no lo demuestren en el marcador, en realidad son unos campeones.
«Si un día marco un gol estaría tan contento que saldría volando», asegura uno de los alevines dirigiendo su mirada esperanzada hacia la cámara. Pero si no lo consigue no pasa nada, porque como añade uno de sus compañeros de equipo: «Ya marcaremos el gol cuando seamos mayores».
En la última temporada consiguieron lo que nunca antes: lograron meter la pelota en la portería de sus adversarios y terminar con 271 goles en contra pero uno a favor. Y ese único gol les ha permitido multiplicar su optimismo para seguir pateando el balón en busca de la portería.
Que gran ejemplo el de estos niños para esos progenitores pesados que en su afán por fomentar la competición presionan a sus hijos lo mismo en una cancha, que sobre un escenario. Los padres tenemos mucho que aprender de este equipo de triunfadores que hacen de cada partido un juego y de cada patada una aventura…
ALGUN DIA SEREIS UN GRAN EQUIPO, MORAL NO OS FALTA ANIMO ¡CAMPEONES¡
Lo que hace a los niños más felices es jugar, poner a prueba sus habilidades y las van desarrollando. A ningún niño le gusta que le resuelvan su rompecabezas, su felicidad está en que él lo logre, no importa cuánto tiempo le tome.
Impresionante. Sólo mirando los ojos de los niños se sabe que son grandisimas personas. Algún dia llegaran lejos y conseguiran lo que quieran gracias al saber perder.
Cambiar la educación de la competitividad por la educación del Ser…
¡Qué importante!
Gracias!
Pero que grandes! Si todos pensáramos igual el mundo sería otra cosa.