Haciendo a un lado el consumismo desaforado y el exceso de ñoñerías que somos capaces de cometer en la época decembrina, la Navidad es sin duda una de las etapas más emotivas del año porque nos permite disfrutar de la familia y de los amigos.
Sé que hay mucho Grinch por ahí suelto que pese a su repudio público a tan señaladas fechas en el fondo también disfruta de la cercanía de las personas amadas durante las cenas y convites.
Y es precisamente en estas reuniones donde se encuentra el significado de la Navidad. Sí, sé que a muchos les parecerá un coñazo pero poder sentarte un par de horas con la gente que más quieres para cenar, conversar, reír, cantar e incluso bailar, es una de las experiencias más gratificantes que existen.
Sin embargo, no siempre tenemos la dicha de disfrutar de los que más amamos, no sólo porque muchas veces la familia no está tan a la mano como nos gustaría, sino porque hay personas significativas que se han marchado definitivamente de nuestro lado a las que extrañamos todos los días pero con mayor ahínco durante la Navidad.
Los que están lejos encuentran alguna manera de manifestarse en diciembre ya sea con una llamada, un correo electrónico o una videoconferencia. Pero los que ya no están, los que se han marchado para siempre, duelen profundamente en el corazón.
Esas lamentables ausencias nos sirven para rememorar algo que ya sabemos pero que muchas veces nos cuesta asumir: la muerte es irreversible.
Y esas sillas vacías alrededor de la mesa navideña nos recuerdan la importancia de vivir, de abrazar, de valorar a las personas que amamos porque no vamos a estar juntos siempre. Porque mañana puede ser demasiado tarde para pedir perdón. Así que si tienes la suerte de tener a la familia al completo, a los padres, los abuelos, los hermanos, los hijos, no dejes pasar la oportunidad de reunirte con ellos y demostrarles que te importan.
Y si alguno ya no está, recuerda siempre que estuvo y en su memoria disfruta plenamente cada uno de los días que están por venir.
Feliz Navidad y gracias por estar…
Muy bueno, gracias por recordarnos de estas maravillos fiestas.
Muy cierto todo lo que comentas… Tal vez se ha perdido un poco el espíritu de la navidad, sobre todo cuando no hay niños por casa, o por lo menos yo he notado un gran cambio desde que era pequeño. Espero que ahora que vamos a ser padres de mellizas sobre Octubre, volvamos a recuperar las ganas de estas fiestas 😉 Ya os contare dentro de unos meses…
Me gusto mucho yme identifico
Lo sé… te quiero 😉
Todos los días deberían de ser días de navidad.
Gracias Armando, como siempre un honor 😉
Hola, muy buena entrada!
Comentarte que la he añadido al repaso de blogs semanal de Bebés y más.
Un saludo!
Armando.