Todo empezó con un:
– Mamá, yo quiero un petilín.
Como la frase no me sugirió nada ignoré el comentario de la peque y seguí tecleando en el móvil mientras ella permanecía sentada en el orinal.
– Mamá, mamá, mamá… quiero un petilín.
Ante la insistencia dejé el teléfono y empezó el interrogatorio.
– ¿Un petit suisse?
– No mamá, un PE-TI-LÍN?
– A ver peque, ¿qué es un petilín?
– Es un palito con un puntito que tienen mis amigos del cole. Como Yago y Roberto.
Yo aún no caía en la cuenta de lo que la niña me estaba pidiendo.
– ¿Es un juguete?
La peque se ríe estrepitosamente y luego contesta:
– No mamá, no es un juguete, lo tienen Yago y Roberto en su vagina.
– Pero hija, Roberto y Yago no tienen vagina.
– Claro que sí mamá, solo que su vagina tiene un palito con un puntito que se llama petilín. Lo he visto cuando hacemos pis en el cole y María me ha dicho que se llama petilín.
Entonces la frase cobró sentido y las preguntas desfilaron por mi cabeza una a una en solo dos segundos: ¿Envidia del pene? ¿Tan pronto? ¿Mi niña? ¿Pensará que está castrada? ¿Sabrá lo que significa castrar? ¿Le cuento? ¿Qué le digo? Madre mía (suspiro largo).
De poco me sirvió en ese momento el diplomado en sexualidad humana que hice hace algunos años ni las teorías freudianas que aprendí al dedillo. Soy firme defensora de la educación sexual a temprana edad y no suelo usar apodos para referirme a los genitales delante de la peque, por lo que a la vagina le llama vagina desde que tenía un año. Pero el tema del pene aún no había venido a cuento.
En fin, que me vi frente a la pequeña inquisidora que, mientras yo cavilaba a mil por hora, seguía exigiendo un petilín. Se me quedó mirando fijamente y tomó mis manos entre las suyas como hace casi siempre que aborda un tema serio:
– Mamá, yo quiero un petilín.
Entendí de inmediato que Freud no podría sacarme del apuro.
– Lo siento peque, tú no puedes tener un petilín porque ya tienes vagina. Los chicos tienen petilín, que en realidad se llama pene, y las chicas tenemos vagina. ¿Comprendes?
– No, yo quiero uno.
– Ya, pero no puedes tenerlo porque eres una niña, no un niño.
– Yo quiero uno mami, por favor.
– Verás peque, hombres y mujeres somos diferentes. No puedes tener vagina y petilín. Seguro que Yago y Roberto no tienen vagina, solo pene.
– Pero mami, yo solo quiero un petilín.
– Vale Montse, luego te compro uno.
Y así terminó nuestra primera lección de sexualidad humana.
Gracias a todos por los comentarios! Estoy pensando seriamente poner una tienda de petilines-pitilines ya que la demanda es alta. Quien se asocia conmigo???
Hola Azucena, aunque ya hace algún tiempo que escribiste este post no me resisto a comentar lo que me pasó ayer con mi hija pequeña. Me acordé inmediatamente de ti y de Montse.
Estaba Sofía, casi tres años, haciendo pis en el orinal y me dice:
-Martín (un compañero de la guarde) tiene pitilín
Le contesté que claro, que los niños tenían pitilín. Y me respondió
-¿Me compras un pitilín? Aquí, para el culete….
Jaja!!, me eché unas risas….
Aprovecho para felicitarte por el blog.
Que risa Marta… gracias por comentar!
Jejejeje!! Me encantó! 🙂 Gracias por compartirlo! Un abrazo inmenso!
Jajajajja!!Buenísimo!!!Vaya preguntitas que hacen los peques, eh???jajaja
Que personaje es tu hija.. sospecho que la mía va a ser de la misma línea!!! Que buen post!!
Ay azu me meo de la risa jajajaja
Dios Susy, muero de la risa con las preguntas de Montse 🙂
Besos!
Louma
Yo creo que la educacion de los hijos consta de varias etapas. Una comienza desde el primer dia que la criatura vienen al mundo. Otra cuando pueden expresarse y entender el significado de cada concepto que la vida encierra en si, otra la prepubertaria, otra la adolescencia y otra cuando estan dispuesto a incursionar en este mundo cruel que nos rodea.
Los ninos son extremadamente curiosos y perciben las diferencias entre ellos cuando comienzan a comunicarse aun que, todavia no estan preparados para alcanzar a diferenciar entre el genero femenino y masculino, en otras palabras, desconocen el significado y constitucion anatomica de cada genero.
Es recomendable que los ninos de diferente sexo se banen juntos hasta una determinada edad y no mas alla de esta, porque ello puede suscitar problemas en cierta y determinada edad entre ellos.
Son los padres, en conjunto, los que deben educar e informar adecuadamente a sus propios hijos, cuando estes sean de genero opuesto.
Los ninos tienen que ser informados pero a su debido tiempo y edad.
Tambien debemos informarles sobre el respeto que debe existir mutuamente entre el hermano varon y su hermana de cuna y, el por que, de la advertencia. Esto es quizas, uno de los temas mas importantes que deben tener en cuenta una pareja que haya enjendrado hijos de ambos sexos.
Padres y madres popdemos ser cualquier uno de aquellos que caminamos por la vida, saber serlos es algo muy diferente.
Un saludo Sra. Azucena. Mucha salud para su entorno.
Jajajajajajajaja. Hay veces que es mejor no darle más vueltas…
Jajaja comprame dos a mi también que seguro que mis hijas los quieren!! jajaja
Yo tengo una niña y un niño que se llevan 12 meses (ella es mayor). Siempre se han bañado juntos y un día, cuando el pequeño tenía como año y medio me preguntó:
«mamá, ¿a mí cuando se me va a caer el pito?»
Yo, alucinada, no entendía nada: Le respondo lo más calmada que pude, «nunca, mi amor nunca se se va a caer el pito ¿por qué?» «Pues como Ire, mamá, cuando se me cae el pito y me sale la «pitina»?»
El pobre debía pensar que era como los dientes, que se te caían al hacerte mayor!!!
Estem… ¿y donde los venden?
jajaja
me gusta como has zanjado el tema!!
si a mi también me ha encantado, muy bien redactado y fácil de leer. Un saludo y felicidades por el Blog