La ideología de género, contra lo que pueda parecer, procede de una elaboración lenta y meticulosa en algunas universidades estadounidenses y se basa en algunos datos objetivos, porque en otro caso parecería inverosímil y contraria al sentido común. Desde el principio, los investigadores del área percibieron la importancia de la retórica, porque más que a un problema científico se dedicaron a una causa y, para cambiar las cosas, advirtieron que tenían que cambiar antes las palabras y neutralizar ese sentido común. Empezaron por llamarle género al sexo, de modo que una realidad biológica fácilmente comprobable se convirtiera en una abstracción gramatical y, por tanto, en condiciones de ser discutida y reformulada al antojo de cada quien.
Luego cargaron de matices negativos ciertos vocablos. Quizá el que más vejación ha sufrido sea el término padre y cualquiera de sus derivados, muy singularmente paternalismo, que por las razones que sean, carece de equivalente femenino. Quizá el concepto maternalismono se dé en la realidad. Por el camino han comenzado a averiar el concepto maternal. No tanto como paternal, por supuesto. Y así hasta someternos a un lavado de cerebro sin precedentes que hemos aceptado de un modo acrítico, pasivo.
La ley andaluza ha producido alguna extrañeza que dejarán sin respuesta. Porque juegan así. Por supuesto, se advierten rasgos machistas en el lenguaje, pero no precisamente en los nombres genéricos. Como empieza a resultar difícil defender el sentido común, retuiteé ayer una frase de Ramón Salaverría: «Aunque prohíban decir ‘los niños’ frente a la ‘niñez’, seguiremos distinguiendo entre los gilipollas y la gilipollez».
Que existe un xeito sexista nas falas está claro, mais pódese expresarse un de forma non ofensiva e poñendo en valor ao sexo feminino, sen ter que forzar a linguaxe, hai uns dias nunha reunión escoitei Matria en vez de Patria eu pensaba que patria era de xénero femininiño, mais parece ser que non. A min tamén me abraia o da linguaxe politicamente correcta, que valeira de contido á comunicación creando enganos.