Parece que los que usan iPad no se perciben a sí mismos como alguien que está leyendo un libro, escribiendo un correo o jugando, sino como personas que usan un iPad, aunque estén leyendo, escribiendo o jugando. No es cosa mía, sino de un estudio que se hizo público esta misma semana. Por lo visto, ocurre con el iPad algo parecido a lo que, casi desde siempre, ha sucedido con la televisión y, muy especialmente, desde el maravilloso descubrimiento del mando a distancia: que zapeamos. Es decir, uno se coloca delante del aparato sin un propósito definido y se dedica a picotear los botoncitos hasta que algún programa le detiene. Del mismo modo, con el iPad, uno enciende la tableta y empieza a bordonear entre las diversas aplicaciones que se hayan bajado.
He de admitir que, más de una vez, al abrir el iPad me he preguntado, “¿pero para qué lo he encendido?” Así que el estudio debe de tener algo de razón. Pretendían probar y mejorar formatos publicitarios para las revistas digitales y descubrieron que lo verdaderamente difícil era retener al lector en los contenidos editoriales, porque se escapaba constantemente por los anuncios a comprobar precios o a comprar en la tienda de Apple, y costaba conseguir que volvieran a la revista que estaban mirando.
La conclusión del estudio es que la interactividad de la máquina prima sobre los contenidos de la publicación, al contrario de lo que ocurre con las revistas impresas y con los dispositivos específicos para la lectura de libros. Por eso los usuarios de iPad ipadean y compran convulsivamente, porque el cacharro les puede. Otra excelente metáfora de nuestro estilo de vida.
Pero a ver, la tablita esa ¿sirve para cortar queso o no?
Solo para rallar…
No sé si tienes razón, pero me ha costado tres intentos terminar de leer la entrada y, mientras, me he descargado dos aplicaciones nuevas (gratuitas), he visto un vídeo y he comprobado el precio de las naranjas a domicilio.
Me entraron sospechas, comprobé la IP y… efectivamente 🙂
Nunca he tenido un iPad entre mis manos,ni, por supuesto, he interaccionado con nada parecido. No sé si me pierdo gran cosa, pero su precio y mi preferencia de aproximación a las distintos contenidos editoriales de periódicos y revistas, me hace apostar por el formato tradicional en papel. Eso sí, observando como éste se adecúa al paso del tiempo, se transforma y apuesta por desarrollar noticias desde diferentes perspectivas y de manera sustantiva, permitiendo al lector tener una visión más completa del tema al que se acerca.Da así pie a la reflexión y a volver sobre lo escrito, sin interferencias publicitarias que emergen enl a pantalla y acaban distralléndote del objetivo principal: formarse una idea sobre la que sucede en la sociedad de hoy. Esa es mi opinión. Lo otro me parece puro entretenimieno, sin descansar las posibilidades que este instrumento de trabajo ofrece a muchos profesionales para los cuales quizá se haya convertido en algo indispensable.
Un fuerte abrazo profesor.
Assim como a TV não substituiu o cinema e o computador não substituiu o impresso, o Ipad não vai substituir nada também, é sempre uma nova mídia…
Gostei do verbo «ipadear».
abraço.
Concordo, Mariana. Uma alegría ver vocé por aquí. Abraço.