El número de suicidios entre los soldados americanos que participaron en algún incidente en Afganistán o Irak crece de prisa:
2006: 102
2007: 115
2008: 143.
Están muy preocupados.
Y el porcentaje de los que presentan desórdenes postraumáticos ha pasado del 38 al 52.
Trágico…
Esas cifras se mencionan poco…
Está claro que la guerra es una cosa horrorosa, también para los soldados, claro.
¡Menuda desfachatez! ¿Dónde están los de ¡Non a guerra!¡Aznar asasino!?
En las guerras antiguas se suicidaban los derrotados:
Las mujeres celtas en el Medulio, los judíos en Masada ante el ejército romano…
Ahora se suicidan los que ganan. Un dato para hacer reflexionar
Yo creo que está bastante claro. Basta con preguntar a un psiquiatra. En las guerras modernas no existe honor. Se machaca y se humilla al oponente. Y eso acaba repercutiendo al que inflige el daño. Los que soltaron las bombas atómicas no volvieron a ser los mismos.
Bueno, Prometeo, también se suicidaban otros, o ‘los suicidaban’, como a algunso filósofos. Para mí la única reflexión posible es que ahora valoramos más la vida individual, damos más valor a la persona. Y antes la persona como individuo no contaba, lo importante era la tribu, el clan, el grupo. De hecho hablas de suicidios en masa.
En las guerras modernas existe atención a cada herido, a cada muerto, a cada soldado. En las antiguas era todo una masa de cuerpos sin nombres. Los que soltaron la bomba atómica debieron volverse tarumbas o algo así. No me extraña. Pero para tarumbas tenemos unos cuantos en la historia clásica, llena de matanzas, asesinatos en masa. Como si antes no se machacase al oponente. Menos mal que los antiguos no tenían la tecnología armamentística que hay ahora que si no.
Tengo la impresión de que tanto para Prometeo como para Javier las guerras de antes eran honorables, y no como las de ahora. Discrepo, todas las guerras son horrorosas y una desgracia para la humanidad, las de antes y las de ahora. Y no me considero un pacifista pero tampoco un utópico.
¡Los judíos en Masada! Lo dices como si todos los que allí había quisieran suicidarse…vaya
Maikel, hay un tratado sobre El Arte de la Guerra de un tal Sun-Tzu, que estaba de moda entre los directivos de las grandes empresas. Nada de lo que allí se dice es lejanamente parecido a bombardear ciudades con civiles o métodos igualmente horrorosos. Las guerras son horribles y no se debe generalizar, más aún cuando no la has vivido en la propia piel. La conquista de América fue una carnicería. De todos modos estoy con Prometeo (creo que quiere decir esto) que cuanto más nos alejamos de la pelea cuerpo a cuerpo, cuando con un botoncito o con armas de fuego eliminamos a cientos o miles de adversarios, hacemos las guerras más inhumanas.
Me parece que Prometeo tiene razón: habría que pensar en qué tipo de soldados son estos, cómo se reclutan, qué motivación tienen, si se sienten respaldados por su país y por su gente, si entienden la guerra en la que están.
Todas las guerras han producido pesadillas que torturaron las noches de los soldados durante el resto de su vida. Pero esto es otra cosa.
Frases de Sun-Tzu. La primera me recuerda a la de los grandes maestros (de cualquier disciplina, incluso Jesucristo)
«La mejor victoria es vencer sin combatir»
«La guerra es el mayor conflicto de estado, la base de la vida y la muerte, el Tao de la supervivencia y la extinción»
«El arte de la guerra se basa en el engaño»
«Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas»
o Capítulo II
«Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla»
«En líneas generales, dirigir a muchas personas es como dirigir a unas pocas. Todo se basa en la organizacion.»
«La ira puede convertirse en alegría, y la cólera puede convertirse en placer. Pero una nación jamás puede ser reconstruida, y una vida no puede volver a nacer.»
Hemos creado un mundo complejo tratando de imponer nuestros ideales sobre nuestra naturaleza. La violencia que es consustancial al ser humano, es por un lado exaltada y por otro lado reprimida. En el primer caso, la vivimos en una pantalla, en un videojuego, pero en el fondo intuimos que eso solo es ficción, como lo es el cine.
Muchas actividades humanas sirven para aliviar la descarga catártica de la violencia contenida e innata, sin embargo a través de la educación la negamos, la intentamos ocultar pasando de puntillas. Intentamos negar la realidad que vemos desde que el niño toma conciencia social de su entorno en el cual intenta imponerse. La violencia es el motor de la filogenesis y somos consecuencia de ella. Tratar de contenerla es como poner un tapón a una olla a presión. No es más que una forma de preparar la explosión. Frecuentemente se postulan posturas ideológicas referidas a la igualdad, al antiautoritarismo. Estas posiciones acaban componiendo afirmaciones que se enmarcan dentro de lo políticamente correcto. Sin embargo este enfoque del problema nos aleja de la solución al no reconocer las causas de determinados comportamientos, lo cual nos lleva a reacciones de extrañeza ante los arranques de furia protagonizados por personas aparentemente ponderadas y serenas.
El primer paso para mejorar, es reconocer nuestra naturaleza. Un adicto a la bebida lo primero que tiene que hacer es reconocer que es un alcohólico. Un hombre que desea el camino a la igualdad, tiene que reconocer sus impulsos innatos al machismo. Estos a diferencia de los animales se moldean, pero en nuestro código genético están inscritos los límites de lo que se puede condicionar ese impulso natural. Pasarse en ese límite puede ser la explicación de este suceso. Todas las guerras son monstruosas Sin embargo en las antiguas, el hombre combatía por algo en lo que creía. Ahora los soldados profesionales, posiblemente solo estén asegurando el sustento de su familia combatiendo en una guerra en la que en su fuero interno, piensa que no se le perdió nada. Por un lado la violencia nos parece horrible y los que la practican los clasificamos de sanguinarios, sin embargo acudimos a ellos para que nos defiendan. Supongo que los militares están muy confundidos y la verdad no me gustaría estar en su piel. Esto me hace recordar a unos señores que despotrican contra el ejercito y después lo llaman desesperados para les protejan sus negocios.
Mikel, de acuerdo en el asunto de las matanzas antiguas, pero con matices. Recuerdo una historia de un general romano que venció a una partida de galos haciendo innumerables prisioneros. Cuando le preguntaron sobre el destino de los cautivos, respondió: fundid sus espadas en azadas para que alimenten a sus familias, liberarlos y pedirles solo lealtad a nuestro Cesar. Sus centuriones protestaron, pues le parecía poco resultado para una gran victoria. El general respondió: si nos sirve esta solución, entonces matadlos a todos, pero aseguraros de que nadie queda vivo para que nadie pueda vengarse. El general se había adelantado al pensamiento de Kant, cuando decía. Ni la sangre de la sangre de los descendientes lavará la afrenta. Sabía cuando tenía que perdonar y cuando no tenía otra opción que exterminar a sus enemigos. Era su oficio e intentaba hacerlo lo mejor posible.
La violencia en la antigüedad no era gratuita, era una forma de asegurar la supervivencia. La actual está tan alejada de nuestra realidad cotidiana que nos parece inverosímil y por eso creo, que ahora somos más peligrosos.
Hay un hecho determinante en el vuelco de la presión internacional sobre la guerra en los Balcanes que quizás sirva de ejemplo para explicar esto. Todos los días vemos atrocidades en la televisión. Imágenes de auténticas carnicerías y cuerpos mutilados sádicamente invaden la intimidad de nuestro hogar a través de la tele, sin embargo eso nos parece fuera de nuestra realidad.
Como en aquella foto de las niñas del napalm de la guerra del Vietnam, hay una escena que estudió un amigo antropólogo. Cuando me la comentó, le confesé que me había impactado muchísimo. Aconteció durante un bombardeo en Bosnia. Un niño corría hacia la cámara llorando. No tenía heridas, ni sangraba. Era un niño normal, como nuestro sobrino, o nuestro hijo. Mientras corría con los brazos abiertos suspiraba y repetía “mama, mama”, como hacen todos los niños del mundo cuando está asustados. Yo recordé que había llorado. Había visto cosas mucho peores, pero no me habían afectado. Como decía en la anterior entrada, el hombre es violento por naturaleza, pero en su mente también están grabadas la compasión, la ternura, la empatía para con el dolor ajeno.
Ahora vemos una persona tirada en la calle y exclamamos:
Algo habrá que hacer. El estado debe ocuparse de estas cosas…, mientras seguimos nuestro camino. Ahora hay otros que hacen el trabajo sucio por nosotros. Por ejemplo y asegurándome algún reproche, Yo creo sinceramente que las levas o la mili obligatoria, eran mucho más justas. Podríamos considerarlas incluso un avance social, al cual hemos renunciado. Todos sin distinción estábamos obligados a defender nuestra familia, nuestra forma de vivir. Ahora hemos buscado una solución muy compasiva y moderna: Que lo hagan los hijos de los pobres, les damos un sueldecillo para que maten por nosotros.
La historia del general romano es muy buena, pero también el ejército de Roma estaba compuesto por mercenarios que tenían más lealtad al general que al César.
Me gustan las historias de samurais, con honor y lealtad. Un gran guerrero aborrece la violencia. Las guerras antiguas eran cuerpo a cuerpo. Había un trasfondo de nobleza que distingue al guerrero del asesino. La guerra no hace a uno grandioso, sino la victoria sin que haya que humillar al adversario (que no forzosamente enemigo).
Hoy me preguntaba, acordándome de lo dicho en este foro, si la gente tuviese que matar un cerdo, una vaca o una gallina, ¿Habría más vegetarianos? Por mi parte sí. Reconozco mi cobardía. Creo que sólo podría matar cuando alguien de mi familia o yo corriese verdadero peligro. Matar por matar es cobarde. Por eso hemos camuflado la muerte de mil formas; desde las «misiones humanitarias» a la bandeja de salami que compramos en el supermercado.
Aparte hay muchas formas de muerte; los abusos, las vejaciones, los insultos…La muerte es parte de la vida y en vez de verla como algo natural hemos prostituido su significado. Pasa igual que con el sexo y la pornografía; hemos descontextualizado tantas cosas de la naturaleza que ya no nos encontramos a nosotros mismos.
Cada uno tiene la responsabilidad de descubrir su camino, o por el contrario vivir en un mundo prefabricado.
La verdad es que los comentarios que habéis hecho me sorprenden un poco. Los problemas psicológicos de los soldados es algo que viene preocupando al ejércita de USA desde hace tiempo. Recuerdo haber visto un vídeo en su web en la que dramatizaban el caso de un soldado que sufría depresión por haber perdido a un compañero y un oficial explicaba lo que se tenía que hacer, lo que podía pasar y advertía de la dureza de ser soldado. Y me pregunto, ¿alguien se imagina al ejército de Napoleón atendiendo a los soldados con problemas psicológicos? Yo no desde luego. ¿O a los ejércitos antiguos llevando entre sus filas psiquiatras o psicólogos?
Cuando Paco se pregunta qué tipo de soldados se alistan en el ejército me imagino que serán jóvenes normales y corrientes, con ganas de trabajar por su país y ciertas dosis de aventurerismo. Pero, ¿qué tipo de persona hay que ser para que te manden a la guerra? ¿Un superhéroe? ¿A qué tipo de persona no le afecta psicológicamente la guerra? No creo que exista una persona así, salvo un loco. Y el hecho de que haya suicidios demuestra que son gente normal y corriente. Y el hecho de que conozcamos esos datos demuestra que existe una preocupación por esos chicos.
Dice Paco que esto es otra cosa. Otra cosa, ¿respecto a qué?
Por otro lado, no creo que exista la guerra honorable.
Y tampoco creo que se pueda «humanizar» la guerra ni ningún tipo de violencia. En mi opinión es un mal al que a veces hay que recurrir por defensa propia. Pero nada más. No hay ningún honor en matar a una persona. Y no creo que haya nadie que esté preparado piscológicamente para hacerlo.
Ni de lejos sé qué significa hacer la guerra pero siempre me ha gustado esa idea de que, al final, los soldados pelean por los amigos que están junto a ellos, por lo cercano. Porque llega un momento en el que no creo que exista explicación posible que justifique tanto sufrimiento.
Maikel: No creo que dijera algo distinto a lo que tú dices. Me parece abominable pensar en la guerra como un medio de obtener la gloria personal y el reconocimiento social. Yo también creo que la guerra no tiene ningún vestigio de nobleza y no puedo entender a los que mantienen todavía una concepción de la guerra como una forma más de hacer política.
Yo solo me preguntaba, si podría haber alguna otra causa –al margen de los horrores del campo de batalla -que pudiera contribuir al aumento de este tipo de suicidio.
Me olvidé:
En los ejércitos antiguos, tambien había personas encargadas de confortar espiritualmente a los combatientes y heridos. No se si lo hacían mejor o peor que ahora. Podemos discutir si los enviaran al frente de batalla por misericordia, o por puro interés buscando solamente cuidar a sus efectivos, pero no podemos negar la evidencia, de que en la antiguedad ya tenían esa preocupación
La verdad es que esta discusión me parece absurda.