La Voz de Galicia

Irán, la reforma del sistema sanitario, Guantánamo, la crisis financiera… y ahora los gays, que se sienten traicionados por Obama.

El Departamento de Justicia, en lugar de promover la abolición de la Defense of Marriage Act se dedica a defenderla. Se trata de una ley federal de 1996 por la que ningún estado  (tampoco el Gobierno Federal)  se encuentra obligado a tratar a una pareja del mismo sexo como matrimonio, aunque sea reconocido así en otro  estado.

Parte de la argumentación utilizada por la Administración Obama ha molestada mucho, porque el informe del Departamento de Justicia insiste en que es razonable que los estados favorezcan el matrimonio heterosexual  «porque es la forma tradicional y reconocida de matrimonio»,  y porque al argumentar que otros estados pueden no reconocer, con el respaldo de la Constitución, los matrimonios del mismo sexo, citan casos de matrimonios entre primos o entre tíos y sobrinos que tampoco se reconocen habitualmente.

Esto parece haber molestado bastante a los activistas gays, que se consideran ofendidos por la comparación con «matrimonios incestuosos».

De todos modos,  Obama, por mucho que haya merecido un duro editorial del New York Times de ayer, no parece que haya dado muestras de particular animosidad hacia ese grupo. Más bien todo lo contrario.