Quien resume muy bien este pensamiento es Nicolás Sarkozy. Se ha primado al especulador antes que al emprendedor, o dicho en otras palabras se ha ayudado más al que no trabaja (y tiene «amigos») que al que lo hace. Estoy completamente de acuerdo. Pero no confundir el mercantilismo (que es en lo que se ha convertido el capitalismo) con el liberalismo (la iniciativa empresarial)
Sarkozy en EL PAÍS:
«Para mí, moralizar el capitalismo significa acabar con los excesos de las últimas décadas, que han conducido a la crisis actual. El capitalismo se extravió al primar al especulador sobre el emprendedor, al corto plazo sobre el largo, a la economía ficticia sobre la economía real»
Javier
el 28 abril 2009 a las 4:27 am
Un breve comentario al margen: ayer estaba escuchando, como siempre, «La Linterna» de la COPE. A un contertulio se le ocurrió decir que el origen de la crisis está en la avaricia. Al pobre hombre lo pusieron de vuelta y media. Hay mucho «talibán» también entre los liberales. Avaricia y sólo avaricia, aunque otros se pongan gafas oscuras para no querer ver lo evidente.
Maikel
el 28 abril 2009 a las 8:06 am
Coincido en el artículo de Llano aunque me parece que sí que ha habido explicaciones convicentes a la crisis económica, desde un punto de vista técnico. Eso que dice Sarkozy es como muy típico de los gobernantes franceses que son capitalistas pero desconfían del capitalismo, como si no fuera con él. Los excesos del capitalismo provienen de una regulación que no se aplicaba y de los propios excesos de algunos bancos centrales, organizaciones estatales, no privadas. El capitalismo no prima al especulador por encima del emprendedor. Es más, el capitalismo no tiene una moral. La moral la tenemos nosotros, las personas, y nos jugamos que un sistema funcione o no cuando la aplicamos correctamente.
En mi opinión, hay que volver, como dice Llano, al hombre. Pero con realismo. Y hay que volver a la sabiduría, al conocimiento de la verdad, y no al tecnicismo, que olvida la realidad del hombre, sus características, su forma de ser. Y para mi la verdad es la realidad.
También coincido con Llano en la crítica a esas formas de pseudo ética empresarial cuya plasmación concreta aparece, entre otras cosas, con la conocida como Responsabilidad Social Corporativa (RSC). A los técnicos se les ha vendido eso de que la ética es rentable, una formulación, a mi entender, de miras bajas, surgida con la intención de convencer a los poderosos de que deben ser un poco buenos con la excusa de que así ganarán más dinero. Semejante planteamiento está viciado en su origen porque liga la moral a la rentabilidad. Poco tiempo le falta al aprovechado para darse cuenta de que siendo inmoral se gana mucho más dinero, obvio. La ética puede que sea rentable, pero es mucho más rentable la no-ética. Es de cajón.
Javier
el 28 abril 2009 a las 11:30 am
Te equivocas, Maikel. El capitalismo se basa en un sistema moral muy firme. (Dale un repaso a Max Weber o cógete a los liberales modernos, como Hayek)
«El capitalismo no prima al especulador por encima del emprendedor. Es más, el capitalismo no tiene una moral».
Si lo dices porque la moral sólo la pueden tener las personas, lo acepto, pero digamos que metonimicamente, el capitalismo tiene moral (como la Iglesia). El mercantilismo es lo que no la tiene.
No estoy de acuerdo en absoluto. El trabajo es algo muy difícil de definir. Yo creo que el origen de todo valor económico estriba en la inteligencia y en la voluntad. EL auténtico valor económico fundamental es la organización, que muchas veces no tiene nada que ver con el trabajo.
Maikel
el 5 mayo 2009 a las 2:12 pm
Voy a contestar a Javier, que me da la razón pero no me la da. Lo quiero decir es que cualquier sistema basado en una moral o ideología o filosofía o concepción de la realidad, necesita que los hombres, que somos quienes lo llevamos a la práctica, vivamos conforme a dicha moral porque en caso contrario dicho sistema no funciona. Si un sistema ideológico, no sé, como el nazismo, nace de unos principios erróneos o inmorales, obviamente todo el sistema, antes o después, se viene abajo, lo vivamos o no, porque chocará constantemente contra la realidad. Pero cuando un sistema coincide con la realidad, para que funcione requiere que los hombres vivamos conforme a los principios que lo sustentan.
Por ejemplo, a mi entender la democracia es el mejor sistema político porque es el que, hasta ahora, más se adecua a la forma de ser del hombre. Pero para que una democracia funcione necesita que nosotros nos comportemos según una moral determinada.
Así que somos nosotros mismos quienes hacemos que el capitalismo funcione, no el capitalismo por sí mismo.
También quería contestar a Moncho porque no entiendo muy bien su objeción. Dice que todo valor económico estriba en la inteligencia y la voluntad pero estas cualidades si no se ejercitan no tienen ningún valor y ejercitarlas nos cuesta trabajo. En cuanto a la organización, no sé qué entiende él por organización pero organizar algo cuesta trabajo. En definitiva, ganar dinero cuesta trabajo, salvo que te toque la lotería (que también cuesta algo proque tienes que ir a comprarla)
Quien resume muy bien este pensamiento es Nicolás Sarkozy. Se ha primado al especulador antes que al emprendedor, o dicho en otras palabras se ha ayudado más al que no trabaja (y tiene «amigos») que al que lo hace. Estoy completamente de acuerdo. Pero no confundir el mercantilismo (que es en lo que se ha convertido el capitalismo) con el liberalismo (la iniciativa empresarial)
Sarkozy en EL PAÍS:
«Para mí, moralizar el capitalismo significa acabar con los excesos de las últimas décadas, que han conducido a la crisis actual. El capitalismo se extravió al primar al especulador sobre el emprendedor, al corto plazo sobre el largo, a la economía ficticia sobre la economía real»
Un breve comentario al margen: ayer estaba escuchando, como siempre, «La Linterna» de la COPE. A un contertulio se le ocurrió decir que el origen de la crisis está en la avaricia. Al pobre hombre lo pusieron de vuelta y media. Hay mucho «talibán» también entre los liberales. Avaricia y sólo avaricia, aunque otros se pongan gafas oscuras para no querer ver lo evidente.
Coincido en el artículo de Llano aunque me parece que sí que ha habido explicaciones convicentes a la crisis económica, desde un punto de vista técnico. Eso que dice Sarkozy es como muy típico de los gobernantes franceses que son capitalistas pero desconfían del capitalismo, como si no fuera con él. Los excesos del capitalismo provienen de una regulación que no se aplicaba y de los propios excesos de algunos bancos centrales, organizaciones estatales, no privadas. El capitalismo no prima al especulador por encima del emprendedor. Es más, el capitalismo no tiene una moral. La moral la tenemos nosotros, las personas, y nos jugamos que un sistema funcione o no cuando la aplicamos correctamente.
En mi opinión, hay que volver, como dice Llano, al hombre. Pero con realismo. Y hay que volver a la sabiduría, al conocimiento de la verdad, y no al tecnicismo, que olvida la realidad del hombre, sus características, su forma de ser. Y para mi la verdad es la realidad.
También coincido con Llano en la crítica a esas formas de pseudo ética empresarial cuya plasmación concreta aparece, entre otras cosas, con la conocida como Responsabilidad Social Corporativa (RSC). A los técnicos se les ha vendido eso de que la ética es rentable, una formulación, a mi entender, de miras bajas, surgida con la intención de convencer a los poderosos de que deben ser un poco buenos con la excusa de que así ganarán más dinero. Semejante planteamiento está viciado en su origen porque liga la moral a la rentabilidad. Poco tiempo le falta al aprovechado para darse cuenta de que siendo inmoral se gana mucho más dinero, obvio. La ética puede que sea rentable, pero es mucho más rentable la no-ética. Es de cajón.
Te equivocas, Maikel. El capitalismo se basa en un sistema moral muy firme. (Dale un repaso a Max Weber o cógete a los liberales modernos, como Hayek)
«El capitalismo no prima al especulador por encima del emprendedor. Es más, el capitalismo no tiene una moral».
Si lo dices porque la moral sólo la pueden tener las personas, lo acepto, pero digamos que metonimicamente, el capitalismo tiene moral (como la Iglesia). El mercantilismo es lo que no la tiene.
No estoy de acuerdo en absoluto. El trabajo es algo muy difícil de definir. Yo creo que el origen de todo valor económico estriba en la inteligencia y en la voluntad. EL auténtico valor económico fundamental es la organización, que muchas veces no tiene nada que ver con el trabajo.
Voy a contestar a Javier, que me da la razón pero no me la da. Lo quiero decir es que cualquier sistema basado en una moral o ideología o filosofía o concepción de la realidad, necesita que los hombres, que somos quienes lo llevamos a la práctica, vivamos conforme a dicha moral porque en caso contrario dicho sistema no funciona. Si un sistema ideológico, no sé, como el nazismo, nace de unos principios erróneos o inmorales, obviamente todo el sistema, antes o después, se viene abajo, lo vivamos o no, porque chocará constantemente contra la realidad. Pero cuando un sistema coincide con la realidad, para que funcione requiere que los hombres vivamos conforme a los principios que lo sustentan.
Por ejemplo, a mi entender la democracia es el mejor sistema político porque es el que, hasta ahora, más se adecua a la forma de ser del hombre. Pero para que una democracia funcione necesita que nosotros nos comportemos según una moral determinada.
Así que somos nosotros mismos quienes hacemos que el capitalismo funcione, no el capitalismo por sí mismo.
También quería contestar a Moncho porque no entiendo muy bien su objeción. Dice que todo valor económico estriba en la inteligencia y la voluntad pero estas cualidades si no se ejercitan no tienen ningún valor y ejercitarlas nos cuesta trabajo. En cuanto a la organización, no sé qué entiende él por organización pero organizar algo cuesta trabajo. En definitiva, ganar dinero cuesta trabajo, salvo que te toque la lotería (que también cuesta algo proque tienes que ir a comprarla)