La Voz de Galicia

Como responsable de Voz Natura, que dedica su edición de este año a la lucha contra el cambio climático, fui invitado a participar en una jornada organizada en Seviilla por The Climate Project. Se anunciaban las intervenciones de R. K. Pachauri y Al Gore, premios Nobel de la Paz en su penúltima edición. Al Gore viajó también a Bilbao, convocado por Juan José Ibarretxe, previo pago de unos 200.000 euros, para que se dirigiera a un grupo de empresarios. El asunto provocó una cierta polémica sobre el supuesto enfoque electoralista y sobre el precio pagado.
En Sevilla fue más normal. Se suponía que los asistentes éramos 200 líderes de opinión en la materia «seleccionados» de toda España. En realidad, saludé a muchos funcionarios de la Junta de Andalucía, de la Diputación de Sevilla, del Ayuntamiento y de otras entidades públicas. Había algún empresario, pocos, algún profesional liberal que no sabía muy bien por qué le habían convocado, y quizá algún líder de opinión, pero no lo vi. Con Al Gore, la estrella fue el alcalde de Sevilla. Algo comprensible. Pero bueno, se incluyó una ponencia crítica con el discurso «algorero» que fue muy celebrada: sin poner en duda el calentamiento global, consideraba poco científicas sus predicciones.
Al Gore repitió su famosa presentación, a la que añadió algunas diapositivas con datos españoles, una cita de Zapatero y varias dedicadas a Sevilla y a la empresa patrocinadora del evento: «Hace 500 años China e India suponían la mitad de la producción mundial y Andalucía encabezaba la innovación tecnológica. Hoy China e India vuelven a suponer la mitad de la producción mundial y, por lo que sé, Andalucía vuelve a liderar la innovación tecnológica». Como si fuéramos idiotas. Agarró, supongo, un buen fajo de billetes y se largó tan pancho en su jet particular. Ya me había sucedido con Saramago.

(versión impresa)