María B. glosa en El cuadernillo verde la columna de Mariluz Ferreiro que recomendaba el otro día. Muy bien traída la cita de Gómez de la Serna en la carta que se escribió:
«Querido Ramón:
Sólo tenemos treguas y tenemos que aprovecharlas bien.
(…) Yo recuento los segundos de estos intervalos y hasta cuando veo que el camarero tarda en traer lo encargado me digo: ‘Esta espera es una propina de la vida’.
Tú hazme caso y haz como yo, refuerza toda pausa, aumenta la conciencia de vivir en la espera del tren en la estación de paso, dilata tu sentir y tu mirar, recibe la confidencia de los campos aquietados y anclados alrededor del andén y fuera del tiro de las vías, abrillantadas por fatales itinerarios cumplidores -ejecutores- del destino.
(…) Según una teoría lanzada por primera vez en esta carta y del tipo de las de Einstein, es que el tiempo de la tregua tiene larguras de siglos, mientras esa misma cantidad de tiempo en la refriega tiene dimensión de días».
Pois si señor.
Qué interesante… y qué difícil. Recuerdo que alguien (no recuerdo si persona o personaje) hacía colas inútiles y se sentaba en salas de espera para experimentar ese tiempo tan lento, porque la mejor manera de aprovechar el tiempo no es correr a hacer muchas cosas sino plantarse y notarlo pasar. Muy interesante, pero yo, si puedo, salto de una cosa a otra rápidamente. Y sin intención de cambiar.
Muchas gracias por lo que me toca. Y gracias -muchas también- a Ramón.