Parece extraño, y contrario al manual, que el equipo de campaña de McCain haya decidido que una parte de su estrategia consista en arremeter contra la prensa.
Se justifica inicialmente por cómo han recibido los grandes medios del Este a la candidata a la Vicepresidencia, aunque el Washington Post defendió ayer en un editorial la gestión de Palin en Alaska.
Pero quizá tenga algo que ver con los siguientes asuntos:
1. Los republicanos han ganado las elecciones, al menos desde los tiempos de Reagan, siempre con la prensa en contra. Quizá hayan decidido esta vez que no se pierde lo que estaba perdido.
2. La prensa y los periodistas, dicen, están por debajo de los quiromasajistas en las encuestas de credibilidad, aunque ligeramente por encima de los políticos.
Se aducen, además, otras razones. Luego vuelvo sobre ellas.
La verdad es que hasta ahora no había prestado mucha atención a las elecciones en Estados Unidos. Sobre todo por mi inutilidad idiomática, es decir, que mucha idea de inglés no tengo. Esta importante carencia me obliga a seguir la información sobre este asunto en los medios de comunicación de aquí. Y, francamente, es alucinante el bajísimo nivel y la ignorancia supina de los periodistas al respecto. Supongo que se trata de periodismo ideológico. Es decir: antepongo mi ideología y mis opiniones a los hechos y la información, a la realidad.
Obama y McCain han elegido a dos candidatos a vicepresidentes que equilibrasen su imagen. Obama eligió a un blanco-blanquísimo y católico, y McCain a una mujer de la américa tradicional. Personalmente creo que McCain sale ganando. Así se ganará el voto de la derecha mientras que Obama tendrá problemas con la izquierda demócrata. En cuanto al papel de la prensa en las elecciones de Estados Unidos me parece que tiene una importancia relativa. Probablemente influya más la televisión. Los medios más poderosos suelen ser de tendencia demócrata pero, al igual que en España, sólo son leídos por una minoría selecta. En mi opinión, las elecciones en Estados Unidos se ganan en el campo de juego que hay entre la costa este y la costa oeste. Es decir, en lo que aquí denominamos «américa profunda»
Al final, ¿no es lo que hacen todos los políticos?
Hombre, Mikel!
La verdad es que me refería a todos los medios, también a la tele.
Lamia: ¿te refieres a meterse con la prensa? De ordinario lo evitan, salvo cuando tienen que demostrar lo imposible: que no han dicho lo que han dicho.