No sabía que hubiera mujeres entre los pilotos de caza y ataque del ejército del aire. Por eso ayer, cuando leí la noticia de que la alférez Rocío González había obtenido el número uno de su promoción, me sorprendí doblemente.
Lo primero que se me ocurrió fue lo mucho que presumiría en el colegio un hijo suyo: «Pues mi madre es piloto de caza, la número uno».
Pero luego me dije, ¿y por qué he pensado en un hijo y no en una hija?
Je.
Yo siempre he dicho que el mejor oficio posible para que una hija (no sé por qué pensé en hija) presuma en el colegio es alimentador de tiburones en el Aquarium de San Sebastián (trabajo de buzo dos días por semana).
Durante la Segunda guerra mundial, prestaron servicios muchas mujeres piloto que protagonizaron numerosas acciones de guerra, eran sucesoras de un elenco impresionante de grandes pioneras. Al principio de la carrera aeroespacial aquellas mujeres fueron convocadas para hacer unas pruebas que compararían la constitución masculina y femenina sometida a grandes aceleraciones. Los resultados fueron que las mujeres soportaban mejor aquellas duras condiciones. Sin embargo, la guerra había acabado, las fábricas donde las mujeres alimentaron la maquinaria militar ahora debían albergar a los hombres que volvían del frente. Tenían que mandar las mujeres a casa y en aquel contexto, las ventajas físicas de las mujeres no debían ser destacadas.
La verdad que no sé cómo se te ocurrió hijo antes de hija. ¿Algún psicólogo por allí? De pequeña recuerdo que mis muñecas también querían ser pilotos, pero ellas no volaban en avión, sino que volaban por el aire de un cuarto a otro.
¿Y por qué se te ocurrió ‘piloto’ y no ‘pilota’? Yo te lo digo: porque tienes sentido común y porque no eres ministro.
Lo seguro, Ramón, es que no soy ministro. Quizá me apunte a lo de alimentador de tiburones… Tiene mucho menos peligro que el propio Eresfea, aunque no resulta tan brillante. Qué tío!
Yo conocía a un alimentador de tiburones que tenía muy mala memoria y una tarde cuando ya estaba dentro de la pecera se dio cuenta de que se había dejado la comida fuera.
Su viuda se casó hace tres meses con un soldador que trabaja en Fene.
Uy! Bueno, entonces casi dejo lo de alimentador de tiburones, que soy muy olvidadizo…