El Cervantes del Guinardó
Nació dos días después de los Reyes Magos del 33. No tardó en saber que el partido era difícil. En el minuto uno se quedó sin madre. Y su padre tampoco compareció. Fue entregado a una familia. Y dejó de ser Joan Faneca para ser Juan Marsé. Fue feliz de niño y tuvo un padre adoptivo al que le gustaba conducir su vida por la izquierda, carril prohibido entonces. Sufrió, el padre, prisión, y el hijo se tuvo que poner a trabajar de crío, de aprendiz en una joyería, para ayudar en casa. Aquel aprendiz de joyero, que luego lo sería de laboratorio en París, quería ser escritor. Y pronto conectó con la izquierda divina que, en Barcelona, formaban Jaime Gil de Biedma y Carlos Barral, entre otros. Les cayó bien el chico duro, el pandillero de barrio y suburbial.
Marsé sabe que no hay fórmula literaria más efectiva que … Seguir leyendo