-No es verdad que con los años se aprenda a perdonar. Es que muchas veces no te queda más remedio -afirmaba Álvaro, que le encantaban las frases-.
Estaban en un ático (ártico, decía la inmigrante que le atendía), un ático frente al Retiro.
-No crece la bondad. Aumenta la decrepitud. Manuel, querido, acércate a la ventana y descríbeme el cielo.