La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
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Tanto hablar de final española en la Champions para nada. Los dos colosos, eliminados. ¿Por qué? Dicen que les pasó factura el choque brutal del fin de semana. Pero la suerte, que hace que el fútbol sea un misterio y tenga un componente de lotería, ha tenido que ver. E influyó sobremanera que la liga española es una competición en la que hay años luz entre los dos primeros y el resto. La mayoría de los encuentros son cómodos. Los grandes apenas sufren. El Barça tuvo que toparse con la muralla del Chelsea y un enorme Drogba para comprobar que un partido no es un paseo por el campo. El Madrid dio con un Bayern aseado, un buen conjunto con hombres que desequilibran, para que el técnico decidiese lo de siempre: retrasar a sus jugadores. Lo más curioso de todo este enfrentamiento no está en el fútbol. Está en el gran deporte nacional: la envidia. El martes, el madridismo quería al Barça fuera, y lo logró. Y el miércoles, el barcelonismo solo deseaba ver sufrir al Madrid. Nada gusta más que ver las lágrimas del ídolo rival. Algunos las disfrutan más que las victorias propias. Borges ya dijo sobre España: El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: Es envidiable.