Hace tiempo que no hablamos de las tormentas coriolis. Hoy hace un día con una luz que quema. Uno de esos días que llegan después de las tormentas de arena que casi nos entierran. El sol es un diamante verde que raja los ojos. Y tú cuidas a tus pequeñas como en un poema. Ahora vives en las afueras de Arrakeen, antes del desierto. Juegas con tu hijo en el columpio de un parque público, antes de la glaciación. Quiere comerte la cara. Quiere ser un dinosaurio. Y lanzar la pelota como los dinosaurios. Los niños todavía no entienden de tormentas coriolis que dejan la cabeza de cualquier fama hecha un cronopio ni de elecciones que riman con repeticiones y con más cosas. Los relojes de Dalí se derriten cuando el cerebro emite la carta de ajuste o cuando los días son como una rayada pantalla con conexión política. Tragas kilómetros por las carreteras y escuchas mensajes de feria. Y sobrevives porque sabes que siempre hay gente que no caza pájaros, que solo los fotografía, porque son hermosos. En el lado oscuro del patio hace frío. Prefieres pensar que los molinos de toda la vida no son gigantes. Son solo una manera de hacer pan. Y siempre está tu niña para llenarte el depósito de besos, justo antes de que te comas la luna llena a mordiscos, mientras piensas en el cuello del cisne. Una campaña electoral, demasiadas palabras seguidas. Una tormenta de palabras.
Genial, Don césar.
De mayor quiero escribir como usted.
Saludos de Luis.
Comentario Off Topic:
Sé que no soy el primero ni seré el último que te recuerde esto:
http://www.lavozdegalicia.es/opinion/2008/09/18/0003_7149739.htm
Créeme si sinceramente te digo que el FC Barcelona me la trae al fresco, pero estoy seguro de que cuando recuerdas cosas como la que escribiste en su día, estarías dispuesto a dar la mitad de un meñique por que se hubiese inventado la máquina del tiempo 😛
Un saludo… muy cordial (ni que decir tiene) 😉
Precioso.
Y triste.
Hay un texto tuyo que me encantó:
«Se tuvieron que conocer en un accidente. No tenían nada en común.
Él, alto. Ella, baja.
Él, sin un duro. Ella, con su hucha de niña.»
Quisiera pedirte permiso para ponerlo en mi blog, naturalmente citaré tu nombre felicitándote por tu maravilloso trabajo, es que lo leí y me encantó leerlo, como escoges las palabras, parece una canción melancólica, como de victor manuel en «Solo pienso en ti», me encantan tus textos, no he podido leerlos todos aún, si te pareciera bien que lo ponga te pido otro favor: mandame el texto porque no sé si lo he leído entero, supongo que si, acaba diciendo que ya llevan muchos años, pero por si acaso, y agradezco la maravillosa casualidad que me hizo descubrirte!!
Felicidades!!