La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
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Te estalla la cabeza como si te hiciesen una sesión de acupuntura con cuchillos. No te queda ni una idea. O sólo una. Te encuentras a Bodah, el amigo imaginario que pediste prestado y te presta otra.
-Los tipos que comen muchos caracoles son lentos. Reaccionan más tarde. Les cuesta pensar.
Piensas que nunca has comido caracoles. Tal vez por eso te explotan las razones en la cabeza. Tu madre llora y llora, una sintonía monocorde. Está tumbada en el sofá como en una tumba. Y ni las lágrimas le sacan brillo a sus ojos aceituna. Te quieres ilusionar con algo. Pero es difícil hacerlo en la prisión, entre tantas columnas de color gris. Es otoño, lo sabes. Y otoño siempre es una cuesta que hay que subir paso a paso sobre la alfombra de hojas muertas. Besas a tu hija de noche para olerla. Y mimas a tu hijo, le dejas que se tumbe sobre tu pecho y que te haga sentir que estás vivo, muy vivo. Y quieres olvidar el dolor de cabeza y los cuchillos, todos.